Aterradora persecución a un practicante de Falun Gong de la provincia de Gansu

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El siguiente relato de un practicante de Falun Gong de la provincia de Gansu, cuenta como fue hostigado en un centro de detención local y luego en la cárcel de Lanzhou.

El 18 de mayo de 2004, de camino a casa fui detenido y llevado a la comisaría del municipio local. Por la tarde empezaron a torturarme. Comenzaron con el banco del tigre. Luego utilizaron el método conocido como "estirar y desmembrar", donde estaba atado de las muñecas y tobillos con cuerdas y luego las estiraban hacia las cuatro direcciones, levantándome en el aire.

El intenso dolor hizo que me desmayara. Después de recobrar el conocimiento, me encontré mareado tirado en el suelo y con todos mis miembros entumidos. Burlándose horriblemente, el policía me dijo que me esperaba otra clase de tortura y comenzaron a quemarme las piernas con cigarrillos. Fue tan doloroso que golpeé mi cabeza contra el suelo. Luego me llevaron a la comisaría de los suburbios. Después de estar colgado por tres días y sus noches, todo mi cuerpo estaba entumido, con ambas manos amoratadas y negras.

Más de diez personas saquearon mi casa, incluso Li Guoming de la División Nacional de Seguridad del distrito, Lu Zhengpin y el secretario del partido. Revisaron anaqueles y tocadores, pisotearon la cama, tiraron la ropa al suelo, incluso revisaron el gallinero. Mi esposa trató de detenerlos, pero se lo impidieron con tal fuerza que se desmayó. Cuando volvió en sí y vio lo que hacían, estaba tan enojada que tomó queroseno. La llevaron de emergencia al hospital local alrededor de las 11 a.m., ahí se quedó hasta alrededor de las 10 p.m. Al final, se llevaron nuestro triciclo, motocicleta, celular, identificación, licencia de conducir y otros bienes personales.

La tercera noche fui trasladado a un centro de detención donde me torturaron de nuevo. Un guardia apodado Tang me golpeó en la parte superior izquierda de mi pecho, quebrándome las costillas. Tenía dificultad para caminar y respirar. Después de once meses de detención en este centro me condenaron a cuatro años y enviaron a la cárcel de Lanzhou.

En la división de transición de la cárcel de Lanzhou, a cada recluso se le ordenaba preparar dos sacos grandes de ajo todos los días y no podíamos dormir hasta que termináramos el trabajo. A veces teníamos que trabajar bajo la luz de las velas después de las 10 de la noche, cuando apagaban la luz y a veces hasta las 2 de la mañana. Teníamos que levantarnos a las 4 de la mañana para continuar el trabajo. Más de 30 personas tenían que trabajar y dormir en la misma celda. Olía muy mal, había piojos por todos lados. Como había tantas personas en la celda, dormíamos a menudo en posición alterna, los pies de unos al lado de la cabeza de los otros. Un día que trabajaba con las piernas cruzadas [en posición de loto], un guardia lo vio y ordenó a los demás reclusos que me golpearan fuerte en la parte baja de la espalda.

Después de ser acosado durante mucho tiempo en la división de transición, me enviaron a la Tercera División. El jefe político Li Wen, el subjefe político Ren Hongjun y el jefe de la división Li Xiajun eran muy depravados. Aunque me tenían esposado todo el día, me privaban del sueño y no tenía acceso al baño. Me colgaron varias veces tan alto en el aire, que mis pies no tocaban el suelo. Grité: "¡Falun Dafa es bueno!" Enseguida me llevaron a la sala de interrogatorio y me esposaron a la tubería de calefacción para que no pudiera moverme. Varios guardias vinieron a torturarme con picanas eléctricas, las reemplazaban cuando se les terminaba batería. En consecuencia, tenía contusiones y ampollas por todo el cuerpo y muchas partes se volvieron púrpuras o negras. La lesión de la cabeza fue la más grave. Estaba mareado, no tenía más sentido de orientación y perdía la conciencia constantemente. Como también me golpearon con macanas de goma, tenía la parte inferior del cuerpo amoratada y negra. Con dolor en la espalda y un estado de debilidad general, tenía mucha dificultad para caminar. También perdí el control de la vejiga. Me llevó dos años recuperarme gradualmente.

Para protestar por la persecución, inicié una huelga de hambre. Los guardias mezclaron agua caliente con harina de maíz cruda que enfriaron mezclándola con agua fría. Enseguida utilizaron una jeringa grande para meter la mezcla a través de un tubo insertado por mi nariz hasta dentro de mi estomago. De vez en cuando jalaban y empujaban el tubo intencionalmente para hacerme sufrir, una vez me desmayé de dolor. Me llevaron luego a urgencias, después de recobrar el sentido, continuó la tortura. Por esta tortura, tenía malestares estomacales y no pude comer durante mucho tiempo. Vomitaba cada vez que comía.

La traumática experiencia terminó en mayo de 2008.

Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/html/articles/2010/3/25/115573.html

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