Falun Dafa me libró de una vida llena de enfermedades y difíciles condiciones

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Me recuperé de tuberculosis espinal cuando comencé a practicar Falun Gong, pero al poco tiempo tuve que lidiar con mi hija de un año de edad a la que le diagnosticaron parálisis cerebral y sufrí la falta de fidelidad de mi marido que le hizo abandonar a la familia.

En junio de 2006, mi hija se resfrió y tenía dolor de garganta. Quedó paralítica a causa de un diagnóstico equivocado del hospital.

Según el médico, sus probabilidades de supervivencia eran mínimas, inclusive si ella se recuperaba, quedará incapacitada y no podría cuidarse por sí misma. Después de este infortunio, los gastos médicos nos dejaron en la ruina financiera.

Me habían despedido del trabajo y mi marido se negó a darnos el dinero para los gastos de manutención. Cada día tuve que llevar a mi hija a la terapia intravenosa en el hospital, luego regresaba apresuradamente a casa para prepararle una medicina china. Incluso después de recibir todo tipo de tratamientos, su situación no mejoró. Estuve constantemente al borde de un colapso emocional y lloraba a menudo.

Más tarde me di cuenta que el Fa podría también salvar a mi hija. Así que decidí ponerle las grabaciones de audio de las lecciones del Fa todos los días.

Cuando fue hora de que aprendiera a caminar, se caía casi todos los días, pero gracias a la protección de Shifu, no le sucedió nada.

Poco a poco, se fue fortaleciendo. Sus notas mejoraron de manera espectacular, pasando de 40%-50% cuando estaba en el segundo y tercer grado a más del 80% en la actualidad. Ella se ha convertido en una encantadora chica inteligente y recibe una gran cantidad de elogios de nuestros familiares y amigos.

Los días más oscuros
Recordando el año 1995, ese fue el período más oscuro de mi vida. Empecé a sufrir de dolor severo en la espalda que me impedía sentarme o pararme derecha. No podía dormir debido al dolor.

Al tercer día, el dolor se extendió a mis pies, los tendones que corrían por la parte trasera de la pierna, brotaron. Apenas podía contener las lágrimas.

Me diagnosticaron prolapso del disco intervertebral lumbar. Recibí tratamientos de tracción, terapia física y tome medicinas occidentales y chinas, pero mi situación no mejoró. Tuve que tomar cada día muchas pastillas para aliviar el dolor.

Durante este calvario que duró ocho meses, tuve que dormir de lado en un sofá porque no podía acostarme boca arriba debido al dolor.

Como mi situación se deterioraba, mi médico llevó a cabo un nuevo examen y esta vez se descubrió que había desarrollado una tuberculosis espinal en la primera parte de mi vértebra lumbar.

En esos momentos, ya habíamos pagado decenas de miles de yuanes en un año, sin embargo, solo podía apenas caminar hasta el baño.

Tuve que permanecer inmóvil en la cama, ya que cualquier movimiento leve me causaría calambres. Un tropezón ligero con alguien, me hacía gritar del dolor.

Mi médico me sugirió que me sometiera a una cirugía y me advirtió que podría quedar paralizada si por error se cortaba uno de los nervios distribuidos densamente alrededor de la parte baja de la espalda.

Otro doctor sugirió que continuara con los tratamientos convencionales. Una falla durante la cirugía me dejaría en cama por el resto de mi vida. Con 28 años de edad, era demasiado joven para asumir ese riesgo. Así que acepté su consejo y me fui a casa.

Mi condición empeora
En marzo de 1996, parecía que mi condición había mejorado un poco. Podía caminar lentamente con mi cuerpo inclinado en un ángulo de 90 grados. Sin embargo, mi doctor me dijo que mi vértebra lumbar se deformaria si seguía caminando de esta manera.

Más tarde empeoré y la parte baja del vientre se hinchó como si estuviera embarazada. Tuve que ir al hospital para un chequeo. Después de un nuevo examen, quedé asombrada con los resultados: La pus del hueso había infectado el músculo psoas en ambos lados de la pelvis. Unos días más tarde, una pústula del tamaño de un huevo apareció en ese lugar. El médico me dijo que no tenía más remedio que someterme a cirugía.

Mi padre frenéticamente averiguó acerca de remedios populares para mi enfermedad. Y cada vez que tenía que tragar una medicina desconocida, de inmediato me sentía enferma con simplemente mirarla.

Debido al uso excesivo de la medicina, mi pelo se cayó por mechones y mi piel se puso morada. La enfermera no pudo colocar más inyecciones porque no encontró espacio apropiado para hacerlo.

Shifu me dio una segunda vida
Desesperada, decidí terminar con mi vida tomando una sobredosis de pastillas para dormir. Antes de llevar a cabo este impulso, decidí ir al parque para tomar algunas fotos para dejar como recuerdo.

Por la entrada del parque, vi a algunas personas que estaban haciendo ejercicios, tenían un cartel con una breve introducción a Falun Dafa. Entre ellos había una persona a la que conocía, ella me preguntó si me gustaría unirme al grupo y también me prestó el libro "Zhuan Falun".

Cuando terminé de leer el libro, me sentí renovada y purificada. Además, el libro me dio las respuestas a muchas preguntas que tenía acerca de la vida y que me habían desconcertado por años. Llegué a saber que el propósito real de la vida era volver a nuestro verdadero ser original. También entendí la razón detrás de mis enfermedades; fue debido al karma que había acumulado en vidas pasadas.

Desde entonces, comencé a practicar Falun Dafa regularmente en el parque. Poco a poco y de manera imperceptible, se me enderezó la espalda.

En poco tiempo, me recuperé totalmente de todas mis dolencias. Después de presenciar este milagro, mi hija mayor, mi madre y mi hermana también comenzaron a practicar Falun Dafa.

Mi hija sobrevive un accidente de coche
Cuando mi hija mayor estaba esperando a su abuela y su primo para ir a comer, un taxi la golpeó por detrás y le pasó por encima de una pierna. El conductor huyó del lugar.

En una sociedad tan egoísta, nadie de los alrededores se atrevió a ayudarla a levantarse. Estaban preocupados de causarse inesperadamente problemas, tales como ser acusado de hacerle daño y ser demandado. En el momento en el que su abuela y su primo llegaron, los pantalones de mi hija estaban empapados de sangre y la pierna lesionada estaba muy hinchada; no pudo caminar.

Pero mantuvo la calma ya que el Fa estaba arraigado en su corazón. Desde muy joven, ella había leído el Fa conmigo. Las dos, mi madre y mi hija, creían en el Fa y en Shifu firmemente y pensaban que nada malo sucedería. Así que cuando su primo la animó a ir a ver a un médico, mi hija le dijo: "Vamos a tomar un taxi para volver a casa".

Ella no tocó el medicamento que mi padre y mi hermano le compraron, se puso a escuchar las lecciones del Fa y decía con el corazón "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

Al tercer día, pudo soportar el dolor y comenzó a caminar lentamente por cuenta propia. Esa tarde, se fue cojeando a tomar un taxi para hacer unos recados para su abuelo. Cuando regresó esa noche, pudo caminar normalmente como antes.

Los practicantes no tienen enemigos
Dos años después de que mi marido nos abandonara, presentamos una demanda de divorcio. Según lo acordado, yo tenía la custodia de nuestra hija mayor y él la de nuestra hija menor. Pero pronto volvió a casarse y nunca se la llevó con él.

Durante más de diez años nunca nos dio un centavo y su familia nunca nos visitó. Pero yo no odiaba ni a él ni a su familia, ni siquiera un poco. Cada año, continué visitando a su madre y le traía regalos. Me hacía feliz verlos felices.

Al principio, su madre no acogía con agrado mis visitas. Pero ahora ella me trata con amabilidad. Cada vez le traía varios cientos de yuanes y le decía que no se olvidara de los mensajes "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" para obtener una mejor salud y un futuro brillante. Ella sonreía y decía: "Lo recordaré".

Shifu dijo: "Hace mucho tiempo les dije que el Dafa dizi, un cultivador, no tiene enemigos". ("Exponiendo el Fa en la ciudad de Chicago", 2005)

Mi madre, mi hermana y yo hemos estado practicando Falun Dafa desde 1996. A pesar de que mi padre y mi hermano no son practicantes, ellos también se han beneficiado de Dafa. Especialmente mi padre que se ha recuperado de una enfermedad del estómago, de una hernia del disco lumbar y de espondilosis cervical.

Shifu dijo: "La luz fo ilumina todo, volviendo todo recto, perfecto y brillante". (Lección Tercera de Zhuan Falun)

Empecé mi propio negocio de venta de ropa y me ha estado yendo bien. Trato con amabilidad a todos los que están a mi alrededor. Todos mis parientes y amigos han sido testigos de los grandes cambios que han tenido tanto mi salud y mi comportamiento.

Con los años, mi vida se ha vuelto cada vez mejor. Mis clientes incluso me felicitan por mi actitud positiva hacia la vida. ¡Atribuyo todo lo que tengo al Shifu y al Fa!.

Versión en chino disponible en: http://www.minghui.org/mh/articles/2014/5/26/骨结核患者-第二次生命-292567.html

Versión en inglés disponible en: http://en.minghui.org/html/articles/2014/6/13/1618.html

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