Criminales se vuelven gente buena y resisten noblemente la persecución después de aprender Dafa en la cárcel

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En el centro de detención al que fui enviado, había más de mil practicantes de Falun Gong encerrados allí. A través de clarificarles la verdad persistentemente a la gente de allí, la mayoría de los compañeros de cárcel obtuvieron un entendimiento positivo de Dafa. Algunos incluso comenzaron a practicar Falun Gong. En este centro de detención, ver unos pocos compañeros de celda estudiando la Ley o juntos practicando Falun Gong con practicantes de Dafa fue predominante. Esa gente (compañeros de celda) dijo que después de conocer a Dafa, habían realmente aprendido a ser buenas personas y que nunca harían nada ilegal de nuevo. ¡Incluso la policía en el centro tuvo que admitir que Dafa cambió para mejor a aquellos detenidos!

La Srta. Luo, una joven, estuvo encarcelada por un crimen relacionado con dinero. Ella estuvo dispuesta a estudiar la Ley y practicar Falun Gong todos los días, con todos. Incluso también llegó a recitar algunos artículos del Maestro Li. Ella había sido detenida en el centro por más de un año. Durante este período de tiempo, ella fue golpeada cuatro veces por practicar Falun Gong. Ella dijo: “Después que salga de aquí, deseo ir a Beijing para apelar a favor de Falun Gong. Me agradaría decirle a la gente ‘lo grandioso que Falun Dafa es’ usando mis propias experiencias personales”. También dijo, que a la gente le diría como ella – una persona que había cometido crímenes – se convirtió en una buena persona. Un día Luo juntó a pocos practicantes para practicar Falun Gong en público. Como resultado, ella fue esposada y golpeada. Desde entonces, ella ha sido liberada.

La Srta. Qi, también joven, fue sentenciada a la cárcel por vender cigarrillos falsificados. Ella se juntó en el estudio de la Ley y practicó Falun Gong. Ella también ayudó a los practicantes hacer la entrega de artículos del Maestro y proveer lápices o papel a practicantes. Donde quiera que encontrara a practicantes con problemas económicos, siempre trató de ayudarles.

La Srta. Fan, por segunda vez fue sentenciada a cárcel por tráfico de drogas. Su esposo se había divorciado de ella y estuvo cerca de perder su voluntad por vivir. De todos modos, durante su período de detención, los practicantes de Dafa cambiaron su forma de pensar. Se juntó a nuestro estudio de la Ley y para practicar Falun Gong. Ella también ponía mucha atención a su propia mejora de Xinxing (estándares morales). Nunca se enojaba con otros, más bien, a menudo ayudó a otros de su derredor. Nos dijo llorando: “Si no he juntado con ustedes para estudiar la Ley, ciertamente habría regresado a vender drogas después que fui liberada. En ese entonces, antes que conocí a Dafa, no me habría importado si hubiera sido sentenciada a muerte. Pero ahora, jamás tendría esos pensamientos. Después que estoy libre, jamás haría cosas tan ampliamente erradas, aunque tenga que vivir pobre en una vida dura. Seré una buena persona, una practicante.”

La Srta. Yu, de 23 años de edad, fue sentenciada a muerte, basada en la ley, debido a que extensamente estuvo involucrada en el tráfico de drogas. Cuando fue sentenciada a este centro de detención, ella estuvo desquiciada. Debido a que practicantes le clarificaban la verdad de Dafa, se volvió más tranquila en su mente. Fue capaz de escuchar historias de cultivación y también juntarse a los estudios de la Ley y práctica de ejercicios. Como resultado, cambió su entorno espiritual. Cuando la policía trató de prohibirla de practicar Falun Gong, les dijo: “No estoy dispuesta a vivir sin Falun Gong”. En la noche anterior a que fuera promulgada su sentencia, ella soñó que estuvo vistiendo ropa blanca y tendida en una vía de sangre. Un caballero se acercó a ayudarla. Le dijo que ella no moriría. Al día siguiente de sentencia, le fue concedida una suspensión temporal. Esta sentencia estuvo fuera de toda esperanza. Ella dijo a toda la gente que encontraba: “¡Fue Falun Gong que salvó mi vida!”

La Srta. Zu fue sentenciada por robo, a 5 años de prisión. Ella dijo que obtuvo Dafa en el centro de detención, mientras esperaba ser transferida a la prisión. El primer día que fue sentenciada a prisión, ella comenzó a practicar públicamente Falun Gong, de inmediato después de haber desempacado su valija. La policía ordenó a los compañeros de celda que la patearan y golpearan. Le obligaron a doblarse en un ángulo de 90, con su cabeza topando la pared, manteniéndola en esta posición por todo el día y noche, sin dormir. Ella también fue requerida acarrear labores pesadas durante todos los días. De todos modos, sin que le importe cuán tarde regresaba a su celda, nunca olvidaba de estudiar la Ley y hacer los ejercicios de Falun gong. Un día la policía la encontró distribuyendo uno de los artículos del Maestro Li a otros practicantes. Ellos buscaron en su celda y le confiscaron todos los artículos y su alfombra para meditar. Fue encerrada en una celda incomunicada. Ellos le colgaron de sus dos manos amarrándola por su espalda. La presionaban a admitir su ‘culpa’ y escribir una declaración difamando a Dafa. Debido a que con firmeza se negó a cooperar con la policía, la golpearon brutalmente.

Les dijo: “No tiene nada de errado seguir “Verdad, Benevolencia y Tolerancia’. Yo había sido una mala persona que cometió actos ilegales. Se debe a la Ley que me he convertido en una buena persona. Por tanto, no puedo hacer nada en contra de mi propia conciencia. No importa cuán mal me vayan a tratar, jamás firmaré tal declaración.”

La policía le dejó colgada y le golpeaba en la cara repetidamente hasta que estuvo completamente deformada. Ella se dio en huelga de hambre como protesta a tal persecución. Al tercer día, la policía tuvo miedo que ella muriera, por eso le enviaron de regreso a su celda. La Srta. Zu ha obedecido estrictamente los estándares de un practicante. Estuvo dispuesta a clarificarle a la gente la verdad bajo cualquier circunstancia. Siempre que veía a alguien persiguiendo a practicantes, trató de pararles. Les decía: “Los practicantes de Falun Gong no son culpable de nada. ¿Por qué quieres golpearles?” Cuando muchos de los compañeros de celda trataron de persuadirla de no hacer esto, les decía: “Yo practicaría Falun Gong aun si me aumentarían cinco años de sentencia”. Debido a que ella actuó rectamente, sus compañeras de celda le respetaban como buena, excepcional persona.

Entre este grupo especial de gente, muchas obtuvieron Dafa en la cárcel, al igual que la Srta. Zu. Es la Compasión del Señor Buda y la magnificencia del poder de Dafa que ha salvado a esas vidas.

Versión en inglés disponible en: www.clearharmony.net/articles/189912/15562.html

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