Después de haber aprendido Falun Gong durante tres días, he tirado el bastón que utilizaba desde hace ocho años

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Caí enferma hasta no poder moverme de la cama cuando tenía 33 años. El diagnóstico del hospital Capital de Pekín declaraba que tenía una malformación debida a una presión sub-craneana. Más tarde mi condición se mejoró un poco. A pesar de eso, durante ocho años seguidos, nunca he podido salir sin mi bastón. Por el hecho de una relación predestinada, asistí al tercer grupo de estudio y práctica de Falun Dafa de nuestra región en abril de 1996. Nunca hubiera podido imaginar poder deshacerme de mi bastón en tres días.

Una vieja amiga se enteró de la fecha de la sesión de estudio de Falun Dafa y vino a mi casa para pedirme que asistiera. Yo pensaba que los hospitales famosos no podrían hacer nada para mi enfermedad, y todo indicaba que nunca podría separarme de mi bastón por el resto de mi vida. Por eso estaba poco dispuesta a intentar practicar Falun Gong. Pero mi amiga me decía que la práctica tenía efectos milagrosos. Podía también venir a buscarme a mi pueblo para llevarme a la sesión de estudio. Escuchándola decir que Falun Gong proponía “cultivación” del cuerpo y del espíritu y que era una práctica que enseñaba a la gente a ser buena, mi marido pensó que puesto que tal era la opinión de todos, tendríamos que ir. Entonces mi marido me condujo a la sesión de estudio de Falun Dafa.

Cuantas más palabras escuchaba del Maestro Li Hongzhi, más fascinada estaba. El Maestro enseña que un ser humano debe amar la virtud y volver a su ser verdadero. Estuve profundamente conmovida. Lamenté no haber venido antes para aprender Falun Dafa. Después de haber oído al Maestro y aprender los ejercicios durante dos días, dejé completamente de preocuparme por mi enfermedad, y sólo pensaba en practicar la ‘cultivación'. La tercera noche, di mi bastón a mi marido en el camino de vuelta a casa después de la sesión de estudio, y paso a paso, anduve sin ayuda hasta la casa. No podía entender cómo yo podía hacer esto. El cuarto día, mi marido se fue a Pekín y no volvió a la noche. Decidí andar sola hasta el lugar de la sesión de estudio. ¡Estaba a unos dos kilómetros! Llegué allí sin haber hecho pausas a lo largo de la carretera, y estaba tan contenta. Desde hace más de ocho años, no había sido capaz de andar sin mi bastón más de 10 minutos. Esta vez, sin nadie a mi lado, era capaz de andar más de una hora. Tenía lágrimas en los ojos al pensar en ello.

Veinte días después de la práctica de los ejercicios de Falun Gong, mis dos piernas se hincharon y la izquierda se hinchó tanto que no me atrevía a tocarla. Al escuchar la Conferencia de la Ley del Maestro, sabía que cuando mis piernas se purificaran, habría reacciones. Todas estas reacciones quitaban las raíces de mi enfermedad. Por eso aguantaba el sufrimiento en mis piernas y perseveraba en la meditación sentada. Diez días más tarde, hubo un milagro. Causado por estos años de parálisis, todos mis dedos del pie estaban deformados especialmente los dedos del pie izquierdo, que se habían vuelto negros. Pero después de estos diez días de limpieza de mi cuerpo, todos mis dedos del pie se estiraron, y mis uñas del pie volvieron a lo normal y de un color sano. Después de una decena de días, tuve reacciones en la espalda (era cargada de espaldas y me dolía a menudo). En tres días, mi dolor de espalda desapareció. En el mismo momento, mi espalda se había milagrosamente rectificado. Mi hijo me dijo: "¡Madre, has crecido!"

Todos estos maravillosos cambios llegaron desde que comencé a practicar Falun Dafa. Un nuevo camino de vida surgió ante mí. ¿Cómo no podría hacer progresos diligentes y cultivar hasta la consumación?


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