Discurso de Dai Zhizhen, viuda de un practicante de Falun Gong asesinado en la persecución, en la conferencia internacional de “Genocidio en la nueva era”

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Dai Zhizhen

26 de enero de 2004

Soy Dai Zhizhen, mi hija se llama Fadu y tiene 3 años. Somos ciudadanas de Australia.

Mi esposo era ciudadano chino. Antes de que fuera asesinado con la persecución, vivimos en China durante 8 años. Esta es la foto de toda nuestra familia (muestra la foto).

La razón de que mi esposo fuera asesinado es muy simple, él era un practicante de Falun Gong. Antes de que la persecución se iniciara, fue a Pekín para entregar una carta al gobierno chino. La carta decía: “toda nuestra familia obtuvo enormes beneficios por la práctica de Falun Gong, Falun Gong es bueno.” Por eso, él fue detenido y encarcelado en campos de trabajos forzados donde recibía sangrientas palizas y torturas, finalmente murió a causa de ellas. Él murió cuando tenía 34 años, nuestra hija sólo tenía 8 meses.

Nosotros practicamos Falun Gong para desarrollar nuestra vida siguiendo los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. No queremos ni fama ni riqueza, solamente queremos ser personas más sanas y elevadas de moralidad a través de la cultivación de Falun Gong. ¡¿Qué delito tiene esto?!

Cuando supimos la noticia de la muerte de mi esposo, mi hija y yo nos encontrábamos en Australia y mi corazón se rompió. Sin embargo, cuando quisimos volver a China para recoger las cenizas de mi esposo, la embajada china no nos concedió el visado; nos vetaron el derecho de volver a China.

Llevé a mi hija a todos los lugares para pedir ayuda. Ésta es una noticia publicada en un periódico de Australia (muestra la foto). Fui a pedir ayuda a los diputados y a las organizaciones no gubernamentales. Ocho meses más tarde, con la ayuda del Ministerio de Asuntos Exteriores de Australia, por fin obtuve las cenizas de mi esposo. El gobierno australiano me ayudó a obtener sus cenizas, sin embargo, en China hay millones de familias que están sufriendo la misma situación que sufrí yo, están soportando enormes y brutales persecuciones y no tienen derecho a hablar, ni mucho menos la oportunidad de contar lo que pasaron en los medios exteriores.

Esta brutal persecución está destruyendo incontables familias felices, ¿cuántas personas perdieron sus esposas o esposos?, ¿cuántos niños perdieron a sus queridas madres o padres?

Miren por favor mi cabello, se volvió blanco solamente en una noche. La última vez que mi hija vio a su padre sólo tenía unos meses. Ahora, ella ya puede hablar y cuando me pregunta: “¿dónde está papá?, ¡quiero a mi papá!”, mi corazón se rompe. No sé cómo responderle para que una niña tan pequeña y tan inocente entienda la crueldad de esta inhumana persecución contra personas buenas. No sé como le puede afectar en su vida esta terrible persecución.

En China, miles y miles de niños están sufriendo la misma tragedia que la mía. Ellos no tienen ni el derecho ni la oportunidad de hablar, sus voces son reprimidas. Éste es el porqué de mi decisión de llevar a mi hija a viajar por todo el mundo para decir a todas las personas la verdad de esta persecución que está sucediendo en China. Espero que todos ustedes puedan ayudarnos para poner fin cuanto antes a esta persecución y salvar a los miles y miles de niños y padres que siguen sufriendo esta barbarie.

Gracias

Dai Zhizhen


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