Cultura tradicional: No buscar la vanidad ni complacerse en ello

Qi Jiguang nació cuando su padre Qi Jingtong tenía 56 años, una edad muy avanzada. Jiguang era hijo único y el padre le tenía un cariño particular al niño. Enseñó personalmente a Qi Jiguang a leer y practicar las artes marciales. Sin embargo, se mostraba muy estricto en lo concerniente al carácter moral y la conducta de Qi Jiguang.

Un día, cuando Qi Jiguang tenía 13 años, llevaba un par de zapatos de seda confeccionados a mano. Estaba muy orgulloso de ellos e iba y venía por el patio. Su padre lo vio. Lo llamó a sala de lectura y le riñó con cólera: "Si tienes zapatos buenos y bellos, naturalmente soñarás con tener bellos trajes. Cuando tengas bellos trajes, naturalmente soñarás con comer un buen alimento. Desde muy joven, desarrollaste la mentalidad de gozar del buen alimento y los bellos trajes. Tu avidez se volverá insaciable en el futuro. Cuando crezcas, buscarás los platos más deliciosos y los más bellos trajes. Si debes ser un oficial militar, te apropiarás de los salarios de tus soldados. Si continúas así, te será imposible tener éxito en las empresas principales".

Qi Jingtong supo que los zapatos de seda eran un regalo del abuelo materno de Qi Jiguang. Sin embargo no le ordenó quitarse los zapatos y los rompió en pedazos con el fin de que Jiguang no desarrollara la mala costumbre de complacerse en el lujo.

Una vez, la familia Qi debía renovar una docena de sus habitaciones que estaban muy viejas. Qi Jingtong contrató a varios artesanos para hacer el trabajo. Como la familia necesitaba un lugar presentable para recibir a los funcionarios de la Corte Real, les pidió a los artesanos instalar cuatro puertas esculpidas con motivos florales en el vestíbulo principal y Qi Jiguang asistió a la instalación.

Los artesanos consideraban a la familia Qi de una gran nobleza y les pareció demasiado simple tener sólo cuatro puertas esculpidas. Se dirigieron a Qi Jiguang en privado: "Tus parientes son generales. Para una familia tan noble y próspera, todas las puertas de la casa deberían ser esculpidas y adornadas con motivos florales, lo que en total serán doce puertas. Sólo esta decoración convendría al estatus social de su familia". Qi Jiguang pensó que su sugerencia era razonable y se lo dijo a su padre.

Qi Jingtong riñó seriamente a Qi Jiguang por sus ideas ostentosas y extravagantes. Advirtió a Qi Jiguang: "Si buscas y te complaces en la vanidad, no serás capaz de cumplir grandes cosas creciendo". Qi Jiguang aceptó la crítica de su padre y dijo a los artesanos que sólo instalaran cuatro puertas esculpidas.

Qi Jington enseñaba también a Qi Jiguang que el fin del estudio de las artes liberales y la práctica de las artes marciales no llevaban a la búsqueda de la notoriedad, del cumplimiento o de la riqueza personal, sino más bien al mejoramiento de la nación, de la sociedad y del pueblo. Por lo tanto debemos prestar atención al carácter moral de "lealtad, respetando a los padres, la incorruptibilidad y la integridad" para elevarnos nosotros mismos.

Con esta enseñanza, la disciplina, el ejemplo de su padre y su conducta ejemplar, Qi Jiguang no buscaba la extravagancia y se contentaba con un alimento moderado. Era diligente y serio en sus estudios y su práctica de las artes marciales. Más tarde, se convirtió en un general famoso así como un estratega notable de la Dinastía Ming y combatió la invasión de las minorías. Esto es lo que le valió ver su nombre figurar en la historia china.

Supo que la ostentación, la complacencia, el afecto a su propia apariencia, la adquisición de riquezas, los cumplimientos y los estatutos -estos compromisos tienen por objeto buscar el halago y las alabanzas de otros- eran todas manifestaciones de la vanidad. La raíz de la vanidad es el apego a el propio ego. Esto arruinará ciertamente una noble aspiración y condenará a esta persona a fallar en las empresas principales.