Antiguas líneas de conducta: Mantener la fuerza de carácter en un mundo caótico; la virtud es inestimable

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Durante el período intermedio entre la Dinastía Song y la Dinastía Yuan, vivió un profesor erudito. Su nombre de nacimiento era Heng Xu (1209 - 1281 AC) aunque se le conocía por Zhong Ping y por su seudónimo Lu Zhai. A lo largo de su vida, consideró que era su responsabilidad mantener los principios Confucionistas y legarlos a las tradiciones chinas. Publicó un libro titulado 'Lu Zhai Yi Shu'. He aquí algunas historias extraídas de el:

1. Trabajar duramente y volverse talentoso, destacar en virtud
Heng Xu vivía en Henei (hoy condado de Qinyang, provincia de Henan). Su familia eran granjeros desde hacía muchas generaciones y muy pobres. Heng Xu comía un alimento simple pero persistía a pesar de todo en sus estudios. Cuando cumplió siete años, le preguntó a su profesor: "¿Por qué motivo la gente estudia libros? El profesor le respondió: "Para aprobar el examen imperial que es muy competitivo”. Heng reflexionó durante un momento y dijo: "Debe haber otras razones". El profesor quedó sorprendido por su respuesta.

Heng se convirtió en hombre, pero no tenía medios para comprar libros. Visitó a numerosos eruditos para aprender de ellos. Pidió libros prestados, los copió y leyó y así adquirió muchos conocimientos. Un día fue al mercado y vio un libro, 'Shu Jing Ji Jie' sobre la mesa de un adivino. Entonces se sentó en el suelo y se puso a leer el libro. El adivino permitió a Heng llevarse el libro con el fin de copiarlo. De esta manera, Heng Xu aumentó sus conocimientos: trabajaba de día y por la noche copiaba los libros y los leía. Cuando el Emperador Yuan Shizu se convirtió en príncipe, lo nombró Ministro de Educación a cargo de la región de Guan Zhong. Más tarde, Heng Xu fue promovido con el título de Gran Erudito y también como funcionario responsable de las ceremonias memorables. Sugirió al Emperador Yuan Shizu lo que sigue: "La administración del gobierno debe seguir el ejemplo de los emperadores precedentes, que tan bien lo hicieron; debe seguir los principios porque son cosas del orden de lo ‘inevitable’. No vaya en contra de la virtud tradicional".

2. Mantener una personalidad firme especialmente en un mundo caótico
Cuando Heng Xu era joven, podía comparar su propio comportamiento con lo que los libros le habían enseñado. Creía que las palabras de los sabios debían llevarse a la práctica para disciplinarse en primer lugar a sí mismo y luego estas palabras podían ser enseñadas a otros y que este orden no podía ser invertido. Heng hacía uso de las palabras de los sabios para guiar sus propias palabras y acciones. Antes de decir o hacer cualquier cosa, juzgaba si ello estaba de acuerdo con los principios que el había comprendido. Un verano, ciertas personas y él escaparon de una zona de combate. Mientras huían, no comieron nada ni de día ni de noche y tenían mucha sed. Cayeron sobre un árbol del dragón con muchos frutos en sus ramas. Otros se precipitaron sobre el árbol y comieron los frutos. Solo Heng Xu se quedó atrás, se sentó y se puso a leer como si no hubiera visto los frutos en el árbol.

Uno de sus amigos le dijo: "Estas frutas están maduras, muy jugosas y deliciosas. ¿Por qué no comes alguna?". Heng Xu respondió: "Este no es mi árbol. ¿Por qué comería sus frutos? No quiero ir allí". Su amigo le dijo: "A causa de la guerra reina el caos, la gente muere, la gente huye. Este árbol no tiene actualmente propietario. No te inquietes, por comer algunos frutos". Heng le contestó: "Aunque este árbol no tiene propietario, mi corazón no puede estar sin propietario. La virtud es el propietario de mi corazón". Heng se acogió a sus principios morales: "No cojan lo que no les pertenece, no debería ser su modo de actuar".

3. El dinero no vale nada, la virtud no tiene precio
El conocimiento y la moralidad de Heng Xu aumentaban cada vez más. Numerosas eran las personas que sinceramente lo respetaban. Un 'Xiucai' * que vivía en el condado de Qinyang preparó numerosos regalos y fue a visitarle. Heng Xu vio los obsequios y se entristeció por ello. Heng saludó al 'Xiucai' y le dijo: "¿Cuál es pues mi talento y mi virtud para que seas turbado hasta el punto de tener que visitarme? Usted no despreció mi ignorancia y ha venido a mi modesta casa. Aprecio mucho esto. Pero no quiero aceptar regalos cuando esto no está de acuerdo con mis principios y no quiero cambiar. Por favor, excúseme". El 'Xiucai' se conmovió mucho y dijo: "Hermano Xu, usted verdaderamente destaca en virtud y se comporta con rectitud. Muchos saben de usted, mientras que yo acabo exactamente de encontrarle".

Más tarde, cada vez más personas se dirigían a Heng Xu. Llegado a la edad madura, Heng se dedicó a la enseñanza. Esperaba que la sociedad pudiera sacar provecho de sus esfuerzos. Su enseñanza englobaba muchos dominios: Jing, Zhuan, Zi, historia, ceremonia, astrología, crimen, alimento, gestión del agua, etc. Tanto por la ampliación de sus conocimientos y de su enseñanza de la virtud, como por sus enseñanzas académicas, fue adulado por sus alumnos. Heng se ocupaba de igual manera de todos sus alumnos, ya fueron ricos o pobres.

Un día mientras nevaba, uno de sus alumnos vino a visitarle. Heng Xu lo vio tembloroso de frío. Heng se quitó su chaqueta de algodón y se la dio. Lo reconfortó diciéndole: "¿Por qué no lleva abrigo?”. El alumno respondió: "Mi madre está enferma, tuve que vender mi chaqueta de algodón para comprarle medicinas". Heng le dio inmediatamente el dinero para que pudiera recuperar su chaqueta. El alumno sabía que Heng no era rico y declinó su oferta… Heng Xu le dijo: "Deseaba ayudarle a superar esta dificultad. Esto no me daña financieramente. Como dice un viejo proverbio: 'El dinero no vale nada, la virtud no tiene precio'. Siempre pensé que mis rentas son suficientes mientras cubran mis gastos de vida corriente. La demasía debería ser utilizada para ofrecer una ayuda financiera a los pobres. Es más importante que utilizar el dinero para darse placeres". Finalmente, Heng le dio el dinero a su alumno.

En la época de Yuan Shizu, todos los funcionarios gubernamentales estaban informados de los grandes conocimientos y noble personalidad de Heng Xu. Esto era muy útil para enseñar y promover la cultura tradicional china así como la virtud. A la muerte de Heng Xu, fue honrado póstumamente con el título de Wen Zheng.

Es decir:

Estricto hacia él mismo,
Conducta noble;
Promoción de la virtud,
¡Respeto del pueblo!

*Nota: Xiucai es una persona que posee el examen imperial a nivel de Condado.

Versión en inglés disponible en: http://zhengjian.org/zj/articles/2008/6/9/53262.html

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