Nunca he practicado el Falun Gong, ni ningún otro qigong, pero como persona normalmente educada que tiene una capacidad elemental para distinguir el bien del mal, pienso que ahora tengo que salir de mi neutralidad con respecto a Falun Gong. Podría guardar el silencio, pero mi conciencia no me dejará esperar más tiempo. Cuatro años, es suficientemente largo para permitirme observar, pensar y juzgar.
La represión a Falun Gong es asombrosamente similar a la Revolución Cultural en muchos aspectos. Es un movimiento político de arriba abajo y sus iniciadores tienen el poder supremo. En segundo lugar, similar a la Subcomisión Central de la Revolución Cultural, una organización llamada la "oficina 610" fue creada con el poder especial de pasar encima de la administración, de los procedimientos judiciales y de los departamentos del Gobierno a todos los niveles. En tercer lugar, todos los medios de comunicación están adaptados para lavar el cerebro de los individuos para que sólo haya una única opinión, sin ninguna posibilidad de debate o explicación. Cada uno debe dar a conocer su posición pero se autoriza una única posición. En cuarto lugar, se fuerza a la gente a renunciar a toda creencia no conforme. Si no lo hace, son propensos a malos tratamientos que incluyen la detención, el encarcelamiento, la tortura física, los abusos psiquiátricos, la pérdida de sus rentas, la calumnia, el exilio e incluso la muerte. En quinto lugar, no se autoriza una segunda voz en el país. Los que tienen opiniones diferentes guardan el silencio, incluso los oficiales de altas filas y la élite intelectual. Poco importa cuál será el resultado final. Últimamente, y esto aún no ha llegado, sino que podría ser posible, el movimiento durará hasta la muerte de su instigador. Entonces será posible la corrección y la rehabilitación.
Alguien podría negar mis anteriores observaciones con muchos argumentos nobles pero los hechos son los hechos. Aunque los dos acontecimientos no sean probablemente los mismos por sus identidades, la diferencia en los detalles no puede ocultar su naturaleza similar.
No planteo esta cuestión delicada con el fin de desafiar cualquiera, ni cualquier partido político. Lo que necesitamos es que se responda a dos preguntas. Una es: ¿por qué el Gobierno debe tratar a Falun Gong de la misma forma que la Revolución Cultural? La otra es: ¿dado que los medios utilizados en la Revolución cultural están utilizados en la persecución a Falun Gong, quien será capaz de impedir que la historia se repita? ¿Cada generación de chinos deberá "disfrutar" de otra Revolución Cultural?
Nota del editor: Esto es una reimpresión de un artículo publicado por otros medios de comunicación. No representa necesariamente las opiniones de los practicantes de Falun Gong.
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