Desde el año 2008, se colocó en las inmediaciones de la Torre Eiffel, un stand del "Centro de Renuncias al Partido Comunista Chino (PCCh)", ofreciendo atención al público casi a diario. El pasado 2 y 3 de octubre, el Centro invitó a la Banda musical europea Tian Guo Marching Band y a la Asociación Falun Dafa de Francia, para participar en una actividad de apoyo a los 80 millones de chinos que han dimitido al Partido (PCCh) y sus organizaciones afiliadas.
La Banda musical europea Tian Guo Marching Band |
Todas las banderolas del desfile desplegadas en la manifestación |
Uno de los desfiles partió del barrio chino de Belleville, después atravesó el distrito 3º para acabar en el Ayuntamiento. |
El sábado se inició el desfile, encabezado por la Banda musical europea Tian Guo Marching Band, que tuvo como punto de partida Belleville, después pasó por la Plaza de la República, luego cruzó la zona comercial del barrio chino del tercer distrito de París, para terminar en el Ayuntamiento donde toda la Banda Tian Guo interpretó varias piezas musicales. También hubo otro desfile que se inició al mediodía de la Plaza Italia, atravesó la Avenida Choisy y la Avenida Ivry del decimotercer distrito parisino.
Las banderolas con escritos en chino y en francés transmitían poderosos mensajes: "Dimita del PCCh, escoja el lado de la justicia y de la conciencia" "El cielo va a eliminar a PCCh" " Por su seguridad, renuncie al PCCh", etc. Era sábado y las calles estaban llenas de gente, muchos tendían la mano para recoger el folleto de información desde las calles a ambos costados del desfile.
El domingo, se organizó una manifestación en el Campo de Marzo frente a la Torre Eiffel. La Banda musical Tian Guo Marching Band interpretó una selección de piezas musicales, entre ellas: "El Fa rectifica el Universo". Entre el numeroso público había turistas de China continental y del mundo entero. La manifestación tuvo una buena acogida y recibió calurosos aplausos.
El organizador de la actividad, Sr. Chen, se dirigió a los manifestantes diciendo: "Durante 61 años, el pueblo chino ha sido tomado como rehén por el PCCh y ha sufrido mucho. El PCCh utiliza datos estadísticos falsos para engañar a la gente y a todos los gobiernos del mundo, persiguió al pueblo chino en cada una de sus etapas políticas del pasado; masacró a los estudiantes en la Plaza Tiananmen, y en 1999, se volvió en contra de los principios de Falun Gong de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, sin que hasta la fecha haya detenido su persecución, llegando incluso a sustraer los órganos a practicantes estando aún vivos de Falun Gong para venderlos en el jugoso mercado de los trasplantes. Solamente abandonando al PCCh el pueblo chino puede comenzar una nueva vida".
Una representante de la Asociación Falun Dafa dijo en su discurso: "Cuando comenzó la represión, los practicantes de Falun Gong nunca habían expresado tener ambiciones políticas. No son subversivos. Ellos no pedían una transformación política, sólo querían transformar sus propios corazones. Pero, aun no siendo disidentes políticos, eran disidentes espirituales. En una nación donde la violencia es glorificada, ellos escogían creer en la compasión y la tolerancia. En un sistema gangrenado por el engaño y la corrupción, ellos practicaban la verdad. Dentro de una China, cuyo nuevo mantra "es glorioso ser rico", ellos buscaban un sentido no en la búsqueda del dinero sino en la meditación, la reflexión sobre sí mismos y la práctica del altruismo".
"La persecución no tiene por objetivo matar al que practica Falun Gong, las muertes durante la detención preventiva son generalmente consecuencias indirectas. El verdadero objetivo es la conversión religiosa forzada. Individuos que aspiran a llevar vidas honestas, llenas de altruismo y gentileza, son encarcelados, manchados, y torturados con el fin de transformarles en personas sin creencia espiritual".
"Este campo de represión no concierne solamente la seguridad física de los practicantes de Falun Gong sino que representa una amenaza de algo mucho más fundamental y duradero: los derechos del individuo a procurar mejorarse como persona y a los valores colectivos de integridad de toda una nación".
No obstante, su discurso termina con una nota de esperanza: "Cada vez más chinos se niegan a dejarse intimidar por las amenazas de violencia, porque ellos saben que una vida sin libertad de consciencia no merece ser vivida. Ellos comprenden que el derecho de buscar la verdad y realizarse es lo que nos hace humanos. Es lo que hace de nosotros personas fuertes, lo que da significado y valor a la vida. Es lo que permite a una nación, o una cultura, abrirse. Son estas cosas, las que un día podrán permitir verdaderamente a la nación china alcanzar su pleno potencial, una China que al mundo le gustaría ver".
Después, intervino una voluntaria del Centro de Renuncias al Partido Comunista Chino (PCCh): "En sus sesenta últimos años de sucesivos movimientos políticos y de propaganda, el PCCh ha lavado el cerebro de todo el pueblo chino, pero hoy debe hacer frente a los malos resultados de su cruel régimen. La gran ola de dimisiones, en respuesta a la publicación de los "Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista Chino" continúa creciendo al ritmo de 50 a 60 mil personas que dimiten cada día. Es hora de que cada uno se incorpore a esta ola saludable, es una oportunidad histórica de transición pacífica hacia una nueva China".
Entre los discursos, varias grabaciones fueron difundidas. Numerosos turistas de China continental escucharon los mensajes y leyeron atentamente la información de los carteles; más de cien de ellos firmaron su dimisión y agradecieron profundamente la ocasión, llenos de emoción.
Uno de ellos dijo, después de haber dimitido, que la gente en China estaba deprimida porque no hay libertad ni derechos humanos. "La presión en la vida de los chinos es considerable. La policía puede detenerlos de la noche a la mañana y acusarles de un crimen nunca cometido. Después los torturan física y psicológicamente hasta que admiten ser culpables. La gente es esclava si no goza de los derechos garantizados por el cielo, ¿no es así?".
Desde que se creó el Centro de Renuncias al Partido Comunista Chino (PCCh) en 2008, ha servido de gran ayuda a cientos de miles de turistas de China continental para poder dimitir, al comprender que la historia del PCCh es la historia de la persecución del pueblo chino y la destrucción de cinco mil años de su cultura.
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