Doctores contra la Sustracción Forzada de Órganos (DAFOH por sus siglas en inglés), la organización médica que a cargo de controlar abusos en cirugías de trasplante de órganos, dijo que la comunidad internacional debe tener cuidado ante la reciente promesa de China de terminar con la sustracción de órganos de prisioneros ejecutados.
El gobierno chino tiene una larga historia de hechos clandestinos, cifras confusas, y afirmaciones contradictorias, y a pesar de la abundante evidencia y las demandas internacionales para que detenga los abusos de la sustracción de órganos, Beijing se ha negado a reconocer la sustracción ilegal de órganos de prisioneros de conciencia.
La fuente principal de órganos para las cirugías de trasplante en China, supuestamente los prisioneros ejecutados bajo pena de muerte, se contradice con una realidad diferente: el aumento en la necesidad de obtener órganos de los prisioneros de conciencia. Este grupo vulnerable, incluyendo a Falun Gong, la práctica tradicional de cultivación china brutalmente perseguida, corre un alto riesgo de ser víctimas de la demanda de órganos obtenidos por la fuerza. DAFOH insta a la comunidad médica global a permanecer vigilantes y no aceptar las afirmaciones de China a la ligera, señalando varios factores puntuales:
Situación legal turbia. China ha sustraído órganos de prisioneros ejecutados desde 1984. Increíblemente, en una reciente entrevista, Huang Jiefu, el arquitecto de los trasplantes, negó que la política haya sido alguna vez una “ley” oficial, que, de ser verdad, significaría que las decenas de miles de fuente de órganos sean ilegales y la misma cantidad de cirugías de trasplante no sean éticas, demandando así el enjuiciamiento de os doctores y de todo el personal de apoyo.
Afirmaciones camaleónicas. En un informe de ABC en 2013, Huang defendió la práctica de la sustracción de órganos de prisioneros ejecutados, afirmando que los prisioneros con pena de muerte querrían redención, diciendo: “¿Por qué se oponen?”. En 2014, afirmó que los prisioneros eran ciudadanos con derecho a donar sus órganos, una interpretación de los parámetros éticos que no es compartida por la comunidad internacional. El mes pasado, ante un cambio de aire político, el mismo Huang revirtió esta posición por completo, llamando a esta práctica como una “zona prohibida”, y señalando al actual zar de la seguridad china, Zhou Yongkang, quién cayó en desgracia recientemente.
Desaparición de trasplantes poco creíble. Los hospitales chinos han estado muy atareados borrando de sus sitios web la evidencia para minimizar el alcance del comercio de trasplantes.
Recientemente en julio de 2014, el hospital provincial del pueblo de Guangdong n° 2 ostentaba en su sitio web haber realizado más de 1.000 trasplantes de riñón desde 1999 en su establecimiento. En febrero de 2015, en un clima de inspección mundial sobre la política de trasplante de órganos de China, el mismo sitio web fue alterado, ahora acreditando sólo 500 trasplantes desde 1999. El número de trasplante de riñones que realizó el departamento a cargo también fue modificado, de 2.000 a 1.200 durante el mismo período.
Queda claro que China no está lista para compartir la ética aceptada internacionalmente ni tampoco para unirse a la comunidad de trasplante como un igual, un aliado de confianza.
Para poder tomar seriamente los reclamos del gobierno chino, los grupos de control internacional y las organizaciones médicas deben demandar:
Declaración completa del uso de prisioneros de conciencia como fuente de órganos,
Transparencia en la fuente de órganos, y
Acceso a la ruta de las fuentes de órganos de China.
Sobre DAFOH - Doctores contra la Sustracción Forzada de Órganos
Fundada y organizada por médicos doctores en varias especialidades de todo el mundo, el objetivo de DAFOH - Doctores contra la Sustracción Forzada de Órganos es brindar a la comunidad médica y a la sociedad hallazgos objetivos sobre la sustracción de órganos de manera poco ética e ilegal. La sustracción de órganos, la extracción de órganos de un donante, sin su previo consentimiento gratuito y voluntario, se considera un crimen de lesa humanidad, así como también una amenaza a la ciencia médica en general.
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