El periodista investigador y escritor estadounidense Ethan Gutmann llegó a la República Checa el 8 de enero de 2016, para participar en una serie de eventos durante una semana en relación al lanzamiento de la versión checa de su libro La Masacre [The Slaughter, en inglés], y dar a conocer la sustracción de órganos por parte del régimen chino de presos de conciencia aún con vida.
Ethan Gutmann con su libro La Masacre publicado en checo. (David Jurik) |
La edición checa del libro fue publicada en noviembre de 2015, siendo la segunda traducción después de la versión alemana. Durante los acontecimientos de enero Gutmann presenta sus resultados en dos universidades checas, en el Parlamento ante el Subcomité de Derechos Humanos y en varias otras charlas.
El senador Patrik Kuncar comentó después de una de las charlas del Sr. Gutmann: "En cuanto a la sustracción forzada de órganos a presos políticos en China ¡es algo inconcebible! Pienso que es importante informar al público con el fin de evitar estas brutalidades tanto como sea posible. Esto es básicamente un paralelo a lo que estaba ocurriendo en nuestro país durante el comunismo y demuestra cuán perversa es cada [instancia del] totalitarismo eliminando a sus oponentes de la manera más espantosa. Y si hay alguna posibilidad de ganar dinero de ello, lo harían".
En 1999 cuando comenzó la persecución a Falun Gong, Gutmann trabajaba en Beijing. Rápidamente se dio cuenta de que Falun Gong se había convertido en el tema más importante para el partido comunista chino. Al ver a lo largo de los años cuán poco se había informado sobre el tema de Falun Gong y la persecución en el Occidente, cuántos malentendidos habían y cuán desequilibrados eran los libros escritos sobre el tema por los estudiosos occidentales, inició su propia investigación y a escribir su propio libro. Años de minuciosa investigación dieron como resultado la publicación de La Masacre.
Gutmann tenía originalmente pensado escribir sobre el conflicto entre Falun Gong y el partido comunista chino, pero al entrevistar algunos testigos para el libro, se dio cuenta de que la sustracción forzada de órganos estaba de hecho sucediendo en China y que los practicantes de Falun Gong era el grupo más grande de víctimas.
El dilema de la confidencialidad médica
El 12 de enero, Gutmann dijo a la Subcomisión de Derechos Humanos: "Sólo les pido que quiten la protección de privacidad, la confidencialidad médica, para que podamos tener al menos una idea de cuántos ciudadanos checos van a China [por trasplantes de órganos]. Y si hay ciudadanos checos que van a China, entonces se podría considerar la prohibición del turismo de órganos a China".
La cuestión de la confidencialidad médica representa una dificultad para Gutmann y otros investigadores de la sustracción de órganos forzados en China. "Esto es algo con lo que nos encontramos todo el tiempo", dijo Gutmann. "En países individuales, en los parlamentos, no paran de preguntar: ¿Cuántos de nuestros ciudadanos viajan a China por órganos? La respuesta es, no lo sabemos, y es debido a la confidencialidad médica".
Un día antes que el Sr. Gutmann hablará en la segunda Facultad de Medicina de la Universidad Charles, uno de los médicos presentes, funcionario de la Sociedad de Trasplantes, dijo que dos de sus pacientes ambos de origen vietnamita, habían viajado a China para recibir un trasplante de riñón. Esta es una indicación de que el turismo de órganos en China está ocurriendo en todas partes y que no se limita únicamente a los países occidentales o asiáticos ricos.
"Vamos a buscar caminos para ver cómo afrontar este problema en la República Checa", dijo MP Marketa Adamova, presidente de la Subcomisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados.
Gutmann explicó que en China, un "donante" tiene que morir para que otra persona pueda recibir un nuevo órgano, incluyendo los riñones. Él estima que hasta un 75 por ciento de los prisioneros utilizados como fuentes de órganos son presos de conciencia, en su mayoría practicantes de Falun Gong. Estas personas son asesinadas por cirujanos chinos en la mesa de operaciones, dijo Gutmann.
"Una línea de moralidad y otra de ética se han cruzado aquí. Los médicos son los miembros más respetados de la sociedad en todo el mundo. Convertirlos en estos asesinos en masa es una cosa terrible", dijo Gutmann. Él, junto a otros investigadores y médicos entregados a este asunto, han estado trabajando duro para impulsar a países individuales a minimizar su contribución al problema y que prohíban el turismo de órganos en China.
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