El creciente mercado de trasplantes de órganos en China ha atraído a la inversión extranjera de los laboratorios farmacéuticos especializados en el campo de trasplantes. Es un asunto que no es del gusto de Amnistía Internacional, debido a la práctica de la extracción forzada de órganos.
Para Danièle Gosteli del Departamento de Economía y Derechos Humanos de Amnistía Internacional de Suiza, "un laboratorio que sigue haciendo esto estando informado del tráfico de órganos, arruina su reputación".
Sociedades como la del gigante Roche, con sede en Basilea, Suiza; desarrolla en China investigaciones clínica sobre trasplantes de órganos – utilizando órganos probablemente extraídos sin el consentimiento de las personas. La indignación causada por estas revelaciones, no han hecho que Roche cambie su estrategia de desarrollo en esta área
"Hay un momento en que es necesario tener un criterio más elevado que el de la competencia entre los laboratorios farmacéuticos, especialmente cuando se trata de violaciones a los derechos humanos", dice la señora Gosteli, quien pide que por lo menos los laboratorios exijan al régimen chino "una plena transparencia sobre el origen de los órganos".
Según las estadísticas oficiales, alrededor de 10.000 trasplantes de órganos se realizan cada año en China, dos tercios provienen de la pena de muerte, por lo general, sin evidencia de el consentimiento del donante. Una encuesta realizada por abogados internacionales también revelaron que los miembros del movimiento Falun Gong han sido ampliamente utilizados como un "reservorio de órganos" en los campos de reeducación y trabajo forzado.
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