Mi nombre es Zhengfang Mo. Estoy estudiando un masterado en el Reino Unido y mi marido trabaja como Director en un restaurante chino. Tenemos una hija llamada Minghui, quien ahora tiene casi 2 años de edad. Como otros niños, ella habitualmente es de una sonrisa hermosa, esta llena de amor y esperanzas para el mundo. Pero, a diferencia de otros niños, ella ha sido privada del derecho a una nacionalidad.
El 30 de junio del 2000 (viernes), luego de una semana de vacaciones en Ginebra, Suiza, mi marido y yo, junto a Minghui, entonces de 5 meses de edad, regresábamos a Gran Bretaña. En el aeropuerto de Ginebra, recibimos un gran golpe, nos dijeron que nuestra hija no podría volver a Gran Bretaña sólo con el certificado de nacimiento del Reino Unido. A pesar que nosotros ingresamos con ella a Suiza sólo con ese certificado, ella no podía volver sin un visado del Reino Unido. No sabíamos que hacer.
Afortunadamente, con la ayuda de un practicante veterano quien hablaba inglés, francés y alemán, pudimos saber que lo que necesitábamos hacer era registrar a nuestra hija en nuestros pasaportes en la Embajada China, y entonces requerir un visado al Reino Unido en su embajada.
Cuidando a nuestra hija, quien tenía fiebre y sarpullido por todas partes, yo no pude contener mis lágrimas, sabiendo que teníamos que estar en un país completamente desconocido.
Luego de un fin de semana que parecieron años, llegamos a la Embajada China en Suiza, que está en Berna. Explicamos nuestra situación al registro y le dimos todo el material relevante. Ella nos dijo sonriendo que ellos podían registrar a nuestra hija en nuestros pasaportes, y que sólo tomaría media hora. Además trató de consolarnos y nos dijo que lo tomáramos con tranquilidad. Después de una hora, ella apareció con cara seria y tenebrosa. Dijo que no podían registrar a nuestra hija. Cuando preguntamos el por qué, dijo que debíamos registrarla en la Embajada China en Londres.
¡Deben registrarla donde ella ha nacido!" Le pedimos nos diera las estipulaciones por escrito, explicando que no podíamos volver a Gran Bretaña sin una visa para Minghui. Pero ella respondió, "nosotros no queremos mostrarles ninguna estipulación. ¡Ustedes deben volver por donde vinieron!"
Desilusionados, volvimos al aeropuerto de Ginebra. Al mismo tiempo, una practicante en Ginebra nos llamó para ofrecernos su casa, si no podíamos volver. Ella nos alentó a ser fuertes y sobrellevar las dificultades. Yo estallé otra vez en lágrimas, esta vez llena de gratitud.
En el aeropuerto, nosotros, con la pequeña Minghui en brazos, explicamos la situación a una señora que trabajaba para la aerolínea, y le pedimos que lo explicara a la aduana. Minghui continúo sonriéndole mientras estábamos hablando. Tal vez movida por la febril pequeña niña y nuestra ordalía, ella llamó a las autoridades del Reino Unido y comentó nuestra historia, incluyendo la actitud tomada por la Embajada China a nuestro requerimiento.
El oficial de inmigración, por teléfono, nos hizo algunas preguntas relevantes y nos dijo que teníamos permiso para entrar al Reino Unido. El también hizo arreglos especiales para que alguien nos recogiera al límite del control. Yo no esperaba que la gente y el gobierno de países extranjeros fueran los que nos dieran una cálida ayuda cuando la necesitábamos.
El 24 de julio del 2000, mi marido y yo fuimos a la Embajada China en Londres para registrar a nuestra hija. Completamos todo el material relevante incluyendo mi pasaporte. Los empleados de la embajada dijeron que en tres días mi hija sería registrada como niño acompañado en mi pasaporte.
Algunos días más tarde, cuando un amigo mío fue a la embajada para retirar el pasaporte a mi nombre (yo no estaba en Londres en ese momento), la embajada rehusó entregárselo. Mas aún, le preguntaron su nombre y chequearon sus datos cuidadosamente antes de decirle "Usted está bien." Pero le dijeron que me informara que la embajada me invitaba a hablar cara a cara. Por lo cual mi marido y yo fuimos otra vez el 24 de agosto. Un caballero llamado Du me dijo que debía escribir una confesión de Falun Gong, la cual debía ser enviada al Ministerio de Seguridad Pública de China para ser aprobada. Sin esa aprobación, mi hija no podría ser registrada. También nos dijeron que nuestra hija nunca podría ser registrada o tener su propio pasaporte si nos rehusábamos a dejar Falun Gong. Como eso es algo que nunca haría, yo les dije que me devolvieran mi pasaporte y así podría requerir la extensión a la visa de estudiante que caducaría a finales de septiembre. Pero me dijeron que debía ser aprobado por el Ministerio Público de Seguridad.
Nunca pensamos que algo tan simple y razonable, no pudiera hacerse, sólo por ser practicantes de Falun Gong. ¡Lo chocante fue que hasta un pequeño bebe era privado de sus derechos básicos como ciudadano! De vuelta a casa, yo no podía alejar de mí el agravio y pena. ¿Qué tiene de malo practicar Falun Gong? ¿Por qué se debería prohibir a las personas ser buena gente? Mis pensamientos retornaron al pasado.
Un día en marzo de 1998, preocupada por mi pobre salud, mi madre me dio a conocer Falun Gong. A pesar que había varios tipos de ejercicios de Qigong en China, mi madre nunca me sugirió que practicara alguno de ellos. Como me gustaba leer libros, yo acepté Zhuan Falun de ella. ¡Tan rápido como comencé a leer, desperté a lo que estaba escrito en el libro sobre la práctica de cultivación! A pesar de mi gran interés en leer y coleccionar libros, sabía que este libro era diferente de todos aquellos libros que había leído en toda mi vida. Entonces traté de hacer lo que el libro me decía. Después de un corto tiempo, me sentía libre de toda enfermedad que padecía, me sentí liviana y con energía. Al mismo tiempo, mi mentalidad cambió enormemente. Yo pasé de ser una persona completamente en desacuerdo con la sociedad y quien sólo creía en si misma, a ser una persona tolerante con los demás, disfrutaba de trabajar para otros y ser buena persona. Era muy feliz con esos cambios, porque una vez más, yo estaba llevando una vida activa, la cual continué teniéndola siempre.
Entonces, mi hija estaba sin nacionalidad y mi pasaporte confiscado. Haciendo esto, el gobierno chino quería forzarme a una situación extremadamente difícil, a dejar nuestras creencias en Falun Dafa. Completamente sin esperanzas, yo tuve que pedir ayuda desde mi MP y la oficina de extranjeros del Reino Unido, diciéndoles nuestra historia. Obviamente, la Embajada China en Londres había violado seriamente el artículo 15 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Todos tienen derecho a una nacionalidad. La nacionalidad no puede ser prohibida y a nadie se le puede negar el derecho a cambiar su nacionalidad.
El MP fue rápido en ayudar. El 15 de septiembre, 44 días después que nosotros requerimos la registración, me fue devuelto mi pasaporte. Para nuestra sorpresa, encontramos que ellos registraron a mi hija el 1 de agosto, pero luego lo cancelaron. Había tres sellos rojos de "cancelados" impresos en esa hoja. Cuando un amable policía quien vino a entender mi situación vio la hoja, el dijo: Realmente quiero ir a la embajada china y golpear esa puerta y usar mi fuerte voz para preguntarles. Mis colegas también se indignaron cuando escucharon esto. El nos dijo que no dudáramos en pedirle ayuda, pues la necesitaríamos. También dijo que si alguien quisiera tomar represalias o instigarnos, llamáramos a la policía y ellos cuidarían nuestra seguridad. Desde entonces él vino a menudo a preguntar si necesitábamos ayuda o si nos estaban instigando. Yo estuve muy agradecida desde el fondo de mi corazón a esta gente por su amabilidad y sentido de justicia.
Esta situación también nos impide reunirnos con nuestra familia en China. Nuestros padres están ansiosos de ver a su nieta, pero ella no puede volver a su tierra. Cada vez que llamo a casa, mi madre me pregunta sobre Minghui, porque mi mama está preocupada por si puedo cuidarla bien, ya que es mi primer niño. Entonces, nosotros le enviamos por mail algunas fotos de Minghui, para que ellos se despreocupen.
Un año ha pasado, pero mi hija sigue estando desnacionalizada. Pero nosotros nunca dejamos nuestros esfuerzos para devolverle sus derechos humanos básicos a una nacionalidad, en septiembre de este año, con mi hija de 21 años, recorrimos en coche 3.000 millas alrededor del Reino Unido pidiendo SOS urgente ayuda para Minghui y practicantes de Falun Gong en China. Para nuestra gratificación, la gente y el gobierno local de todos los lugares que recorrimos nos brindaron su total apoyo, cuidado y coraje. Además recibimos más de 100 cartas y peticiones firmadas. Particularmente nuestro actual MP fue de gran ayuda, él propuso una moción anticipada al parlamento, requiriendo al gobierno británico ayudar a Minghui a obtener su pasaporte chino y prestar más atención a la situación de los derechos humanos en China, como también a los practicantes de Falun Gong. Por ahora gracias a sus esfuerzos, 52 miembros del parlamento han firmado la moción y será discutido en el parlamento.
Al mismo tiempo, la historia de nuestra hija nacida sin nacionalidad recibió mucha atención por parte del público británico. Algunas organizaciones lo han reportado. La gran revista de mujeres cubrió nuestra historia. La BBC en línea y BBC radio hicieron un reporte especial de 30 minutos. Daily Record, importante periódico de Escocia, y algunos grandes diarios locales y estaciones de radio, también reportaron la historia de Minghui. Nosotros a menudo encontramos gente británica quien nos dice que han leído reportes relevantes y nos desean buena suerte.
Algunas personas chinas nos dicen, "¿por qué no escriben una garantía para la embajada, y entonces seguir practicando después de obtener la registración? Pero esto significa tener que dejar nuestras creencias y venderlas por algo más. Si yo hiciera eso tendría que dejar las creencias que elegí por mi misma y tendría que dejar mis propios esfuerzos sobre "Verdad, Benevolencia y Tolerancia" y también me volvería una persona hipócrita y degradada. ¿Cuando Minghui crezca, como madre, cómo podría decirle esto a ella? ¿Cómo podría decirle que su madre le consiguió un pasaporte a través de sucumbir con muy poderosos ruegos? ¿Haciendo eso, qué podría enseñarle a mi hija? Por el contrario, yo seré capaz de decirle rectamente en el futuro " Mamá nunca dejó Verdad, Benevolencia y Tolerancia, nunca perdió la conciencia de persona y el coraje para salvaguardar la justicia, a pesar de estar bajo mucha presión.
Nuestra pequeña Minghui no sólo aprenderá de mi y mi marido. Ella aprenderá de todos aquellos que la han ayudado con la justicia y bondad. Los ejemplos personales son muy poderosos. En el futuro ella será esa clase de persona, porque el incidente influirá indudablemente en toda su vida. Por todo esto aquí quiero extender mi corazón de gratitud a todos aquellos quienes nos han ayudado. Sus actos benevolentes influirán en el futuro de la humanidad, y ayudan a dar forma a un maravilloso futuro para la gente del mundo.
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