Reflexión sobre mi apego a los animales

Hace algunos días el perro de mi madre murió. En 2002, ella me rogó que adoptase un perro. En ese momento no me había casado y aún vivía con mi madre. He sido practicante de Dafa por cinco años y sé que los cultivadores no deben matar ni criar animales. Así que me rehusé. Más tarde, cuando vi a un practicante criar a un perro pequeño, mi mente se conmovió y acepté adoptar a uno. Me gustaba el perro y gastaba muchas energías en él. Al mismo tiempo sentía en mi mente que era una carga. Tenía especial cuidado cuando estudiaba el Fa y hacía los ejercicios, por temor que el perro pudiese obtener algunas habilidades y hacer cosas malas. En 2004, me fui a trabajar a otra localidad y me casé. Como el perro ya no estaba conmigo, gradualmente dejé de preocuparme porque adquiriese algunas habilidades. Sin embargo, cuando llamaba a casa, preguntaba por el perro y siempre estaba pensando en él.

En 2009, mi madre vino a vivir conmigo, por su mala salud. Le aconsejé regalar al perro, pero mi madre no resistiría el dejarlo. Así que se convirtió nuevamente en una carga para mí, el hecho de que el perro adquiriese habilidades. Externamente, parecía que el perro me gustaba cada vez menos y siempre le decía a mi madre que lo regalara. Algunos compañeros practicantes, también me dieron recomendaciones. Lo intenté de varias maneras, pero nada parecía cambiar. En ese momento, mi madre y yo discutíamos mucho por el perro. Hasta que recientemente, me di cuenta que no era mi madre quien no soportaba alejarlo; sino que en lo profundo de mi corazón, me di cuenta que yo estaba muy apegado a él.

Cuando me decidí a desprenderme de ese apego, el perro enfermó y una semana después murió. Cuando enfermó, yo deseaba de alguna forma que muriese rápidamente. No era un pensamiento de compasión. Yo simplemente sentía temor de que afectase mi cultivación. Pero cuando vi que el perro estaba a punto de morir, no pude soportarlo, se me rompió el corazón. Cuando el perro murió, lloré durante dos días. Me sentía culpable y mi mente estaba toda confundida.

El Maestro me vio tan triste, que envió a mi mente dos líneas de un poema:
“Lo que se abandona no es a uno mismo
Sino a todo lo absurdo dentro del laberinto”.
(“Desechando apegos,” Hong Yin II)

Recité varias veces el poema. Más tarde, poco a poco comprendí que el Fa tiene un camino y que Dafa le brinda a cada ser humano la posición más conveniente, que uno no puede obtener con una mentalidad humana. Como el perro había muerto, ya no tenía ningún apego sobre su destino futuro. Pero, por haber cargado con ese apego durante esos nueve años ¿Cuánta preocupación le ocasioné al Maestro? Cuando pienso en ello, siento que defraudé al Maestro.

Poco a poco fuí calmándome y comencé a ver en mi interior. Me di cuenta que nunca había dejado el apego al perro, las discusiones con mi madre sobre el perro eran meramente superficiales. En realidad tenía oculto un motivo egoísta. Quería al perro, pero no deseaba que afectase mi cultivación. El apego no había sido superado y era un autoengaño. De hecho me estaba defraudando a mí mismo.

Leí todos los artículos relacionados con “los cultivadores no deben matar ni criar animales” en la página web Mighui. Poco a poco desperté y rectifiqué el concepto errado que se había desviado dentro de mí. Comencé a reflexionar sobre el motivo que tuve para aceptar que se adoptase un perro. Antes de comenzar mi cultivación en Dafa, alguien me había regalado un gatito y me gustó mucho desde la primera vez que lo vi. Yo soy el único hijo en nuestra familia y mis padres rara vez hablan conmigo, así que me sentía muy solo. Desde que llegó el gatito, le di todo mi amor. Un año más tarde el gatito murió. Estaba tan afligido que deseé estar muerto. Estuve deprimido por más de un mes. Poco después de esto, comencé mi cultivación en Falun Dafa. Con la alegría de la cultivación del Dafa, poco a poco me olvidé del dolor de haber perdido al gatito. La cultivación es algo serio y desechar cada apego debe hacerse con firmeza. En 2002, cuando mi madre propuso adoptar un perro ¿No era esto una prueba para mí? Tenía que serlo.

Sin embargo, no superé esa prueba. Yo pensé que perros y gatos eran distintos. Pero ¿no es lo mismo el apego a cualquier animal? Mi apego a los animales era tan profundo que no me había dado cuenta de ello.

En el fondo, me di cuenta del apego hacia perros y gatos, así que lo arranqué de raíz. Sentí que mi espacio nunca había estado tan tranquilo.También me di cuenta, que si me aferraba al apego, sin importar donde enviase al perro, o cuán lejos estuviese de mí, aún existía en mi propio espacio. Solamente al desechar por completo el apego, podía estar tranquilo en mi espacio. Yo solía pensar que mi espacio era el ambiente a mi alrededor. Ahora siento que cualquier cosa y todas las personas, sin importar cuán lejos estén de mí, siguen en mi espacio. Es mi mente la que domina todas las cosas y los seres.

A través de este asunto, me di cuenta que si mi madre deseaba adoptar a un perro no estaba equivocada, era mi apego. Yo no deseaba desecharlo. Todo en este mundo actúa como medio para nuestra cultivación. Cada cosa, toda la gente y varias contradicciones con las que me he encontrado, son las que tengo que superar para avanzar en mi cultivación y con ello elevar mi xinxing. Desechar los apegos es lo que debe hacer un cultivador.

Como discípulos de Dafa nuestro corazones cambian al mundo, yo debería dedicar todos mi pensamientos a salvar seres conscientes. Tenemos que mostrar cada día gran compasión a los demás y trabajar para salvar a personas de todo el mundo. Tengo que dedicar todos mis esfuerzos en hacer las tres cosas bien y estar a la altura de las expectativas del Maestro, así como también de su compasiva salvación.

Versión en chino disponible en: http://minghui.ca/mh/articles/2011/3/12/狗死掉后的反思-237505.html

Versión en inglés disponible en: http://www.clearwisdom.net/html/articles/2011/3/23/123987.html