Escrito en el 4º aniversario de 25 de abril: deseando que la gente sea librada de la peste política del régimen de Jiang

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Por Cheng Ming

El 25 de abril de 1999, más de diez mil practicantes de Falun Gong fueron en grupo a la Oficina de Apelación Estatal situada en la calle Fuyou de Beijing para pedir a la autoridad comunista china la liberación de los más de 40 practicantes de Falun Gong ilegalmente detenidos por policías de Tianjin. Este acontecimiento llamó la atención de todo el mundo y fue utilizado por el dictador Jiang Zemin como justificación para iniciar la sangrienta persecución contra Falun Gong hasta hoy día. En el día de hoy, cuatro años después, podemos observar este acontecimiento con visión macroscópica y mantenerle claro en algunas cuestiones fundamentales.

En primer lugar, la apelación en grupo de los practicantes de Falun Gong es la aplicación de los derechos fundamentales de cada persona. En la Constitución China, está claramente reflejado que todos los ciudadanos tienen el derecho de apelar. Ante la situación, de que los policías de Tianjin se negaron a liberar a los practicantes de Falun Gong ilegalmente detenidos, es razonable, justificable y legal la apelación por parte de los practicantes de Falun Gong en la Oficina de Apelación Estatal situado en la calle Fuyou en Beijing. La apelación fue absolutamente pacífica, no hubo consignas, ni pancartas ni obstaculizaron el tráfico. El supuesto delito de “sitiar y atacar Zhongnanhai” fue un delito prediseñado e inventado por el régimen de Jiang Zemin para iniciar la persecución a Falun Gong. En las sociedades civilizadas como en EE.UU., el mismo día de la proclamación de Bush como presidente del gobierno, casi diez mil ciudadanos estadounidenses salieron en protesta pero ninguno de ellos fue perseguido por el delito de “sitiar a la Casa Blanca” o “atacar al presidente”. El delito de “sitiar y atacar” forzadamente puesto por Jiang Zemin a los practicantes de Falun Gong demostró precisamente la cara verdadera de un dictador que se opone al pueblo como si fuera su enemigo.

En segundo lugar, el régimen de Jiang afirmó numerosas veces que los practicantes de Falun Gong que fueron a apelar tuvieron “objetivos políticos”. Esto es algo típico de “el ladrón denunciando el robo”. Desde que se inició el gobierno del Partido Comunista Chino, se desencadenaron una y otras persecuciones políticas bajo el nombre de “política” o “lucha de clases”. Las víctimas de estas persecuciones políticas siempre habían sido declaradas “enemigos de clase” por tener “objetivos políticos”. En realidad, es justamente el dictador quien tiene “objetivos políticos” y provocó una y otras veces las persecuciones.

La realidad a lo largo de los últimos cuatro años demuestra que Falun Gong no tiene ningún tipo de interés por los poderes políticos, partidos políticos y sistemas políticos y aún menos de tener estructuras y objetivos políticos. Además, los practicantes de Falun Gong bajo la situación de sufrir brutales y crueles persecuciones y torturas hasta la muerte, no tuvieron ningún tipo de violentas venganzas. Lo que ellos piden no es más que el derecho de practicar los ejercicios y el derecho de ser buenas personas, ¿dónde se reflejan los “objetivos políticos?” En el ojo del insensato dictador que sólo ve el poder, cualquiera otra cosa puede ser imaginada y considerada amenazadora a su poder absoluto y dictatorial, llamado por él “objetivos políticos”, así, para aniquilarla a cualquier precio. Éste es la naturaleza verdadera del “ladrón del pueblo”.

Los reportes informativos difundidos por el régimen de Jiang sobre el acontecimiento del “25 de abril” son inverosímiles al igual que todos los asuntos posteriores relacionados con Falun Gong. Sobre éste punto, se puede ver muy claramente sobre el caso reciente de la epidemia del SARS. Los oficiales del Partido Comunista Chino al principio ocultaron la epidemia de SARS, más tarde, cuando el caso se agravó y ya no eran capaces de seguir ocultando las informaciones, seguían ordenando al ministro de Sanidad a difundir mentiras e inventar datos falsos. Más tarde, hospitales chinos utilizaron varias maneras para engañar a los funcionarios investigadores de la Organización Mundial de la Salud como trasladar a los pacientes contagiados. Lo más vergonzoso todavía es cuando todas sus mentiras inventadas fueron reveladas una tras otra, contradictoriamente, los medios de comunicación chinos controlados por el régimen criticaron con furia a los medios de comunicación extranjeros de “abusar políticamente” y de “calentar la situación con mala intención”. Todo esto demuestra que la organización del régimen de Jiang es una peste política que envenena a una gran cantidad de la población con sus mentiras difundidas en la persecución contra Falun Gong.

Durante los últimos cuatros años pasados, los practicantes de Falun Gong tanto dentro como fuera de China mantuvieron la clarificación de la verdad y la razón de Falun Gong para que todavía más gente fuera librada de la peste política del régimen de Jiang y adquiera la inmunidad a ella.

Una vez adquirida la inmunidad a la peste política de Jiang, no es difícil ver que, la apelación pacífica por parte de más de diez mil practicantes de Falun Gong hace cuatro años; la persistencia a la creencia; la persistencia a la lucha pacífica, la resistencia a la salvaje persecución con el cuerpo de carne y hueso; la no utilización de la violencia frente a los violentos y salvajes, siempre, siempre lo hacen con una paz, sensatez y serenidad que sólo es posible con su recta e íntegra creencia: Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

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