El 4 de Octubre, de acuerdo con una alianza entre Derechos Humanos de las Naciones Unidas y las pertinentes leyes francesas, cuatro practicantes de Falun Gong de Francia, Irlanda y Canadá, iniciaron el juicio. Ellos trabajaron en conjunto con los renombrados abogados de derechos humanos, Georges-Henri Beauthier y William Bourdon, para demandar al primer vicepresidente de China, quien es también un ex-miembro del Comité Permanente del Partido Comunista chino, por tortura cruel [en contra de los practicantes de Falun Gong en China]. Los cuatro demandantes son Hélène Petit, ciudadana francesa, Chen Zhu-mei, residente francés, Zhao Ming residente irlandés y el residente canadiense Wang Yu-zhi.
La Oficina 610, encabezada por Li Lan-qing, es muy similar a la Comisión Central de la Revolución Cultural durante la Gran Revolución Cultural. Es una organización como la Gestapo facultada con autoridad especial para controlar todas las organizaciones locales y centrales. Tiene una jurisdicción absoluta incluida las agencias del gobierno, unidades partidarias, oficinas de seguridad pública, cortes, campos de trabajo, oficinas de seguridad nacional y los medios de comunicación masivos en China. Es también el cuartel general establecido para perseguir sistemáticamente a Falun Gong y llevar a cabo su política de terrorismo nacional. Esta oficina instruye oficiales de policía para atormentar a los practicantes de Falun Gong con crueles torturas, abuso sexuales e inclusive asesinar sin restricciones. Además, también supervisa el establecimiento de las obligatorias clases de lavados de cerebros.
El abogado que representa a los demandantes para tratar con este caso es Georges-Henri Beauthier. Él dijo que en términos del procesamiento en contra de oficiales del gobierno chino, quienes abusan de los derechos humanos, este no es de ningún modo el último caso. Ellos continuarán trayendo a juicio a aquellos oficiales del gobierno chino que son culpables.
Durante los pasados tres años y más, los practicantes de Falun Gong alrededor del mundo han estado bajo la brutal supresión de Jiang, pero ellos insisten en apelar en contra de la maléfica persecución con una actitud pacifica, racional y tolerante.
Este es el primer caso en el cual oficiales chinos, quienes han perseguido a practicantes de Falun Gong, han sido demandados en Europa. La comunidad legal y de derechos humanos han prestado atención ampliamente al caso. Sentaría un precedente, dejando la situación en la cual cualquier oficial chino que haya participado en o dado órdenes de perseguir a practicantes de Falun Gong podría enfrentar procesamiento en toda Europa.
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