El informe afirma que, entre otras cosas, "el gobierno chino siguió su represión de grupos que determinó ser “cultos” en general, y de Falun Gong en particular. La detención y el encarcelamiento de practicantes de Falun Gong continúan". Los practicantes que se niegan a renegar a sus creencias están sometidos a un tratamiento severo en las prisiones y a una reeducación algunas veces - a través de los campos de trabajo. Hay informes creíbles de muertes debido a las torturas y a los malos tratos. Miles de individuos sufren aún el castigo criminal, administrativo y extra judicial por haber participado en prácticas de Falun Gong.
El informe citaba a Richard L. Armitage, el vicesecretario de estado americano que se había expresado en la rueda de prensa: "Con este informe, planeamos enfocar la atención sobre la situación crítica de personas que simplemente son perseguidas por la práctica pacífica de creencias religiosas y proporcionar un recurso a la acción…"
El informe afirmaba también que John Hanford, Embajador Libre para la libertad religiosa internacional que habló en la reunión, dijo: "Aunque la ley internacional lo sostenga, y aunque millones de creyentes religiosos alrededor del mundo lo deseen, la libertad religiosa sigue siendo demasiado a menudo frágil, descuidada y violada."
Muchos creyentes religiosos se encuentran forzados a adorar secretamente más bien que con confianza, o por ejercer sus creencias consagradas en el miedo y bajo la amenaza más bien que en la paz y la seguridad. Muchos otros sufren de pruebas severas para su fe, incluidos los golpes, la tortura, la detención, el encarcelamiento y la muerte".
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