Su único momento de pausa es cuando las autoridades vienen de visita o para examinar el centro. En ese momento, los funcionarios piden a cada uno dejar de trabajar, llevar los productos con ellos y esconderlos bien. Todos los presos entonces limpian las celdas y los patios. Luego se les pide sentarse en el suelo y recitar las normas y reglamentos del centro de detención. Cuando los visitantes se van, comienzan a trabajar de nuevo. En realidad las situaciones mencionadas más arriba tienen generalmente lugar en todos los centros de detención y los campos de trabajo en China. La intensidad del trabajo en los campos es inimaginable. Se transforma a todos los presos en esclavos.
Actualmente se ha enviado a numerosos practicantes de Falun Gong a centros de detención, a campos de trabajo y a prisión. Todos ellos experimentaron con la oscuridad y con la brutalidad. Sufrieron una tortura bárbara por haber rechazado ser tan inhumanamente tratados, pero nunca se sometieron a la persecución en China; incluso ciudadanos comunes se ven privados de derechos humanos en muchos aspectos, sin hablar de estos presos. Espero sinceramente que toda la gente de corazón en el mundo preste atención y apoye a los practicantes chinos de Falun Gong.
Versión en chino disponible en:
http://www.minghui.org/mh/articles/2004/1/18/65187.html
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