La embajada de China en Budapest está situada en un cruce. Hace algunos meses atrás, sólo tenía un único edificio. Pero ahora, la Embajada China ocupa tres de los cuatro edificios de este cruce mientras que el cuarto está ocupado por la embajada de otro país. Según la ley húngara, las manifestaciones no pueden tener lugar sino en la acera del otro lado de la calle que conduce al edificio de la embajada. No autorizan las manifestaciones delante de una embajada, lo que hace más difícil organizar una actividad de protesta frente a la Embajada China por la nueva disposición de sus edificios.
Se nos ofreció un nuevo sitio, a unos veinte metros de la Embajada China. Sin embargo, la policía hizo grandes esfuerzos para encontrarnos un lugar para nuestras apelaciones que esté sólo a diez metros de nuestro primer lugar.
Es otro ejemplo de la extensión de la persecución del régimen de Jiang a Europa. Es ridículo que la República Popular de China (mediante la embajada de China) considere unos practicantes de Falun Gong en meditación como una amenaza. Parece que la gente mala tiene miedo que sus fechorías se expongan a la comunidad internacional y a la opinión pública.
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