La frescura asombrosamente moderna de una sabiduría vieja de cinco mil años

Las poderosas palabras de los viejos Maestros ortodoxos son tan aplicables actualmente como lo eran para los practicantes de la Vía en la época de Lao Zi. Un practicante sabio y objetivo en su punto de vista, desinteresado de lo que pueden decir otros, viviendo según Dafa, descubrirá que la serenidad del espíritu es crucial para permitir la absorción y la comprensión de las enseñanzas de Dafa. Todas las indicaciones para hacerse uno con los conceptos de Dafa están contenidas en el precioso libro Zhuan Falun del Maestro Li Hongzhi. El Maestro Li nos recuerda que la virtud de un verdadero practicante se manifiesta de ella misma, más que en las convenciones sociales y las buenas maneras, forma parte de la Vía. Nuestras generaciones presentes tienen sus palabras vivas como guías. Los antiguos se esforzaban en seguir la sabiduría de Lao Zi. Aquí están dos de sus poemas, perlas de la sabiduría tradicional china, escritos antes de que él "se vaya hacia la Puerta del Oeste":

Conciencia del Futuro

"Antes de experimentar cualquier situación, antes de que los problemas aparezcan, ustedes deben volver su espíritu tranquilo y claro."

La claridad y la calma son las raíces de la Vía, pero puede suceder que, sin ninguna razón, estén implicados en toda clase de consideraciones antes de los hechos, asaltados por cientos de pensamientos. Después cuando pasan a través de las situaciones, tratando con las personas y los acontecimientos, pueden resultar diferentes de lo que pensaban y entonces intentan que sus pensamientos se conformen. Eso reduce la vitalidad, debilita el espíritu y agota la energía.

Es mejor no ser consciente del futuro, dejándolo ser lo que debe ser. Los estudiantes que no se deshacen de esta conciencia pueden por lo tanto difícilmente aprender la Vía.

La manera de deshacerse de esta conciencia es olvidar los objetivos, rechazar las inquietudes y clarificar su espíritu, de modo que esté como vacío. "(Lao Zi)"

Ignorancia aprendida

En ausencia de comprensión, toda clase de distintos argumentos, opiniones y teorías surgen, resultantes de distintas escuelas y grupos donde cada uno valora un punto y rechaza otros. Defendiendo ferozmente sus teorías, se atacan y se provocan los unos a los otros. Cada uno mantiene un punto de vista, defienden y hacen valer sus propias doctrinas. Todos quieren ser los guardias de la Vía, pero aunque hablan francamente, van a los extremos:

"El espíritu que entiende la Vía es completamente imparcial y sincero, pero a causa de que la tradición taoísta duró tanto tiempo, surgieron degeneraciones de la personalidad. La gente se ataca unos a otros y establece facciones de partidarios. Ellos mismos se llaman los guardianes de la Vía, pero están allí realmente por su propio interés. Cuando observan sus motivaciones, son todos outsiders. La gente así es podredumbre en el Confucianismo, bandidos en el Taoísmo y alborotadores de Buda. Ellos están confusos y obsesionados". (Lao Zi)

Fuente: Espíritu del Tao, Publicaciones Shambala, Boston, MA; 1993, T. Cleary, traductor/editor.