Dinamarca: ¡El Dalai Lama recibe el regalo más preciado!

Entre el 5 y el 9 de junio, el Dalai Lama estaba en Copenhague para dar una enseñanza de cinco días.
Asistieron cerca de 2000 personas. El Dalai Lama visitó Dinamarca varias veces antes, pero era la primera vez que daba aquí en persona una enseñanza intensiva. Iba a ser una oportunidad de oro explicarle la verdad de Falun Gong, así como a los participantes.

Cuando muchos otros y yo nos fuimos al centro de la conferencia, donde la enseñanza iba a tener lugar, tenía el sentimiento que le íbamos a ver en persona. Quedaba poco tiempo antes de que comenzase la enseñanza como estaba previsto, y cuando llegó el Dalai Lama tomó su tiempo para conocernos a todos los que le estábamos esperando. Vino a mí, me estrechó la mano y me preguntó de dónde venía. Respondí que era danés, pero nacido en Corea, dijo "Okay", y se marchó.

Mientras se iba, sentí inmediatamente que había algo mal. Me di cuenta que no había aprovechado la oportunidad de darle el regalo más preciado, ZHUAN FALUN (el libro principal del Falun Dafa), y de explicarle más con respecto al Falun Dafa y comprendí que tenía que volver.
Al día siguiente cuando llegué, algunas personas ya estaban esperando y entre ellas había dos mujeres que venían de Polonia. Observaron el libro ZHUAN FALUN que tenía en la mano y me preguntaron qué tipo de libro era. Después de haberles hablado un poco de Falun Dafa, una de ellas era muy decidida y dijo "yo debo leer este libro especial." ¡Lo quiero leer! Por favor, tráeme uno mañana y te esperaré aquí. Le dije que iba a regalar este libro al Dalai Lama y me respondió con un tono que indicaba que el Dalai Lama no aceptaba regalos muy a menudo: “Espero que a ti te lo tome”.

Cuando el Dalai Lama llegó, se entrevistó de nuevo con más gente. Como ya lo había saludado el día anterior, me puse aparte para que los nuevos pudieran saludarle. Me acerqué para darle el libro y me preguntó qué clase de libro era. Le dije que era un regalo único y preciado y que no era un libro ordinario. Lo observó atentamente y me preguntó si era un libro coreano. Dije que era un libro chino muy antiguo llamado Zhuan Falun, y que era muy especial. Uno de los hombres en torno a él dijo que era un libro de Falun Gong. Me miró, hizo una señal con la cabeza, luego observó de nuevo el libro y lo tomó. Sentí la compasión en mi corazón, me sentía justo y tranquilo en ese momento.

Más tarde, uno de mis amigos, que trabajaba como montador de películas para hacer el vídeo de los cinco días de la conferencia, me dijo que veía al Dalai Lama todos los días y que éste aceptaba raramente los regalos de la gente. "Para el Dalai Lama, aceptar este libro debió ser algo muy especial”, me comentó. Era una gran oportunidad para el Dalai Lama de aprender más con respecto a Falun Dafa. Estoy realmente contento que haya aceptado este maravilloso regalo.