Charles Li, ciudadano estadounidense y practicante de Falun Gong, que se encuentra encarcelado en la prisión de la ciudad de Nanjing, ha sido recientemente forzado a trabajar como esclavo, sumándose esto a las sesiones de lavado de cerebro a las que se lo obliga a asistir.
De acuerdo a Fu Yeong-ching, la prometida de Charles Li, que actualmente reside en California, a principios de diciembre de 2003, Charles fue obligado a trabajar como mano de obra esclava en la fabricación de zapatos. Él pudo contar al cónsul oficial estadounidense en Shangai que el pegamento utilizado en la producción del calzado tiene un olor terrible que le produce náuseas.
Fu Yeong-ching, mantiene contacto mensualmente con los oficiales consulares estadounidenses en Shangai.
De acuerdo a la noticia del 9 de marzo de 2004 en el periódico Epoch Times, Stuart Pat, portavoz de la Oficina de Asuntos Consulares, perteneciente al Departamento de Estado de E.E.U.U., habría confirmado que Charles Li ha sido obligado a trabajar en una fábrica. Los oficiales del Departamento de Estado habían dicho anteriormente y en numerosas ocasiones que ellos querían asegurarse que Charles no fuese maltratado y que su salud fuera protegida.
Ms. Zhang Xuerong, una de las fundadoras de la organización denominada “Amigos de Charles Li” con base en California, comentó que muchas personas en los círculos legales quedaron consternadas al enterarse que Charles Li había sido obligado a trabajar como esclavo. Algunos abogados han escrito cartas voluntariamente dirigidas al gobierno estadounidense y han estado buscando ayuda para Charles Li.
En los campos de trabajo de China, es habitual que los practicantes de Falun Gong se vean forzados a realizar trabajos como esclavos. Muchos de los productos hechos con el trabajo forzado son exportados y vendidos a muy bajo precio a los mercados de Europa, América y Asia.
El 7 de noviembre de 2003, la Organización Mundial para la Investigación de la Persecución de Falun Gong, publicó una investigación sobre la explotación de los practicantes de Falun Gong. El reportaje revela la evidencia y los hechos de que algunos campos de trabajo en China obligan a los practicantes de Falun Gong detenidos a trabajar como esclavos. La noticia incluye el caso del Sr. Wan Guifu, practicante de 57 años, que estaba en el centro de detención n° 1 de la ciudad de Lanzhou. La policía lo obligaba a trabajar 20 horas al día junto a otros internos, haciéndole utilizar sus dientes para romper las cáscaras y sacar la semilla de grandes melones. Debido a su edad, Wan Guifu no podía completar la cuota requerida. Con la aprobación silenciosa de Lu Jun, jefe de la división cuatro, los presos de la celda 9 a menudo lo golpeaban brutalmente, hecho que lo condujo a la muerte.
La noticia también señala que el trabajo esclavo no sólo es una violación de los derechos humanos más básicos, sino que también genera a los perseguidores tremendas ganancias, lo cual incita a los guardias a abusar aún más de los detenidos. Debido a los anormales bajos costos, el “dumping” que los productos hechos por mano de obra esclava genera en el mercado internacional causa un gran impacto para la estabilidad del mundo laboral y de los mercados financieros.
Debido a que el gobierno chino bloquea estrictamente la información y prohibe cualquier investigación sobre la persecución, los casos que han logrado ser expuestos tan sólo constituyen la punta de un iceberg. Más casos como estos están siendo investigados.
Versión en chino disponible en: http://www.minghui.org/mh/articles/2004/3/11/69668.html
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