Incluso antes de que la bandera de Falun Gong llegara a su altura, los espectadores de la cabalgata de Edimburgo de este año sintieron el corazón generoso de los practicantes. Delante del desfile, los practicantes vestidos con trajes chinos tradicionales, tendían sus manos llenas de centenares de flores de loto de papel hacia las manos de los niños, que las cogían detrás de las barreras acompañados por los comentarios de sus impresionados padres. "¡Es magnífico, este desfile es espléndido!"
Ya es casi una tradición para los practicantes de Falun Gong presentarse a la cabalgata famosa de Edimburgo que se celebra cada principio de verano dentro del festival anual de la ciudad, que cayó el lunes 8 de agosto. El desfile es una demostración de la cultura china que incluye los bailes, los tambores y los trajes tradicionales. A pesar de su origen profundamente anclado en la herencia cultural china, Falun Gong ha sido calificado durante mucho tiempo como anti chino por el dictador Jiang. Para encubrir la persecución de Falun Gong en China, utiliza los medios de comunicación del Estado para calumniar la práctica. Estos desfiles son la manera más poderosa que los practicantes de Falun Gong encontraron para demostrar que esta práctica está dentro de la cultura china y eleva la conciencia del público. Este género de acontecimientos se efectúa en respuesta a la persecución en China, que durante los cinco últimos años ha visto como decenas de miles de practicantes de Falun Gong son enviados a campos de trabajos forzados donde aguantan torturas inimaginables.
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Este año, los practicantes tuvieron la oportunidad de introducir no sólo bailes y tambores tradicionales chinos, sino también temas espirituales asociados con la “cultivación–práctica”. En el centro del desfile, sentado en un carro por encima de las cabezas de los espectadores, vestido con una casaca naranja, se alzaba un Buda. Le seguía un Taoísta con vestido tradicional y la Bodhisattva Guanyin (famosa por su compasión). A la cabeza del desfile, cuatro guerreros celestes guardaban solemnemente la procesión detrás de ellos. Antes del desfile, estos intérpretes habían sido el centro de interés de numerosos transeúntes y fotógrafos, sorprendidos por la magnificencia de sus trajes.
Siempre hubo un gran número de espectadores en el desfile, varios centenares de miles de personas y este año no fue una excepción. Entre diez y quince mil folletos de introducción a Falun Gong fueron distribuidos durante la hora que duró el desfile. Pero a pesar de la gran cantidad de gente, mientras la procesión se alejaba, reinaba una cierta intimidad entre el público y los que desfilaban. La gente saludaba a los danzantes y al conductor del carro, que les saludaron a cambio, sonrientes y risueños. El conductor del carro comentó más tarde y expresó su sorpresa por haber sentido a la gente tan próxima, por haber podido captar la mirada de los numerosos niños. Cuando los practicantes que distribuían los folletos esquivaban los movimientos de los danzantes en una calle estrecha, estos ajustaban un poco su movimiento, riéndose y compartiendo la broma con la gente que aplaudía.
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Los que no consiguieron un folleto tuvieron sin embargo la posibilidad de volverse más familiares con la práctica. Las pancartas describían la naturaleza de la práctica y los grandes tableros redondos llevaban las inscripciones de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Con altavoces, presentaban Falun Gong a la gente describiéndolo "como una práctica tradicional para mejorar el espíritu y el cuerpo basados en estos tres principios”. Aunque un número limitado de gente pudo llevarse con ellos como regalo las magníficas flores de loto, todos los que asistieron al desfile pudieron llevarse en la memoria una exposición muy especial sobre la tradición “cultivación- práctica” y una mejor comprensión de Falun Gong.
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