Señor Presidente de la República
París, 29 de septiembre de 2004
Señor Presidente,
En vísperas de su viaje a China, tenemos el honor de escribirle para pedir su ayuda.
Sabemos que le gusta China tanto como a nosotros, y que usted piensa al igual que nosotros también que entre Francia y China, las dos culturas y los dos pueblos, hay una afinidad muy fuerte.
Cuando los chinos hablan de Francia, para ellos, es un país glorioso, la patria de Luis XIV y de Napoleón, un país muy rico culturalmente, patria de los derechos humanos y también un país muy amistoso con los chinos... Es por esto que en el corazón de los chinos la voz de Francia tiene un valor particular.
Como usted sabe, la persecución de Falun Gong ya dura cinco años. Las informaciones en cuanto a ésta, recogidas en este tiempo, nos permiten hoy establecer una imagen global. Cuando se mira de cerca esta represión de una crueldad feudal, su naturaleza y su amplitud en la sociedad china, se hace difícil reconocer la verdadera China, no sólo su prosperidad material, sino también sus valores de armonía, honradez, benevolencia, lealtad, sabiduría, tolerancia, coraje....
Creemos sinceramente que cuanto más dure esta persecución, más de estos buenos valores serán dañados, más sufrirá el pueblo chino, más la sociedad peligrará e incluso nuestros países occidentales padecerán por ello. Pero nos parece evidente también que es difícil para China salir de esta crisis sin ayuda.
En nombre de nuestra asociación franco-china, queremos recordarle que la persecución que golpea a nuestros compañeros causó muchos sufrimientos inútiles a la mayoría de la población. En diferentes aspectos le costó muy caro a China. Superficialmente, las cosas pueden parecer tranquilas y el desarrollo en el país seguir su curso, pero la verdad es que la vida de millones de hombres, mujeres y niños, son destruidos bajo nuestros ojos en esta persecución.
Signos tangibles en China dejan divisar el fin de la persecución y esperamos que Francia haya colaborado en ello. Lo que parecía difícil hace algunos meses, parece ahora posible. Por su amistad con el pueblo chino y por el estatus privilegiado que usted ocupa, puede desempeñar un papel muy beneficioso contribuyendo a poner fin a estos sufrimientos.
El pronto final de la represión de Falun Gong está en los intereses de China, del pueblo chino, del nuevo gobierno, de todos los amigos de China. Le estaríamos infinitamente agradecidos si usted acepta transmitir este mensaje con motivo de su desplazamiento.
Este viaje que usted emprende a China es una esperanza para mucha gente.
Reciba, señor Presidente, la expresión de nuestra más alta consideración.
Versión original: http://fr.clearharmony.net/articles/200410/16124.html
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