El 29 de noviembre, varios practicantes de Falun Gong llegaron de todas partes de Inglaterra para revelar la verdad sobre la persecución en China a la población de Middlesbrough. A pesar del tiempo frío, la determinación de los practicantes fue firme; hablaron sobre Falun Gong y expusieron los horribles crímenes cometidos contra los practicantes en China bajo las órdenes del ex dirigente Jiang Zemin.
Llegué sobre las 10.45 h a la fría estación de Middlesbrough bajo un cielo lluvioso. Mis primeras impresiones fueron muy negativas, ya que las casas de los alrededores de la estación estaban condenadas y llenas de graffitis. Me preguntaba qué acogida tendría Falun Dafa en tal lugar. Esta impresión desapareció muy rápidamente, porque tan pronto como deje la estación para dirigirme al centro de la ciudad, el paisaje cambió; se volvió muy limpio y pintoresco, lleno de actividades en la calle principal. Había varias tiendas muy limpias a cada lado de la calle y flores y bancos por todos lados. La calle estaba decorada para la Navidad y la energía que emergía de la plaza era verdaderamente buena.
En poco tiempo, encontramos el lugar donde debían celebrarse las actividades de Falun Gong. Era una de las calles principales que lleva al mercado y por donde pasa un gran número de personas. Cuando llegué, vi que varios practicantes trataban de colgar una pancarta en una pared e inmediatamente fui a ayudarles. Sobre la pancarta había varias fotos de simulación de torturas utilizadas contra los practicantes de Falun Gong en China. Cada día, mucha gente era atraída por esta pancarta, a veces hasta sin que algún practicante vaya a verles, y planteaban preguntas.
A cada lado de las pancartas, había unos carteles sobre caballetes con detalles sobre la persecución y una introducción a Falun Gong. Muchas personas se paraban para leerlos. Había también una mesa con folletos y dos clases de peticiones: la primera para ayudar a salvar a los miembros de las familias de los practicantes perseguidos en China porque practican Falun Gong; la segunda para que Jiang Zemin sea llevado a la justicia bajo la acusación de genocidio y crímenes contra la humanidad por su persecución contra Falun Gong. A un lado de la mesa, los practicantes hacían la demostración de las cinco series de ejercicios.
Tan pronto como todo estuvo listo, los practicantes empezaron a hacer lo que pensaban que debían hacer. Sin necesitar de un organizador, algunos practicantes tomaron folletos para distribuirlos y hablar con la gente. Otros comenzaron a hacer la demostración de los ejercicios para que la gente pudiera comprobar que apacible y serena es la práctica. Escogí quedarme en la mesa y hablar a la gente que venía para coger folletos o firmar las peticiones. Más o menos cinco minutos después de comenzar dejó de llover, el cielo que amaneció gris se aclaró e incluso salió el sol.
Fui testigo en varias ocasiones de la gentileza de la población de Middlesbrough. Muchos niños plantearon preguntas sobre Falun Gong. Miraron las fotos de la pancarta y preguntaron por qué la gente era golpeada tan brutalmente por practicar ejercicios tan apacibles. Era difícil explicar que los celos de un solo hombre hubieran causado una persecución tan devastadora. Les dije que en julio de 1999, Jiang Zemin había descubierto que millones de personas en China practicaban Falun Gong, de hecho eran más numerosos que los miembros del Partido Comunista (su expresión era confusa porque no sabían lo que era el Partido Comunista). Les expliqué que a causa de esto, lo habían prohibido y que todo el que se negara a renunciar a Falun Gong sería condenado a trabajos forzosos, pegado y torturado y que aunque los practicantes mueran a causa de esto, su muerte es considerada como suicidio. Después de eso, firmaron la petición e incluso hicieron firmar a sus amigos.
Un niño llegó a la mesa y preguntó que hacíamos. Antes de responder, una mujer que firmaba la petición y que todavía no había tenido oportunidad de hablar se volvió y dijo: "Esta gente son verdaderamente pacíficos, buenas personas, pero son perseguidos en China. Si no quieres que la gente pacífica sea maltratada, deberías firmar la petición”. En este momento había un gran número de personas alrededor de la mesa y cuando la gente oyó esto, la inmensa mayoría firmaron.
Al final del día, un hombre de pasos firmes se acercó a la mesa. Tenía las manos y la cara sucia y su ropa estaba arrugada, pero tenía un corazón de oro. Era incapaz de hablar pero algunos de los niños lo conocían y le hicieron firmar la petición. Al principio vaciló, pero tomó un folleto y lo leyó atentamente. Después de leerlo, hizo lo mismo con cada póster, pancarta y cartel, apuntando constantemente las fotos de los practicantes perseguidos. Volvió a la mesa y miró cada cosa. En la mesa, había un libro que describía la persecución detalladamente. Lo leyó durante cinco minutos, comentando las fotos de practicantes perseguidos. Después firmó ambas peticiones y se quedó un buen rato a mirar a los practicantes hacer los ejercicios. Aunque este hombre no tenía dinero, ni estatus social, se preocupó por los practicantes de Dafa perseguidos en China e hizo lo que pudo para ayudarles. Si alguna vez alguien me pregunta cómo es Middlesbrough, recordaré siempre a este duro hombre que vino a nuestra mesa; el exterior parecía ruinoso pero en el interior había una gran bondad y gentileza.
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