El sábado 8 de enero de 2005, los practicantes rusos se reunieron en una plaza cerca del edificio de ITAR-TASS que alberga la agencia de prensa más grande de Moscú, para apelar al Gobierno chino para acabar con la persecución de Falun Gong. Colgaron pancartas con las palabras "Verdad, Benevolencia, Tolerancia" y “Falun Dafa es bueno" además de inmensas fotos que mostraban que Falun Dafa es practicado en más de sesenta países. Otras fotos exponían los 1.266 practicantes muertos en China a causa de esta persecución así como los centenares de métodos de tortura utilizados para forzar a los practicantes a repudiar a su creencia. De esta manera, los crímenes de genocidio y en contra de la humanidad del régimen de Jiang fueron sacados a la luz. A través de un micrófono se dieron diversas explicaciones sobre Falun Gong y la persecución.
Las actividades se celebraron al lado del edificio de ITAR-TASS, donde un practicante decidió entregar información sobre la persecución a la agencia de prensa rusa más grande del país. Comenzó clarificando la verdad al guardián de la entrada;, le dio una postal y un periódico y le preguntó si era posible depositar algunos periódicos dentro del edificio. El guardián vaciló un momento y dijo: "Está bien”. De este modo decenas de periódicos se depositaron dentro del edificio de ITAR-TASS.
Cuando los practicantes distribuían los periódicos en las calles, se encontraron con algunos grupos de padres e hijos que celebraban una fiesta. Dieron cartas a los niños y periódicos a los padres. Algunos parecían vacilar al cogerlos pero los niños tomaron la iniciativa y se los entregaron a sus padres.
Una madre acompañada de sus hijos miró atentamente todas las fotos de los paneles de información. Después de escuchar la explicación de los practicantes firmó la petición que apelaba por el fin de la persecución. Un hombre estuvo largo rato delante de los paneles. Luego se fue y cuando estaba a punto de atravesar la calle se volvió de repente y continuó mirando hasta que un practicante le dio un folleto y habló con él. Firmó la petición antes de irse.
Sin embargo también hubo interferencias del Consulado chino durante las actividades. Mientras estas se desarrollaban tranquilamente, alguien llegaba de repente y trataba de persuadir al policía de servicio diciendo que "no había persecución en China. Falun Gong es completamente libre en China”. Los practicantes amablemente le dijeron la verdad y le hablaron firmemente con sentido de la justicia: "Mire las fotografías, ¿son falsas? ¿Cómo se atreven a negar que los practicantes de Falun Gong de varios países del mundo querellan a Jiang Zemin y a sus cómplices?". El hombre se quedó sin palabras. El policía comenzó a sonreír y mirándolo, dijo: "Estas actividades están totalmente permitidas y son legales. No está autorizado a molestarlos”. El hombre partió entonces con aire contrito. Al verle marchar, me sentí verdaderamente triste por él.
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