Los practicantes quedaron sorprendidos al enterarse de que algunas personas que pasaron por la Embajada China también practicaban Falun Gong en casa. Estas personas, como mucha gente, firmaron una petición apelando al dictador chino Jiang Zemin, ex-dirigente comunista e instigador de la persecución contra Falun Dafa, para que sea llevado a la justicia por sus crímenes contra la humanidad. Casi todos los transeúntes aceptaban de buen grado un folleto informativo. La pregunta más común era: "¿Por qué se persigue tan cruelmente a Falun Gong?" Les resultaba difícil entender que actualmente se persiga a cien millones de practicantes y a numerosos de sus amigos, familiares y conocidos porque la popularidad de Falun Gong despertó los celos del dictador Jiang."
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