Por el hecho de practicar los ejercicios de Falun Gong y explicar a la gente la verdad de la persecución contra Falun Gong que está ocurriendo en China, dos practicantes, Huang Caihua y Cheng Lujin fueron acusadas por la policía en mayo de 2004. Cada una de ellas hacía frente a siete u ocho acusaciones que incluían "asociación no autorizada" y " posesión y envío de VCD no registrados".
El 27 de abril de 2005, después de casi un año de proceso judicial, el tribunal de Singapur condenó a ambas practicantes respectivamente a multas de 20.000 y de 24.000 dólares de Singapur. Ambas se negaron a aceptar el veredicto y querían presentar un recurso, por esta razón, fueron enviadas a la prisión para mujeres de Changi después de las 18 horas. Pueden ser encarceladas por un máximo de 24 semanas.
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Los practicantes protestan delante del Consulado de Singapur en Chicago
Durante la tarde del 28 de abril de 2005, los practicantes de Falun Gong de Chicago se reunieron fuera del consulado de Singapur para protestar contra la injusta condena de ambas practicantes. Estos desplegaron una bandera en la que instaban al país a no participar en la persecución contra Falun Gong. Terri March, la abogada que representaba a los practicantes expresó que la ley debería proteger los derechos y la libertad de expresión de la gente.
En su carta al Consulado de Singapur, la Sra. Marsh escribió que este era un país regido por la Ley. La ley debería proteger la libertad de creencia y de expresión de la gente. La responsabilidad de la policía es mantener el orden social y proteger a la población de los criminales. Sin embargo, el hecho de detener a dos practicantes que distribuían folletos informativos que explicaban la verdad de los hechos de Falun Gong, impidió a la gente de Singapur conocer sobre la verdad de la persecución en China, lo que está contra el espíritu de la ley. Subrayó que mientras los países democráticos y las organizaciones de derechos humanos en el mundo aprueban resoluciones para condenar la persecución de Falun Gong por el régimen comunista chino, la acción de Singapur hace que se aísle del mundo.
Un de los practicantes de Falun Gong que protestaban es indonesio de origen chino. Después de que el Partido Comunista tomara el poder, su familia volvió a China. Su padre tenía el entusiasmo de servir a su país, pero más tarde descubrió que todo lo que decía el Partido Comunista es mentira. De hecho, él y su padre fueron sometidos a persecución y ambas generaciones fueron engañadas. También expresó su deseo de que el gobierno de Singapur resistiera a la seducción del PCC y no participara en su genocida persecución. El gobierno de Singapur debe resolver cuanto antes esta incidencia de injustas acusaciones a los practicantes de Falun Gong.
Versión en chino disponible en:
http://minghui.ca/mh/articles/2005/4/29/100724.html
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