El 25 de julio de 2005, el periódico más antiguo de España, El Norte de Castilla, publicó un articulo de una pagina entera acerca de Falun Gong y de la severa persecución contra esta práctica espiritual por parte del Partido Comunista chino (PCCh).
El Falun Gong, conocido como el yoga chino, reúne cien millones de practicantes en sesenta países. Se cumplen ahora seis años desde que Pekín iniciara una feroz persecución
Espiritualidad atormentada
Verdad, Benevolencia y Tolerancia son principios universales demasiado exigentes para el actual Gobierno chino, que cada año encabeza todas las listas de violación de derechos humanos, torturas o aplicación de la pena capital que elaboran los más prestigiosos centros independientes (Amnistía Internacional, Human Rights Watch, entre otros muchos). Una intolerancia que se ha cebado con los practicantes de Falun Gong (también conocido como Falun Dafa), llamado el ‘yoga chino’, y que cuenta con cien millones de practicantes en más de sesenta países.
Esos tres principios inspiran esta práctica de orígenes milenarios que se transmitió por el boca a boca durante siglos y que, desde que comenzó a impulsarla Li Hongzhi, su último maestro, en 1992, llenó las plazas de China de personas haciendo sus posturas de meditación y desató una cruenta persecución del gobierno comunista. En unos años había 70 millones de practicantes, más que miembros del Partido Comunista Chino, lo que despertó, de la noche a la mañana, la feroz represión del régimen que entonces presidía Jiang Zemin.
El pasado miércoles se cumplieron seis años desde que comenzó esta persecución. El resultado: más de 100.000 personas están en campos de trabajos forzados, más de mil personas sufren largas condenas de cárcel y la cifra de muertos víctimas de tortura oscila entre los 980 que ha documentado Amnistía Internacional y los 2.676 que ha recogido la Misión Mundial para el Rescate de los Practicantes Perseguidos por la Práctica del Falun Gong.
¿Qué hay detrás de una práctica que logró aglutinar al 7% de la población de China (más de mil millones de personas) en menos de una década. Cifra a la que se unen otros treinta millones de adeptos en el resto del mundo (en España se pueden ver grupos de practicantes en los parques de Madrid, Barcelona, Granada, Canarias,...). «No podemos mirarlo con ojos occidentales. Es una filosofía de vida y el Gobierno chino lo vio como un enemigo desestabilizador», resume el responsable de comunicación de Amnistía Internacional en España,
Coste nulo
La primera ‘revolución’ de este movimiento es su coste cero. «Detrás no hay ni uno solo euro, eso lo puedo certificar», asegura el abogado de raíces vallisoletanas Carlos Iglesias, impulsor de las tres querellas por crímenes por genocidio y tortura que se han presentado en España.
Las páginas web oficiales de esta práctica dejan muy claro que «no tiene aspiraciones políticas, étnicas ni religiosas, es informal y completamente gratuito, sin obligaciones o rituales de ningún tipo». Las 180 páginas del libro de su mentor, el maestro Li Hongzhi (nominado al Nobel de la Paz en los últimos tres años), se puede descargar de forma gratuita de Internet (www.falundafa.org). Estas y otras páginas web ofrecen toda la información que desee cualquier interesado, así como grupos de contacto por países para iniciarse en estas prácticas, pero nunca le pedirán una moneda por hacerlo. Tampoco se encontrará en la oferta de los múltiples centros de artes (marciales o no) y disciplinas orientales que proliferan en las ciudades de toda España.
La ex modelo y presentadora de televisión finlandesa Pia-María Sandas, se ha convertido en los últimos años en la embajadora mundial de esta cultura. Dice que le ayudó a superar años de estrés y una agenda cargada de fechas, obligaciones y viajes alrededor del mundo. «Me ha dado limpieza mental. Lo más importante es la parte filosófica, aunque también los ejercicios. Hay ya estudios médicos que demuestran su eficacia en esta sociedad en la que el 70% de las enfermedades no son del todo reales, son psicosomáticas», explica en un perfecto castellano Sandas, en una breve visita a Valladolid.
Sensibilidad y denuncia
Esta jubilada de las pasarelas, de 37 años, conoció el Falun Gong hace unos seis años en Suecia, más o menos en el tiempo en que empezó la represión en el país de origen. Ahora es también la embajadora en la sensibilización mundial contra las violaciones de derechos humanos del gobierno de Pekín.
Falun Dafa reúne las excelencias del gigong (gi=energía vital; gong=energía de cultivación), una forma de refinar la naturaleza interior y la vida de cada cual a través de ejercicios especiales y meditación.
Sus practicantes aseguran que lo mínimo que está garantizado es que esta disciplina es útil para relajar a quienes la practican, reduciendo tensiones musculares y emocionales. Sus posturas se basan en cinco posiciones. Parten de estiramientos suaves, para seguir con posturas estáticas para aumentar el nivel de energía, deslizamiento de manos, recorridos por todo el cuerpo con las manos (para que circule la energía con limpieza) y, por último, una meditación en una posición muy similar a la del loto (sentado con las piernas cruzadas).
Una de las claves es hacer todos los ejercicios a la vez, aunque los adeptos insisten en que cada cual puede marcarse su propia rutina. «Es cierto que se parece al yoga, pero el Falun Gong guía a la persona a un nivel más elevado de iluminación y sus ejercicios son más fáciles de aprender», concluye Pia María Sandas.
Un grupo de personas practican Falun Gong en el parque del Retiro de Madrid. |
Los ejercicios son más fáciles de aprender que los de los seguidores del yoga
Ningún centro de artes orientales ofrece esta práctica porque rechaza el lucro
EL ‘YOGA’ CHINO
El Yoga chino:
El origen
Prácticas con cientos de años
que resumió en un libro en 1992,
el maestro chino Li Hongzhi.
Las claves
La suma de la energía vital (combinación
de ejercicios muy simples)
y la naturaleza interior.
La persecución
Desde 1999, China persigue a
los practicantes ante la gran popularidad
que ha adquirido en
el país y en el mundo.
Saber más
http://www.falundafa.org
http://www.faluninfo.net/sp
http://www.es.clearharmony.net
Un letrado vallisoletano presenta tres querellas por genocidio y torturas
A. C. VALLADOLID
El pasado miércoles docenas de personas se concentraron ante la embajada china en Madrid para denunciar el sexto aniversario de esta persecución. Carlos Iglesias hizo llegar una carta al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que iniciaba ese día una visita al gigante asiático para que «alzara la voz en China, ya que, por encima de los acuerdos económicos está el derecho a la vida, a la dignidad y a no ser torturado». Este letrado forma parte de una red mundial de abogados de derechos humanos que han presentado ya querellas en treinta países distintos. «Tantos abogados y en tantos estados no se había dado nunca», asegura. «El ‘apartheid’ cambió cuanto todo el mundo miró hacia Sudáfrica, nosotros queremos que todo el mundo mire hacia China», explica la portavoz de la organización, Pia-María Sandas. Ciudadanos chinos practicantes en España denuncian el hostigamiento que sufren desde la delegación diplomática de su país.
Human Rights Watch y Amnistía Internacional (AI) han situado la persecución de esta práctica en la lista de nuevos genocidios. Las torturas con bastones eléctricos, las violaciones o el destierro en campos de trabajo están muy documentados, incluso con fotografías de las huellas de esas prácticas. La oficina central en Londres de AI hará público el 5 de agosto una actualización de su informe sobre los derechos humanos en China.
En ella, se esperan los últimos datos sobre la situación de los practicantes de Falun Gong.
El abogado Carlos Iglesias (delante), ante la Audiencia Nacional.
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