Carlos Iglesias, abogado especializado en Derechos Humanos, impartió el pasado viernes 18 de noviembre una interesante conferencia en las III Jornadas de Marketing y Publicidad ante más de 300 personas. Habló sobre muchos de los artículos procedentes de China, vendidos en nuestro país, y de la forma en las que habían sido fabricados. Los asistentes quedaron muy sorprendidos y varios al finalizar se acercaron a preguntarle como podían ayudar a los practicantes de Falun Gong.
Carlos Iglesias, abogado especialista en Derechos Humanos, fue invitado por la organización para aclarar los “aspectos ilegales de la publicidad”. Su intervención francamente brillante, se basó no solo en los matices legales a los cuales deben de atender todos los publicistas para no vulnerar los derechos constitucionales de las personas, sino que también puso sobre la mesa un tema tan polémico como es, la falta de información a la que están sometidos los consumidores sobre el origen real de procedencia de los productos que se venden a bajo precio en nuestro país, muchos de ellos procedentes de China.
China es sin lugar a dudas, según Amnistía Internacional, ACNUR o la propia ONU, el país número 1 en el mundo en vulnerar los Derechos Humanos.
Carlos Iglesias dejo muy claro que desde allí llegan al consumidor grandes cantidades de productos realizados por personas que se encuentran encarceladas en campos de trabajos forzados por tener ideas contrarias al régimen del PCCh, por sus creencias religiosas o simplemente, por ser practicantes de Falun Gong. Explicó, que estas personas son encarceladas, torturadas y sistemáticamente obligadas a trabajar hasta 16 horas seguidas. Las cifras estimadas de más de 50.000 practicantes de Falun Gong asesinados por sus libres creencias personales y casi 100 millones de personas inocentes perseguidas de manera ilegal e injusta en lo que calificó como el mayor genocidio de la historia de la humanidad generó un enorme interés en la audiencia. Todo el aforo quedo realmente sorprendido ya que desconocían que algo tan grave estuviese ocurriendo en China en pleno siglo XXI. Varios asistentes al finalizar las jornadas se acercaron a Carlos Iglesias para interesarse por Falun Gong y preguntar como podían ayudar a parar este genocidio.
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