Somos una feliz familia de tres personas. Mi marido y yo trabajamos mientras nuestros hijos estudian medicina. Aunque no ganamos mucho vivimos muy bien.
En julio de 1996, se me diagnosticó un principio de cirrosis de hígado. Busqué por todas partes un tratamiento y prácticamente fui a todos los hospitales y probé todos los medicamentos. En algunos años, gasté los 80.000 yuanes que mi familia había ahorrado. Sin embargo, mi salud en lugar de mejorar se deterioró. Cada día me sentía cansada, hacía cada vez menos quehaceres domésticos y utilizaba el baño cada vez menos. Mi marido y mis hijos se deprimían viendo mi estado y mi familia perdió su alegría de vivir.
En 2003, mi salud se deterioró todavía más. Fui al Hospital Universitario de las Ciencias de Shenyang para un MRI y me dijeron que tenía una fuerte probabilidad de padecer cáncer de hígado. Desarrollé ascites [derramamiento de secreción en la cavidad peritoneal] y mi bazo había crecido tanto que podía estallar en cualquier momento. El médico me dijo que en esta fase no había posibilidad de curación y me aconsejó volver a mi casa y vivir cada día como si fuera el último. Cuando mi familia comprendió esto se deprimió, era como si se me hubiera condenado a muerte. De vuelta a mi casa, incapaz de soportar el dolor pensé suicidarme a menudo, pero mi marido y mis hijos no dejaron de buscar un tratamiento para mí. Mis hijos, que estudian en la Escuela Medica China, a menudo me prescribían medicinas tradicionales chinas y clara de huevo para controlar mi ascites.
Una mañana de febrero de 2005, mi hermana vino a verme y dijo: "Mírame, todos mis problemas de salud se curaron cuándo comencé a practicar Falun Gong, ¿por qué no pruebas?”. Al principio no la creí. Sin embargo decidí probar y comencé a leer los libros de Falun Dafa con un espíritu abierto.
Después de diez días de lectura de los libros de Falun Gong, se produjo un milagro. De repente sentí calor en todo mi cuerpo. Pienso que el Maestro limpiaba mi cuerpo. El dolor en el hígado y el bazo disminuía día tras día. Cuando comencé a practicar los ejercicios de Falun Gong, no necesité tomar más medicinas o inyecciones. Falun Gong salvó mi vida mientras que 8 ó 9 años de tratamientos en el hospital no me habían servido de ninguna ayuda.
Un día, mis hijos volvían a casa. Sobre la acera vieron a alguien que se parecía a su madre, pero pensaron que esto no era posible, ya que su madre estaba en cama desde hacía años. Cuando se acercaron y comprendieron que era yo, quedaron sorprendidos y llenos de alegría. Les dije que todas mis enfermedades habían sido curadas gracias a la práctica de Falun Dafa. Hoy puedo hacer todos los quehaceres domésticos y mi cuerpo se volvió ligero. Todos mis vecinos vienen y me preguntan que medicina me curó. ¡Respondo que he sido curada no por medicinas sino solamente gracias a la práctica de Falun Gong!
Ninguna palabra puede expresar mi profunda gratitud. ¡Falun Dafa me dio una segunda vida!
Nota:
1. "Yuan" es la moneda china; 500 yuanes equivalen a la renta mensual media de un obrero urbano en China
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