A principios de mayo de 2006, la prisión de mujeres de la provincia de Hebei creó un tal “equipo de ataque”. Algunas practicantes de Falun Dafa fueron llevadas a la prisión para continuar siendo perseguidas y algunas fueron puestas en celdas de confinamiento. Las personas perversas les gritan fuertemente a las practicantes cuando son enviadas ahí: “¡eso es para que aprendas a obedecer!”
Al principio formaron equipos de cuatro colaboradoras para estar entre las practicantes esparciendo rumores, y si las practicantes se resistían, eran atacadas. Cuando rehusaban ser reformadas, el siguiente paso era llevar a cabo el llamado “guisando al águila”, tomando turnos para torturarlas día y noche, y privarlas del sueño.
Formaron tres equipos de ocho colaboradoras y dos prisioneras comunes. Las ocho eran divididas en dos grupos para tomar turnos torturando a practicantes. A las dos prisioneras comunes se les programaba actuar durante las horas de comida y los descansos del almuerzo. Ellas tomaban turnos hablando o riñendo con las practicantes para que no pudieran descansar. Si sospechaban que estaban descansando, hacían fuerte bulla y luego les echaban la culpa por la siniestra condición que ellas mismas creaban. No les permitían enviar pensamientos rectos ni estudiar el Fa. Ellas miraban con odio los intentos anti-persecutorios de las practicantes, y a las que estaban mal de salud se les permitía que descansaran de tres a cuatro horas.
Las personas en estos equipos tenían miedo que las practicantes envíen pensamientos rectos, por lo tanto las seguían adonde quiera que fueran y no las dejaban en paz ni un momento.
Durante la hora de dormir, después de la medianoche, les dijeron a las prisioneras comunes que hagan cosas malas como dejar entrar moquitos, abrir y cerrar los roperos repetidamente para hacer ruido o hablar en voz muy alta. No permitían que las practicantes salieran afuera. A las prisioneras comunes se les ordenaba hacer todas las tareas en el exterior, tales como cocinar, traer agua y colgar la ropa y ellas reprendían a las practicantes por ello, y también les prohibían que se junten por temor a que se establezcan lazos. Las tales “capitanas” que venían de diferentes secciones de la prisión, las insultaban y regañaban abusivamente.
Forzaban a todas aquellas que no habían sido “reformadas” o que no habían cedido a mirar los videos difamando a Dafa (todos los videos son hechos por el Partido Comunista Chino para difamar a Dafa), leer libros difamando a Dafa o leer artículos escritos por aquellos que fueron “reformados”.
Aquellas que traicionaron a Dafa estaban a la cabeza de estudios para “reforzar aún más”. Ellas hacían que las practicantes bailen y canten con la intención de confundirlas. También instigaban a las prisioneras comunes que eran asesinas o sentenciadas a cadena perpetua a perseguirlas, las que se negaban a ser “reformadas” eran golpeadas, encerradas en celdas pequeñas y humilladas. Además eran castigadas poniéndolas con la nariz y las puntas de los pies tocando una pared y eran forzadas a mirar la pared, si se movían apenas, eran golpeadas.
Las guardias pusieron un tiempo límite para que las practicantes contestaran a sus preguntas, y si la respuesta no era lo que ellas querían escuchar, eran golpeadas con un palo de madera. Ellas instigaban a prisioneras comunes a perpetrar las golpizas. La gente perversa usaba la “zanahoria y palo” en el intento de hacer que cedieran. Si rechazaban ser “reformadas” la persecución era intensificada. Marcas de patadas se podían ver en todo el cuerpo cuando regresaban a sus habitaciones. La gente perversa gritaba: “no tengo miedo que entres en una huelga de hambre. La gente dice que soy mala. Quiero que veas de lo que soy capaz”. Encima de eso agregaban: “sé que me vas a agregar en la “lista oficial de perpetradores” y no tengo miedo de eso”.
Tenían miedo de recibir las declaraciones solemnes escritas por practicantes que habían cedido y sido “reformadas” bajo presión. Ellas destruían las declaraciones, sabían que el lavado de cerebro no estaba funcionando. Liu Xiaorong hizo una huelga de hambre una vez que fue puesta en prisión, y como era una practicante muy diligente, la perversidad le intensificó la persecución.
Gente responsable por la persecución:
Yu Shuqi, capitana, Han, directora de la prisión, Ge Shuguang, Duan de la segunda sección de la prisión, Ma de la prisión de Taixing, Du y Huang, de la cuarta sección de la prisión, Zhang Ping, Tang Delin, cabezas de sección y las prisioneras comunes Wu Luzhen y Li Meizi.
Aquellas que se desviaron y traicionaron a Dafa: Lan Qizhi (Shijiazhuang), Qin Shue (Renqiu, Cangzhou), Li guijuan (Hejian, Cangzhou), Ni Chunxiang (Beijing), Li Yucui (Xingtang), Xie Zhanfen (Renqiu, Cangzhou), She Qiaoling (Handan), Fan Xiuqin (Chengde), Tang Hui, Liu Runling, He Jinhuan, y Cai Yongcun.
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