La practicante Sra. Song Guide, de 70 años, es una campesina de buen corazón. Comenzó a practicar Falun Dafa en 1997. Su vida tuvo un nuevo significado y se llenó de esperanzas. Ella atesoraba a Falun Dafa al igual que los otros practicantes.
En julio de 1999, el ex líder chino Jiang Zemin comenzó la persecución en contra de Falun Gong, y la Sra. Song fue a Beijing para apelar. La encarcelaron dos veces y fue objeto de lavado de cerebro. Su hija, que era incapacitada, se vio forzada a abandonar el hogar en dos ocasiones y a vivir en un hospital mental. La hija de la Sra. Song murió y su cuerpo no fue encontrado hasta tres días después de su muerte.
El esposo de la Sra. Song murió en 1998. Sus hijos se mudaron y comenzaron sus propias familias. Su hija la Srta. Gong Taiqin tenía 22 años de edad y sus piernas estaban paralizadas. También tenía un pequeño desorden mental y no podía soportar mucho estrés. La Sra. Song cuidaba de su hija y tenía un ingreso muy limitado. En enero de 2001, después de regresar de Beijing, Ao Benqing, un oficial del gobierno municipal, la detuvo ilegalmente durante tres meses en el centro de lavado de cerebro de Zhangba. La Sra. Song le dijo a Ao que su hija era discapacitada, que sufría de una enfermedad mental y que no había nadie quien la cuidara en su casa. Ao dijo que el gobierno puede pagar 10 yuanes diarios para que alguien cuide de su hija Gong Taiqin. Según un aldeano, la Srta. Gong se quedó parada bajo la lluvia por un largo período de tiempo esperando que su mamá regresara a casa. Ella no tenía nada para comer, ni nadie que la cuide. Trató de salir para buscar a su mamá. Alguien la vio saliendo de casa y la llevó a una guardería. La Srta. Gong le creyó al gobierno municipal cuando le dijo que su madre vendría en un par de días. Sin embargo, su madre no regresó por un largo tiempo. Como estaba muy estresada y sufría de una severa ansiedad, dejó de comer y beber y lloraba por su madre. Luego la policía de la ciudad la esposó a una cama. Ella luchaba con furia y gritaba en todo instante.
Un día, con mucha gente escoltándola, la Sra. Song fue a ver a su hija en la guardería, le puso un nuevo par de zapatos y encontró que los pies de su hija estaban hinchados, porque había sido esposada a una barra de madera, y tenía golpes y lastimaduras en todo su cuerpo. Como 15 minutos más tarde, el gobierno municipal, la Oficina 610, y la policía trataron de sacar de allí a la Sra. Song. La Srta. Gong se aferró a su madre y lloraba, deseando irse con ella. Las dos fueron separadas a la fuerza. Un policía empujó al piso a la Srta. Gong y la abofeteó.
La Srta. Gong salió de la guardería, pero no tenía dinero para cuidarse sola. Vendió su pelo por 30 yuanes. Buscaba a su mamá. Un día llegó al pueblo de Qiancao y se sentó allí muy cansada. Unas señoras bondadosas se dieron cuenta que estaba buscando a su mamá y alquilaron un triciclo para llevarla donde estaba su madre. La Sra. Song vio a su hija en el centro de lavado de cerebro. Quedó asombrada al verla sosteniéndose de un palo, luciendo tan sucia y oliendo terriblemente. La Sra. Song se llenó de ira y tristeza. El centro de lavado de cerebro informó a la Oficina 610. La Oficina 610 ordenó al gobierno municipal que la policía lleve lejos a su hija. Un practicante trató de darle a la Srta. Gong 50 yuanes, pero el policía no le permitió. Gong fue sacada a la fuerza de los brazos de su madre y se fueron. Ella no tenía dinero.
Tres meses más tarde, La Sra. Song fue a casa. No encontró a su hija, pero su casa estaba desordenada, porque la policía la había saqueado. Al día siguiente, supo que la policía de Qiancao llevó a su hija a la casa del secretario de la aldea, Yang Mingzhen. Fue a recogerla. Esa noche llovía y tronaba muy fuerte. La Sra. Song solicitó quedarse por una noche en la casa de Yang, pero Yang se negó. La Sra. Song y Gong tuvieron que caminar a casa en medio de la lluvia. En medio de la fuerte lluvia, Gong no podía caminar con su bastón. Tuvo que subir por el campo frío y lodoso. Les tomó toda la noche caminar las tres millas de distancia hasta llegar a casa.
Tres días después de que ellas se reunieron, la policía del poblado arrestó nuevamente a la Sra. Song en su casa. La Srta. Gong no vio a su madre y corrió tras de ellos. A la Sra. Song le tomaron una fotografía en la estación de policía y regresó apresuradamente a casa. Camino a casa comenzó a extrañar a su hija. La Srta. Gong no fue a su casa porque pensó que su madre no volvería igual que la vez anterior y por eso se estuvo buscándola.
La Sra. Song no encontró a su hija en casa. Desesperada llevaba consigo la ropa de su hija a donde quiera que fuera a vender vegetales y azúcar para poder vivir. Un mes más tarde, la encontró tendida en un campo a una milla de su hogar. Estaba flaca, pálida, y tenía diarrea severa. El estado mental de la Srta. Gong empeoró y tuvo que ser tratada en un hospital mental.
El 15 de octubre de 2001, para sobrevivir, de forma que pudiera cuidar mejor a su hija, la llevó al municipio de Lantian para hacer negocios. La Sra. Song dejó allí a su hija y fue a recoger algo de ropa a su hogar. En su camino de regreso a Lantian, el secretario de la aldea Yang Mingzhen la paró. Yang le dijo que fuera al gobierno municipal y que más tarde podía regresar al pueblo de Lantian. La Sra. Song fue llevada al centro de Lavado de Cerebro de Qiancao y la encarcelaron ilegalmente. El jefe de la Oficina 610 Wang Xu le dijo que ella no había “solicitado permiso para irse”pero ella no tenía idea que había que “pedir permiso para irse” ni a quién pedirle permiso.
En el centro de lavado de cerebro la Sra. Song estaba ansiosa porque no podía ponerse en contacto con su hija y le preocupaba. Muchas veces le dijo al jefe del centro de lavado de cerebro, Wang Yongzhen, que su hija estaba enferma y que recién había salido del hospital mental. Le explicó que necesitaba tomar su medicina a tiempo y que no podía soportar más presión. La Sra. Song le dijo a Wang que su hija era nueva en el pueblo de Lantian y que no tenía a nadie que pueda cuidarla ni darle de comer. Wang le mintió a la Sra. Song, “el gobierno tiene conocimiento de eso y va a cuidar de tu hija”, “Tu hija está bien cuidada y ésa es la razón por la cual no viene a buscarte”. La verdad es que el gobierno no envió a nadie para que cuidara a la Srta. Gong. Ninguno de los hijos de la Sra. Song fue informado de lo que les ocurría a las dos. La Srta. Gong no podía encontrar a su madre y estaba tremendamente angustiada y con mucho estrés. No podía parar de llorar y se mantenía susurrando, “Mi madre ya no me quiere más. Mi mamá ya no me quiere más…” Ella luchó desesperadamente y con dolor durante nueve días y no quería comer. Finalmente murió.
Antes de su muerte, un vecino de la aldea encontró que la vida de la Srta. Gong estaba en peligro e hizo un tremendo esfuerzo por encontrar a la Sra. Song. El aldeano llamó al Centro de Lavado de Cerebro Qiancao e informó de la urgencia que tenía la Sra. Song por ver de inmediato a su hija. Wang Yongzhen y Sun (se desconoce su primer nombre) recibió la llamada pero no hizo nada por salvar la vida de la Srta. Gong. No le informaron a su madre ni a ninguno de sus hermanos sobre esta situación. La Srta. Gong perdió su vida y nadie supo que murió hasta tres días más tarde.
Después que murió la Srta. Gong, la Oficina 610 y el Centro de Lavado de Cerebro Qiancao no le dijeron nada a la Sra. Song. Wang Xu, jefe de la Oficina 610, le dijo que después de que ella fuera puesta en libertad, el gobierno podía darle una casa, cien yuanes mensuales y una cama. Entre tanto, el gobierno municipal y la Oficina 610 trataron de obligar a otros familiares de la Sra. Song a firmar un permiso de tal forma que pudieran cremar el cuerpo de la Srta. Gong. Incluso les pidieron a su hijo y a su nuera que le dijeran que su hija “murió por una sobre dosis de drogas después que intentaron un rescate de emergencia y que su hermano y cuñada la habían visto antes de morir”. Ellos se negaron a decir esta mentira, frente a otros aldeanos.
El 11 de mayo de 2004, el fiscal popular supremo anunció que investigaría y perseguiría a quienes abusaron de la autoridad de su trabajo y violaron los derechos humanos. La “actividad” duraría un año. La Sra. Song escribió su historia y se la dio al fiscal. El gobierno municipal y la Oficina 610 falsificaron evidencias y conspiraron uno con otro, diciendo que ellos habían informado a los hijos de la Sra. Song sobre la situación de la Srta. Gong.
Ao Benqing, jefe del gobierno municipal, le dijo al hijo y a la nuera que si la Sra. Song escribía una declaración de renuncia a Falun Gong, todo podía ser resuelto y el gobierno admitiría que cometió un error. Si ella se negaba a escribir la declaración, significaba que el gobierno no cometió una equivocación al torturar a la Sra. Song. Los practicantes de Falun Gong no tienen derechos humanos en la ciudad de Luzhou, en la provincia de Sichuan. Ninguno de los casos de los practicantes fueron tomados en cuenta y ninguno de los criminales que torturó a practicantes fueron castigados. El anuncio del fiscal popular supremo para “investigar y perseguir las violaciones de derechos humanos” del 11 de mayo de 2004, no fue nada más que otro truco del PCCh para engañar a la nación y a la comunidad internacional.
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