Mi mamá se llama Sun Lin. Es practicante de Falun Dafa. Yo he estado en un colegio interno durante mucho tiempo y mi padre nunca me dijo nada sobre lo que estaba pasando con mi mamá, seguramente porque no quería que esto influyera en mis estudios.
El 16 de enero de 2009, volví a casa y encontré todo hecho un lío. Papá estaba muy demacrado. Como no dejaba de preguntarle, me dijo sencillamente que mamá había sido arrestada ilegalmente porque estaba aclarando la verdad y que la habían llevado al centro de detención de Dashan en Qingdao. No pude controlar mi inquietud y quise ir a ver a Shen Tao, director de la Oficina de Protección Política, para preguntar sobre mi mamá. En 2004 él la había arrestado y torturado. Papá sabía cómo era de malvado este hombre y por eso me prohibió que fuera. Pero era la primera vez que iba a ver a mi madre después de seis meses, y sabía que estaba rodeada de un grupo de villanos, y que su vida podía estar amenazada en cualquier momento: ¿Cómo podía quedarme en casa tranquilamente?
El 19 de enero, después de que papá se fuera a trabajar, me fui solo a la comisaría de policía de Laixi. Fui a ver a Shen Tao para preguntarle por mi mamá. Estaba muy enfadado, alterado y lleno de odio hacia Shen Tao, así que hablé con mucha contundencia. Dije: "¿Qué delito cometió mi mamá? ¿En qué parte de la constitución está contemplado y justificado su delito? ¡Devuélvannos nuestros bienes personales!" Él contestó: "No tengo que escucharte", gritó y exigió que me fuera.
Fui allí a preguntar por mi mamá. No me iría. Me sacó a rastras de la habitación. Cuando me agarré a la puerta, me tiró de la ropa a la fuerza y me dio vueltas. De repente, me empujó contra la repisa de la ventana que estaba al otro lado del pasillo. Sentí un dolor muy intenso en la espalda. Le pregunté: "¿Por qué me golpeas?". Contestó, "¿Quién te está golpeando? ¡Te estoy tratando correctamente!"
Me mordía los labios para soportar el dolor, entré corriendo otra vez en su oficina y lo asedié con preguntas sobre mi mamá. Siguió el juego una vez más y se puso delante de la puerta para impedirme la entrada. Intenté entrar. Se abalanzó sobre mi pecho con fuerza. Estaba inmovilizado por su peso y casi chocándose con el guardia de seguridad le gritó para que me sacaran de allí. Me dolía el pecho, pero conseguí ponerme de pie. Entonces se dio la vuelta y se metió en la oficina.
En el momento en el que se cerró la puerta, lloré, no por el dolor que tenía en el cuerpo, sino por pensar que mi madre estaba en la cárcel detenida. Si habían sido capaces de dar una paliza a un niño, mi mamá, como practicante de Falun Gong estaría teniendo un trato mucho peor.
Escribí esta experiencia sobre la paliza que recibe un niño por preguntar por su madre para decirle a las buenas personas: No se dejen engañar por las palabras bonitas del PCCh. Tengo la esperanza de que las buenas personas puedan ayudarme, a mi mamá y a todos los practicantes de Falun Gong que están siendo detenidos y perseguidos por la policía.
Datos sobre los antecedentes:
La Sra. Sun Lin trabajaba en el departamento de obstetricia del hospital Laixi como enfermera. El 7 de agosto de 2004 fue detenida y trasladada al centro de detención Laixi. Cuatro guardias la golpearon y le dejaron heridas por todas partes. Además, la esposaron a un vehículo a motor y la arrastraron. El 27 de noviembre de 2008 la arrestaron por aclarar la verdad. El 13 de diciembre fue trasladada al centro de detención Dashan en Qingdao. El 15 de diciembre se emitió la carta de detención. La Sra. Sun inició una huelga de hambre y se quedó extremadamente débil. Su vida estaba en peligro. El PCCh no permitió a su familia visitarla y se negó a liberarla.
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