El 20 de julio de 1999, se inició la movilización más intensiva y más completa de la historia de China, es decir, la persecución de Falun Gong. Se puede precisamente asumir que se absorbieron cientos de miles de millones de Yuan [divisa china] en esta persecución de envergadura mundial.
A principios de los años noventa, Falun Gong era muy popular ante el Gobierno chino. En 1996, el libro "Zhuan Falun" escrito por su fundador el Sr. Li Hongzhi, se convirtió en un best seller en China. El mismo año, el dictador Jiang Zemin pidió a su régimen la emisión de una circular que prohibía la distribución de toda clase de documentos de Falun Gong. En 1997, la policía de seguridad lanzó una investigación en todo el país para encontrar pruebas de que los practicantes de Falun Gong infringían la ley. Tras muchas investigaciones, las comisarías en todo el país informaban de que ninguna prueba se había descubierto.
En 1998, un grupo de miembros jubilados del Congreso Nacional del Pueblo inició una profunda investigación sobre Falun Gong, y concluyó que sólo aporta ventajas sin perjudicar ni a la Nación ni al Pueblo. El mismo año, el Comité Nacional de los Deportes y un grupo de expertos conducían una investigación que concluía: "Pensamos que los ejercicios de Falun Gong y sus efectos son totalmente buenos. Su impacto en la estabilidad social y su mejora de la cultura espiritual son totalmente evidentes esto debería ser plenamente recomendado".
Pero el despótico Jiang Zemin se volvió cada vez más celoso e insistió en prohibir Falun Gong, lo que resultó en la formación de una notoria organización "610" en junio de 1999, una organización tipo gestapo con un poder total en todos los niveles del partido y de los cuerpos políticos y judiciales. El 19 de julio, después de una cumbre, Jiang Zemin declaraba que Falun Gong estaba oficialmente prohibido, lo que condujo a detenciones masivas a partir del día siguiente. Los practicantes, por propia iniciativa, fueron a la Oficina de Apelaciones de la Plaza Tiananmen, dónde fueron detenidos, maltratados o simplemente metidos en la cárcel.
Hay pruebas documentadas de al menos 760 practicantes de Falun Gong muertos debido a la brutal persecución del régimen. Sin embargo, fuentes del Gobierno chino dicen que se cuentan por miles. En total, los más de cuarenta tipos de métodos de tortura sancionados por el estado, incluyendo violaciones colectivas y otras violaciones sexuales de practicantes, sólo son una parte de la cruel realidad a la cual se enfrentan los practicantes chinos de Falun Gong. Fuentes informativas citan a Jiang Zemin diciendo: "Utilizamos todos los medios para erradicar a Falun Gong."
Mucha gente en más de sesenta países goza de los beneficios que aportan a la salud los ejercicios y la cultivación de Falun Gong. Todos los textos pueden bajarse gratuitamente de Internet y las clases son también gratuitas. Todo se transmite sobre la base del voluntariado y no se aceptan los donativos. Los principios son Verdad, Benevolencia, Tolerancia, algo que la gente de todos los países necesita. En China, buenos ciudadanos son torturados por eso mientras que los practicantes occidentales observan la situación y siguen clarificando la verdad pacíficamente.
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