Soy un antiguo practicante que ha tenido la oportunidad de comenzar a cultivar y practicar Falun Dafa en 1993. Antes de iniciar mí cultivación, a los ojos de los demás era atento y comprensivo. En 1951 empecé a trabajar en una fábrica textil, al principio como obrero y más tarde en la gestión del personal. Soy capaz de administrar muy bien las relaciones con todo tipo de gente y prefiero sufrir en el trabajo, con pérdidas y mi desgaste, en lugar de ver a alguien infeliz.
Desde que comencé a cultivar, lentamente comencé a entender que la "bondad" y la "atención" que aportaba a los demás no eran lo suficientemente puras y que no era naturalmente, una buena persona. La mayoría de las veces mi "Bondad" no era auténtica. Como dijo el Maestro en "Elevar el xinxing" en Zhuan Falun":
"Si alguien dice que eres bueno, no necesariamente eres bueno de verdad; si alguien dice que eres malo, no necesariamente eres malo de verdad, ..." (Lección Cuatro)
Elevando mi xinxing, conseguí arrancar de raíz los apegos fundamentales escondidos detrás de mi falsa "gentileza". Con la persecución, tenía miedo de que otros me criticaran y solamente quería oír comentarios buenos sobre mí. Antes, yo solía dirigir a otros en mi trabajo y eso estaba seriamente contaminado por la cultura del Partido Comunista Chino. Trataba cada conflicto que encontraba en mi trabajo con la "filosofía de lucha" de la que aprendí en la educación impartida por el Partido comunista chino (PCCh). Es decir, yo estaba tratando de probar que yo era fuerte, pero yo a pesar de todo era una mala persona. Poco a poco, estos conceptos se convirtieron en hábitos y formaban parte de mi personalidad. Cuando comencé mi cultivación, estas nociones sucias continuaban interfiriendo conmigo, por lo que era difícil avanzar en un camino recto.
Cuando estudiaba la Ley (Fa) este gran compromiso me impidió comprender bien la Ley. Cuando hablaba de mi comprensión de la Ley, daba la impresión de ser bueno, pero cuando se trataba de actuar verdaderamente, utilizaba siempre la Ley para camuflar mi egoísmo y no soltaba el apego a la fama.
El Maestro dijo:
"Cualquier hábito formado hace crecer materia. Cuando en otros espacios existe tal materia, entonces en este espacio aparece este estado.
"Quitaré las cosas esenciales, pero los hábitos que han formado tienen que quitárselos ustedes". (Enseñando el Fa en Manhattan)
Sólo cuando leí esta parte de la ley, me di cuenta de que los conceptos y hábitos que tenemos después de nuestro nacimiento, son materias en nuestra dimensión degenerada. No va a desaparecer sólo con palabras, tenemos que arrancarlos y de forma proactiva eliminarlos durante nuestro estudio de la ley y con una cultivación verdadera.
Formamos diferentes hábitos y nociones a diferentes edades, a través de las experiencias de diferentes vidas y en diferentes entornos de trabajo. Poco a poco estas costumbres y nociones se transforman en fuertes vínculos y forman parte de nuestra personalidad. Ciertos apegos son tan fuertes que sabemos que existen pero hay otros que están enterrados profundamente y no son fáciles de reconocer. Alguien que tenga una personalidad fuerte, tiende a volverse egocéntrico y a despreciar a otros. Es seguro que no aceptará que alguien hable mal de él y se encolerizará si alguien lo hace. De hecho son sustancias que crean una personalidad falsa en nuestra dimensión. Es nuestro propio reflejo. Si la gente no lo reconoce, y piensan que se trata de ellos mismos y por lo tanto esa es la razón por la cual su nivel jamás se mejora, sin importar cuanto cultiven. Esto debilita la conciencia principal de una persona lo que es en realidad la complacencia. La realidad es que este apego no es reconocido y por lo tanto no puede deshacerse. El Maestro dijo:
"Si no cambias la lógica humana que tú, como persona común, has formado profundamente en tus huesos por miles de años, no podrás desprenderte de esta cáscara superficial humana ni obtener la perfección" ("Palabras de advertencia", de Escrituras esenciales para mayor avance, 10 de septiembre de 1996)
Ahora tengo una mejor comprensión de la ley. Cuando no podemos salir de estos conceptos humanos, nos alimentamos de estas sustancias demoníacas. Existen en nuestra dimensión, y no sólo nos impiden validar la Ley, sino que atraen a las sustancias más demoníacas que actúan para traer más dificultades en nuestra cultivación y romper nuestra voluntad de seguir siendo diligentes. Cuando no estamos conscientes de ello, se forma una persecución invisible.
La situación de la rectificación de la Ley avanza rápidamente. Tenemos que arrancar de raíz nuestros apegos. Sea cual sea el conflicto que nos enfrentamos, debemos mirar hacia adentro. El Maestro habla mucho sobre eso. Mi opinión es que cualquier fenómeno que ocurre en nuestro entorno se debe a nuestro corazón. Creo que puedo eliminar los malos hábitos y sustancias demoníacas mirando en mí.
Versión en chino disponible en: http://minghui.ca/mh/articles/2010/5/10/223243.html
Versión en inglés disponible en: http://www.minghui.org/mh/articles/2010/5/10/223243p.html
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