Antes de empezar a practicar Dafa, me consideraban en casa como un niño encantador y en el instituto como un bueno alumno. Desde el punto de vista de una persona común, era un hombre joven bueno que no ofendía a nadie. Mis amigos creían que yo podía entenderles y confiaban en mi. He crecido en un entorno así. Creí tanto en lo que los demás pensaban de mí que ignoraba mis verdaderos sentimientos. La realidad era que yo podía resentir lo que la gente quería y actuaba en consecuencia. La gente pensaba que era una persona cariñosa, pero a veces sólo actuaba para complacerles.
Desde el punto de vista de una persona común, era un hombre joven bueno que no ofendía a nadie. Como practicante, no era recto con la gente. Esa actitud no podía resolver ningún verdadero problema. En realidad me protegía a mi mismo y temía enfrentarme a los errores que hubiera podido cometer y hacía todo para esconderlos.
A veces nos reuníamos entre practicantes para intercambiar ideas sobre la cultivación. Tenía miedo de que los otros no aceptarían mis puntos de vista, por eso sólo seguía y sostenía lo que decían los otros. Cuando sentía que tenía algo que decir, me andaba por las ramas sin llegar al corazón de la cuestión. Cuando la gente me señalaba este problema, me ofendía mucho. Parecía que tenía mucho karma. Necesité muchas pruebas de ángulos diferentes para sobrepasar el problema. Sentía que el karma me rodaba y tenía un punto de vista egoísta sobre cómo un practicante debe pensar. No era capaz de reconocer las indicaciones de Shifu y pensaba que el Fa no me afectaba de ninguna manera. No tenía efectos kármicos que aparecían bajo la forma de enfermedad del cuerpo y no intentaba aplicar el Fa en mi vida real. Pensaba que ya era una buena persona y que era por eso que el Fa no había operado más cambios en mi. De hecho, ni hacía lo que un verdadero practicante tiene que hacer. Es la verdadera razón por la que no fui capaz de sacar ninguna ventaja del estudio del Fa.
Poco a poco, al seguir cultivándome, mi lado hipócrita empezó a desvanecer. Vi que mi verdadero yo era una persona diferente, alguien que no me era familiar. Al mismo tiempo, vi que mi falso yo, el que me era familiar, era hipócrita. No quería aceptar el hecho porque me dolía mucho. Durante mucho tiempo pensé que era una buena persona sin defectos, como decían los otros. Sin embargo, desde el punto de vista de un practicante, era el contrario. Lo que se considera bueno para las personas comunes es exactamente lo que no debería ser un practicante.
Un incidente reciente me impresionó mucho. Aprendí que, como practicante, tenía que observar cada pensamiento. Si no, podemos fácilmente estar influenciado por el egoísmo, que forma parte del viejo universo.
Iba con una compañera de práctica para comprar un bolso. Al momento de pagar, di el dinero al vendedor. Tenía este billete (de banco) de una transacción con otro comerciante. El billete parecía un poco raro. Cuando lo enseñé a otras personas, muchos me dijeron que era falso. Quería hacerlo verificar. Si era un billete falso lo intercambiaría. Pareció que el vendedor no dijo nada cuando le di el billete. Pensé en mi mismo que quizás el billete era bueno.
Más tarde, durante una reunión de practicantes llevaron el asunto de los billetes sospechosos. Un compañero de práctica me dijo: "No creo que hiciste algo malo, pero creo que te faltó consideración hacia los otros. Si ese billete había sido falso, ¿Que habría pensado la gente de nosotros? Shifu dijo que para ser una buena persona tenemos que considerar y cuidar de los demás. Si no estabas seguro del billete no debías haberlo usado. ¿Por qué no pensaste en eso? Quizás deberías volver y dar un billete bueno al vendedor". Después de escuchar este comentario, sentí mucha vergüenza.
El día después, volvimos a ver al vendedor. Le dije porque volvía. Sonrió y dijo: "No presté atención en el momento. Pero luego, cuando fui a comprar agua, noté que el billete era un poco fino. Alguien me dijo que era un billete falsificado. No le llamé porque creía que usted no lo sabía. Si lo hubiera sabido, no me lo habría dado". Un hombre común me creyó. Tenía tanta vergüenza por mi acto. Aún no lo había hecho con intención, no me consideraba como un practicante. El practicante a mi lado se disculpó en mi sitio y dijo al vendedor que no era consciente que el billete era falso. Experimentando un poco mi aprieto, dijo: "No se preocupe por eso". Una señora que estaba a su lado dijo: "¿Dónde se puede encontrar gente tan buena hoy en día? Volver para cambiar dinero de verdad a cambio de un billete falso. Sólo las personas buenas de verdad pueden hacer tal cosa".
Después de reflexionar, me encontré desanimado. ¿Qué significa rectificar el Fa? ¿Se limita solamente a explicar los hechos sobre Dafa a la gente? Cuando la gente conocerá la verdad, ¿Cómo considerará a los practicantes de Dafa? A través de este incidente, aprendí a recordarme que tengo que liberarme de mi yo egoísta y que tengo que asegurarme que mis palabras y mis acciones sean coherentes con los principios de Dafa. De hecho, todas mis acciones deberían mostrar a la gente cuán bueno es Dafa.
Al principio, no sabía que escribir, por que pensaba que no era algo importante. Luego, al empezar escribiendo, vi que tenía mucho que decir. Tengo también que disculparme con Shifu. Durante todo el tiempo, Shifu me sostuvo, me guió y me protegió, pero siguo cometiendo errores. Cada vez que hice algo justo, Shifu me permitió inmediatamente de entender una verdad más alta. Compañeros de práctica, creo que Shifu nos quiere más que nosotros nos queremos nosotros mismos.
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