Se empeñó en la educación de la virtud y en las relaciones morales humanas. Su buen carácter tuvo una influencia muy profunda en el pueblo chino
El Emperador Shun es el ancestro de la cultura ética china. (Zhiching Chen/La Gran Época) |
El Emperador Shun (siglos XXIII y XXII a. C.) es recordado por el pueblo chino como el antepasado de la cultura ética de China. Shun se empeñó en la educación de la virtud y enseñó las relaciones morales humanas en el siguiente orden: paternidad cercana, justicia monárquica, pareja obediente, vejez respetuosa y amigos de confianza. Estas enseñanzas han sido la esencia de la cultura ética china.
El emperador Yao, al final de su mandato, se dio cuenta que su hijo no tenía la virtud para heredar su trono, así que visitó muchos lugares en busca de alguien que tuviera la virtud de ser nombrado emperador.
Para ese entonces, Shun tenía 20 años y su piedad filial ya era bien conocida. A la edad de 30, fue recomendado por todos los ministros como la persona calificada para heredar el trono según la petición del Emperador Yao.
Algunas de sus proezas
Shun era muy modesto, amable y diligente. Durante las épocas de cultivo, siempre donaba tierras de buena calidad a quien lo necesitara, actitud que despertó buenos comportamientos en la gente, al punto que ya no se pelaban más sobre la cuestión de límites e incluso podían compartir y ponerse en el lugar de los demás.
Cuando iba de pesca, Shun nunca ocupaba las zonas repletas de peces, de modo que poco a poco la gente fue inspirada por Shun y dejaba la zona de buena pesca a los demás.
El buen carácter de Shun tuvo una influencia muy profunda en la gente, al punto que todos querían ser vecinos de Shun. Como resultado, el lugar donde él se radicó se convirtió en una aldea en menos de un año, y al año siguiente en un pequeño pueblo. Increíblemente, al tercer año la pequeña ciudad se amplió a una gran ciudad.
Después de escuchar todas estas virtudes, el Emperador Yao le pidió a Shun, ya con 50 años, ser el emperador en funciones. Pero eso no fue todo, el gran carácter y talento de Shun terminó de convencer al Emperador Yao de que Shun, a sus 61 años, debía convertirse en el emperador para gobernar todo el imperio.
El reinado del Emperador Shun se prolongó durante 39 años y siempre con un buen orden, pues gobernó su imperio con compasión y todos lo amaban y obedecían. Shun murió a los 110 años.
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