Edward McMillan-Scott, vicepresidente del Parlamento Europeo para la Democracia y Derechos Humanos, publicó un artículo de opinión en el periódico La Gran Época, el 27 de enero, el día en que cada año las Naciones Unidas se interrumpen momentáneamente para recordar el Holocausto.
En su artículo de opinión, el Sr. McMillan-Scott instiga a los lectores a pensar en la situación de China de hoy al recordar el Holocausto. Él reconoció la persecución a Falun Gong como un genocidio destinado a la extinción de aquellos quienes lo practican y propuso a establecer un registro internacional de los autores del genocidio para la futura corte penal internacional.
Sr. Edward McMillan-Scott, vicepresidente del Parlamento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos |
El año pasado terminó con una serie de acontecimientos significativos relacionados con el ímpetu global que se opone a la sustracción forzada de órganos a practicantes de Falun Gong en China.
El Parlamento Europeo aprobó una resolución el 12 de diciembre de 2013, condenando la sistemática sustracción de órganos, sancionada por el Estado, de presos de conciencia y sobre todo a los practicantes de Falun Gong.
En los Estados Unidos, el subcomité de Asia del Comité de Asuntos Exteriores aprobó una resolución similar, cuyo siguiente paso, debe pasar a todo el comité antes de alcanzar la resolución general para la votación.
Una campaña mundial por Médicos contra la sustracción forzada de órganos (DAFOH) dio lugar a 1,5 millones de firmas que se presentaron a la Comisión de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos (por sus siglas en inglés UNCHR).
El Sr. McMillan-Scott aclamó estos acontecimientos como "el fin de la falta de credibilidad sobre el genocidio de prisioneros seleccionados y matados, especialmente a los practicantes de Falun Gong, que les extirpan partes de su cuerpo". Él también hizo una comparación entre la forma en que nadie creyó en la existencia de los campos de exterminio Nazis con la forma en que nadie al principio creyó en el genocidio del régimen chino y las atrocidades que comete, como la sustracción de órganos a los practicantes de Falun Gong.
Poco después de que la noticia de la sustracción de órganos se publicó en 2006, el Sr. McMillan-Scott fue a China para llevar a cabo su propia investigación. Él concluyó, como tal, en la rueda de prensa en el Parlamento Europeo el 11 de diciembre: "La terrible verdad es que las investigaciones posteriores, incluida la mía, han sugerido que el negocio de trasplante de órganos en China depende casi por completo de la toma de los órganos de prisioneros recién fallecidos . Esto es admitido por las autoridades chinas y ellos continúan diciendo que van a detenerlo.
"Pero en este caso particular, ya que los practicantes de Falun Gong ni fuman ni beben, un gran número de practicantes de Falun Gong son un objetivo en particular por sus órganos. El ex reportero Especial de la ONU sobre la Tortura, Manfred Nowak, estima que dos tercios de los presos sometidos a reeducación a través del trabajo en China son practicantes de Falun Gong. Ellos son los únicos que están rutinariamente sometidos a chequeos de sangre y orina. Esto equivale a un genocidio en virtud del artículo Nº 2 de la Convención del Genocidio, en la cual una minoría es perseguida por sus creencias religiosas o políticas".
Versión en inglés disponible en: http://en.minghui.org/html/articles/2014/1/28/144647.html
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