Los dos diputados enfatizaron en sus cartas: La cuestión de la democracia en China está directamente relacionada con una quinta parte de la población mundial, asi que actualmente, ellos no gozan de las libertades más básicas. En China no hay libertad de creencia ni de asociación, los derechos humanos son extensamente violados y las torturas son algo muy general en las cárceles.
El año pasado, hubo 3.138 personas ejecutadas en China lo que supone el 80% de las penas de muerte en todo el mundo (4.078). Después de la prohibición de la práctica de Falun Gong, hay al menos 100.000 personas arrestadas, más de 20.000 fueron encarcelados en los campos de trabajos forzados, más 1.000 personas fueron recluidas en hospitales psiquiátricos y más de 810 personas murieron a causa de las crueles torturas. El régimen comunista chino también arresta frecuentemente a los monjes tibetanos y les torturan cruelmente. Las invasiones armadas y la erradicación de la cultura tibetana hacen que esta, la lengua y la historia del Tíbet se encuentren al borde de la extinción. También persiguen a los seguidores de la Iglesia Católica Romana, donde varios creyentes católicos han sido encarcelados. China es el único país que ha establecido un sistema de iglesia católica fiel al régimen autoritario comunista.
En la carta, los diputados recordaron que las cooperaciones económicas, tecnológicas y comerciales deben basarse en el firme respeto a los derechos humanos. Además, el desarrollo de las libertades políticas, creencias religiosas y asociaciones obreras deben ser rigurosamente supervisadas.
Versión en inglés: http://www.clearharmony.net/articles/200311/16037.html
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