Una semana antes de realizar el Fahui en Buenos Aires, los practicantes del exterior comenzaron a llegar a la Argentina. Nos alegró la llegada anticipada, pero por otra parte lamentábamos no poder atenderlos debidamente dado los preparativos del Fahui. Ir todos los días a Cancillería por el tema de las visas de los 22 practicantes de Taiwan y una de Perú ya nos estaba ocupando bastante tiempo.
Debido a los problemas que había para obtener el visado de los practicantes de origen chino, el jueves anterior al Fahui algunos practicantes propusieron hacer una carta para entregársela en mano al Presidente Kirchner en la propia casa donde residen los presidentes. Así que esa noche nos quedamos redactándola y quedó lista con el aporte de todos, en medio de una armonía asombrosa.
Al día siguiente (viernes), apenas amanecía ya estábamos haciendo guardia en la Residencia Presidencial de Olivos para entregarla; una vez allí enviamos pensamientos rectos e hicimos los ejercicios en la vereda. Había muchas puertas por donde el presidente salía cada mañana y por cuestiones de seguridad, no nos podían informar por cuál puerta saldría aquél día el auto presidencial, e incluso nos dijeron que muchas veces salía en helicóptero. Así que nos dividimos en dos grupos para cubrir lo más posible, aunque en realidad, el tamaño de la residencia ocupa muchas manzanas y las salidas son demasiadas como para abarcarlas todas. Uno de los grupos caminó sin rumbo fijo hasta que en una de las puertas comenzó a aclararle la verdad a un custodio de la policía. Al principio no quiso informarnos nada, pero luego tuvo la iniciativa de recibirnos él mismo la carta, y como ésta no tenía sobre, primero la rechazó y luego llamó a un superior en el interior de la residencia. Al rato el superior salió a atendernos y luego de aclararle la verdad y expresarle la urgencia de nuestra petición, dijo que él mismo se encargaría de darle la carta en mano al presidente, en cuanto se levantase a desayunar, pues todas las mañanas lo primero que hacía era leer la correspondencia. Luego regresamos a la casa.
Mientras realizábamos distintas actividades en la casa, llegó el mensaje que había una practicante china que vive en Perú que estaba detenida en el aeropuerto, se le impedía la entrada al país y además habían decidido deportarla.
Cuando los practicantes peruanos arribaron a Argentina, se intentó separar a esta practicante china y enviarla de vuelta a Perú pero estos 7 practicantes estaban muy firmes en rechazar el arreglo de las viejas fuerzas y fue entonces que otra practicante peruana la tomó del brazo y le dijo a la policía aeronáutica:
- “Usted no se la puede llevar”
- “¿Por qué?” preguntó el policía.
- “PORQUE SOMOS UN CUERPO", respondió la practicante.
- “¿Qué son qué?” preguntó el policía. "Somos un cuerpo y se tiene que quedar con nosotros". Entonces sucedió lo que dice Shifu*, fueron automáticamente restringidos, todas las autoridades, tanto la policía aeronáutica como el personal de Migraciones parecían anestesiados y no podían reaccionar.
Cuando reaccionaron y quisieron enviarla de vuelta, el avión ya había partido. Esto fue entendido por los practicantes peruanos como la señal de que si estábamos todos rectos dentro del Fa, ella podría quedarse en Argentina y participar del Fahui.
Mientras esto sucedía, algunos de los practicantes en la casa de Martínez, decidieron ir a hacer ejercicios al río a dos cuadras de allí. Antes de comenzar, decidieron colocar una bandera grande de Falun Dafa y enviar pensamientos rectos. Mientras los enviaban, pasaron por encima tres helicópteros de los que acostumbran llevar al presidente.
Tras el incidente del aeropuerto, avisaron al resto de los practicantes lo que estaba sucediendo. A partir de ese momento cada practicante enterado de la situación comenzó a hacer lo que consideró necesario para eliminar la maldad de las viejas fuerzas. Fue así que a las pocas horas (después lo supimos) estábamos todos en distintas dependencias, Migraciones de Capital, Migraciones de Aeropuerto, Cancillería, Residencia Presidencial y en la casa donde nos alojábamos, enviando pensamientos rectos y hablando con distintas autoridades.
Escuché a una practicante con total firmeza decir: "que no tenga visa para entrar al país es un tema de la gente común, nosotros somos cultivadores y ella (la practicante detenida) está muy firme". Yo tuve una experiencia muy importante, en un momento estaba en una dependencia oficial enviando pensamientos rectos y de repente se me cruzó un pensamiento no recto, entonces me iluminé: eso correspondía a una parte mía que aún no había sido rectificada y que respondía a las viejas fuerzas y debía ser eliminada. Sentí que los pensamientos rectos tenían un enorme poder aunque en la superficie no se notara ningún cambio, estaba viviendo un estado muy especial y aunque nos decían que no se podía quedar, sentía que el camino se iba limpiando.
Al cabo de unas horas comenzaron a sonar los teléfonos en las casas de los practicantes, primero avisando desde Cancillería que empezaban a moverse los expedientes de los practicantes de Taiwan, luego que les habían concedido las visas y después que había sido liberada la practicante peruana.
Recién ahí entendimos los practicantes argentinos porqué comenzaron a llegar tan temprano los practicantes del exterior, y por qué no habíamos podido programar actividades. Todo había sido arreglado para que más gente pudiera conocer la verdad, saber de la cruel persecución, enterarse que FALUN DAFA es bueno y probar cuan rectos y firmes eran nuestros pensamientos y también nuestro país tuvo la oportunidad de posicionarse bien para el futuro ante DAFA.
Esos días previos sirvieron para conocernos, estudiar el Fa y unirnos para así poder eliminar a las viejas fuerzas que estaban actuando. Dicha unión fue creciendo con el transcurso de los días y luego del Fahui, y cada actividad que se proponía, era aceptada y apoyada en forma unánime y llevada a cabo en total armonía y con mucho entusiasmo y cordialidad, lo cual nos permitió experimentar la fuerza que los discípulos de Dafa tienen cuando logran coordinar y actuar en forma conjunta como realmente un sólo cuerpo.
Gracias Shifu por esta oportunidad.
* Shifu: shi: maestro, fu: padre. Título con el que los discípulos llaman respetuosamente al maestro de su vía de cultivación o cualquier otro oficio, cuando el discípulo es formado en todos los aspectos de la vida por el maestro.
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