En las preguntas y respuestas de la conferencia de Atlanta, el Maestro dijo: “Puedo inclusive traer de vuelta la materia y los factores originales de los seres que nunca existirán de nuevo, traer de vuelta los factores que originalmente crearon a los seres, y traer de vuelta a todos los factores tal como eran, y los factores que los formaron. Y puedo eliminar la parte de los seres que pecó contra Dafa, como también el proceso mismo y ese período particular de la historia, y puedo hacer que un ser vuelva a nacer como si nunca hubiese pasado por esa parte de la historia.” (traducción oficial)
Yo mismo experimenté lo que es descrito en el pasaje anterior. Lo escribo con la esperanza de que sea una fuente de inspiración para los practicantes que han hecho errores.
Como yo era incapaz de ver claramente las nociones que vienen del sentimentalismo desviado de los seres humanos, el mal sacó provecho de mí y pronuncié una promesa que era impropia de mi posición como discípulo de Dafa (escribiré detalladamente lo que pasó en otro artículo). Después, en un sueño, vi que mis enemigos me capturaban en una batalla e iban a hacerme rehén para obtener lo que querían. Les dije que esto no iba porque mi padre no lo permitiría si actuaban así. Uno de ellos dijo burlándose: “tu padre no puede nada porque tú mismo hiciste la promesa. ¡Aunque decida quitarse la vida por ti, él no puede hacer nada!” (En mi sueño, mi padre era el rey de un reino de los cielos e iba a prestar asistencia al Maestro a rectificar la Ley bajo sus órdenes). Se reían y se burlaban detrás de mí, vi que yo estaba atado a la promesa que había hecho a causa de mi sentimentalismo.
Resultando, que todos los seres que me seguían han sido capturados por mi culpa y masacrados por mis enemigos. La escena era tan macabra que el cielo parecía haberse puesto de un tinte negro, había tanta sangre que fluía formando ríos. Vi un número incalculable de seres delante de mí. Habían tantos que la palabra "incalculable" era el único que puede describir cuántos había. Pero ninguno de ellos se quejaba. Morían por mí sin protestar, aunque era yo el que había hecho el error. Me quedé estupefacto de ver cómo aceptaban su suerte de manera pacífica, se dejaban masacrar sin expresar ni la menor queja ni el menor pesar. Verdaderamente comprendí que como discípulo de Dafa de la rectificación de la Ley, cada una de mis palabras, cada una de mis acciones determinaba si innumerables seres podían vivir o debían morir. ¡Es verdad que no se puede hacer ni un solo error!
Después de despertarme, durante mucho tiempo no conseguí olvidar lo que había visto en mi sueño. Le dije al Maestro: « sé que hice un error. ¡Pero esto es seguro, lo haré bien la próxima vez! »
Después de un cierto tiempo, meditando, vi que a causa de que yo había hecho bien, mis seres habían resucitado. Habían resucitado todavía con más pureza que en su vida anterior. En mi fuero interior sentí tal paz, tal tranquilidad. Después de haber experimentado con la vida y con la muerte, verdaderamente comprendí el peso de las palabras del Maestro cuando dice “Si has caído, no te quedes allí tumbado, ¡levántate en seguida!” (trad. oficial)
(“Enseñando el Fa durante el Festival de la Linterna de 2003 en la Conferencia Occidental de Estados Unidos »). Haber caído no debe darnos miedo. Hacer un error no debe darnos miedo tampoco. Lo que da miedo, es quedarse allí sin moverse después de haber caído.
Versión en inglés disponible en:
http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2004/3/10/45917p.html
Versión en chino disponible en:
http://minghui.org/mh/articles/2004/3/1/68885.html
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