El 3 de mayo de 2004, el periódico andaluz La Voz de Almería entrevistó a practicante de Falun Gong y reportó una noticia titulada “La Audiencia Nacional investiga al ex líder chino Jiang Zemin por genocidio y torturas”
La Audiencia Nacional investiga al ex líder chino Jiang Zemin por genocidio y torturas
El pasado mes de octubre fue interpuesta en la Audiencia Nacional una querella criminal contra el ex presidente chino, Jiang Zemin, por genocidio y torturas. Los denunciantes son 18 practicantes de Falun Gong, una disciplina de meditación y cultivación muy difundida en China, en nombre de millones de practicantes perseguidos.
La persecución contra estos ciudadanos comenzó en 1998, cuando el ex dirigente chino, tras conocer una encuesta que revelaba que el número de practicantes de Falun Gong superaba al número de miembros del Partido Comunista, ordenó su prohibición y persecución. Desde entonces, han sido presuntamente asesinadas más de dos mil personas y otros cientos de miles están detenidos en campos de trabajo, o sencillamente, desaparecidos.
Fadu, de 3 años, perdió a su padre en una cárcel. |
Una practicante haciendo la meditación |
Una práctica milenaria
El Falun Gong es una práctica que recoge costumbres surgidas hace miles de años en China y que fue actualizada y difundida por 1992 por Li HongZhi, quien ha sido nominado al premio Nóbel de la Paz en los últimos tres años, y actualmente residente en Estados Unidos, y buscado por las autoridades del país comunista.
Sus practicantes aseguran que mediante el cultivo del cuerpo, la mente y el espíritu, e incorporando las enseñanzas de los principios de “Verdad, Benevolencia y Tolerancia”, obtienen importantes mejorías en la salud y en su vida espiritual.
Los practicantes de esta filosofía, que no presenta ninguna organización formal ni recibe ningún tipo de ingresos económicos, han iniciado una campaña de denuncia de su persecución, que han apoyado instituciones como Amnistía Internacional o las Naciones Unidas. Las prácticas denunciadas incluyen aberraciones tales como violaciones masivas; torturas a mujeres embarazadas; divorcios forzados, o internamientos en campos de “reeducación”.
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