El Maestro habla frecuentemente sobre los beneficios al estudiar el Fa y practicar los ejercicios juntos. La siguiente historia es una perfecta ilustración de esta manifestación del Maestro cuando dijo que podemos ayudarnos unos a otros a elevar el nivel por medio de hacer juntos las prácticas.
Al poco tiempo de empezar a practicar la meditación sentada de Falun Gong, sentí un dolor extremo en la posición de “loto” simple (poniendo una pierna cruzada encima de otra). En ese tiempo, temí que nunca sería capaz de practicarla sentada en la posición doble “loto” (poniendo ambas piernas cruzadas encima una de otra). Un día finalmente me adiestré para poner ambas piernas cruzadas, sin embargo, sólo podía mantener esta posición menos de dos segundos. El dolor era tan intenso que inmediatamente deshacía la postura. En esos momentos, dudaba mucho sobre mi habilidad de ser capaz alguna vez de practicar el ejercicio de la meditación sentada en la posición de doble “loto” durante 30 minutos.
Durante una pequeña conferencia de intercambio de experiencias de cultivación de Falun Dafa en 1999, varios compañeros practicantes compartieron experiencias sobre su aprendizaje de la posición de loto completa. Una practicante mayor dijo que ella se había fijado el objetivo de intentar aguantar el dolor tanto como fuera posible. Un día, finalmente se adiestró sentándose en la posición de doble “loto” y apretó sus dientes y aguantó el dolor. Aún cuando se sintió colapsada de dolor, rehusó bajar sus piernas. Otra compañera practicante dijo que tan pronto como entraba en posición de ambas piernas cruzadas al practicar la meditación sentada, pedía a su familia que le colocaran un recipiente de agua en su cabeza para prevenir que se moviera o contrajera antes de que terminara la meditación.
Había un joven, que durante el grupo de estudio del Fa, se quejaba sobre la dificultad de incrementar el tiempo de hacer el ejercicio de la meditación sentada en la doble posición de “loto”. Una madura jovencita le dijo: “No es tan difícil. Sólo ata tus piernas para sostenerlas en la posición”. Dicho esto, sacó una pieza larga de tela de su bolso de mano y se la dio al joven. Él se conmovió por la firme voluntad de la señorita y enseguida se hizo un lugar de manera que finalmente fue capaz de hacerla. Después de escuchar varias historias, me di cuenta de que no había atajos en la cultivación y que sufrir es una parte inevitable de la cultivación. Muy pronto, fui capaz de incrementar el tiempo de meditación en doble “loto” a unos 20 minutos aproximadamente. Soportaba esos 20 minutos contando cada uno. Mientras aguantaba el agonizante dolor, identifiqué y clasifiqué el dolor por tipo: al principio sentía como si mis piernas se hincharan, entonces empezaba a doler, después empezaba a sentirme entumecido y finalmente empezaba a sentir como si mis piernas estuvieran rotas.
Al final, me exigí hacer un avance y por fin fui capaz de hacer la meditación sentada en la posición de doble “loto” durante una hora. Cada día, cuando finalizaba la meditación, sentía como si estuviera llevando a cabo una gran tarea. También desarrollé un nuevo entendimiento en la relatividad del tiempo. Podía pasar despierta fácilmente una noche entera leyendo una novela cuando “sentí algo” y habían pasado volando más de diez horas. ¿Por qué es tan duro para mí aguantar una hora haciendo la meditación sentada? ¿Por qué “sentía” el tiempo tan lento durante la meditación sentada? En cada sección de la música del ejercicio, cada cinco minutos se siente diferente, y los cinco minutos finales se sienten larguísimos. El dolor duradero es un obstáculo, y dejar la confortable y caliente casa por el sitio del grupo de práctica, cada día temprano en la mañana del frío invierno, es otro. Pero con el estímulo de los compañeros practicantes, he conseguido perseverar en ir al grupo de práctica todos los días.
Cuando mis piernas me dolían y se sentían frías al mismo tiempo, me recitaba repetidamente: “Cuando es difícil de soportar, puedes soportarlo. Cuando es imposible de hacer, puedes hacerlo” (De la Lectura Nueve del Zhuan Falun “Personas con grandes cualidades innatas”). A veces también pensaba en el momento en que llegaré a sentirme maravillosa y muy confortable como si estuviera “sentada dentro de una cáscara de huevo” (De la lectura Octava del Zhuan Falun “Corazón de Exultación”).
Tengo que admitir que tengo una voluntad muy débil. Durante un periodo de tiempo después de que nació mi hija, encontré varias excusas para no estar toda la hora. La vagancia rápidamente tuvo respuesta y mi nivel bajó. Primero reduje mi práctica a 45 minutos. Más adelante la reduje a 30 minutos. Al final, aún los 30 minutos en meditación sentada me producirían un dolor intenso. Fue entonces cuando enfrenté el hecho de que había caído a un nivel de cultivación más bajo. Mientras me culpaba a mi misma por la falta de perseverancia, también me quejé de que el sitio de práctica en grupo no estuviera cerca de casa. Entonces empecé a reanudar la práctica de meditación en casa, todos los días. Después de un tiempo, el dolor desapareció, pero fue reemplazado por una sensación de adormecimiento. Poco después, cada vez que empezaba a practicar la meditación tenía una sensación de somnolencia. No tuve más remedio que mantener mis ojos abiertos cuando meditaba. Sin embargo, con los ojos abiertos no podía entrar en tranquilidad.
La situación finalmente empezó a mejorar cuando un día mi madre y una vecina de edad mayor, a la cual llamaba “Tía” Z se ofreció para practicar los ejercicios de Falun Gong, incluyendo la meditación sentada, así que salimos por la mañana. [Nota: Los chinos a menudo asignan una señora mayor fuera de la familia como “Tía” más allá del afecto y respeto] El primer día pude hacer la meditación sentada durante una hora completa. Por alguna razón milagrosa, no sentí dolor ni adormecimiento. Incluso me sentí maravillosa y confortable como si estuviera “sentada dentro de una cáscara de huevo”. Sentí como si mi mente estuviera abierta infinitamente y mi cuerpo estuviera en otra dimensión lo que fue maravilloso y muy confortable. El sol salió y vertió su cálido resplandor sobre mí. Me sentí mucho más placentera que en un sueño. Empecé a arrepentirme de no haber escuchado al Maestro y de no haber practicado los ejercicios de Falun Gong con los compañeros practicantes fuera de casa. La tía Z experimentó lo mismo que yo y exclamó: “¿Cómo es que no he sentido ningún dolor en mis piernas esta mañana?” El segundo día, mi madre hizo un progreso tremendo como nueva practicante. ¡Superó su máximo de 45 minutos e hizo la meditación sentada durante una hora completa!
Ninguna de las tres pudo evitar sentirse complacida en cumplir la importante y desafiante tarea de practicar la meditación sentada al comienzo del día. Previne a todas: “Tal vez no debamos sentirnos complacidas demasiado pronto. El verdadero desafío aún está por llegar. ¿Están seguras de poder venir todas las mañanas con la nieve de invierno y el clima frío?” La tía Z replicó inmediatamente: “No hay problema, puedo hacerlo”. Mi madre dijo: “Si vosotras dos podéis hacerlo todos los días, ¡yo también puedo!”. Yo agregué: “Corrección. Deberías haber dicho: ¡aún si vosotras dos no venís, yo persistiré en practicar los ejercicios fuera de casa cada día!”. Las tres soltamos unas carcajadas a la vez. Había un tipo de placer indescriptible en nuestra inocente risa que sólo un cultivador podría describir.
Traducido de http://www.zhengjian.org/zj/articles/2003/9/3/23283.html
Versión en Inglés:
http://www.pureinsight.org/pi/articles/2004/4/5/2149.html
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