La practicante Sra. Tang Yunxia sufre tortura en el hospital psiquiátrico municipal de Pengzhou

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Soy Tang Yunxia, ahora tengo 40 años. Al principio, yo alquilaba una habitación en el nº 7 de la segunda unidad del edificio 13, en la segunda zona residencial de Lianhua, distrito de Jinjiang, ciudad de Chengdu, provincia de Sichuan.

Por persistir en la práctica de Falun Gong, me mandaron ilegalmente dos veces a trabajos forzados y fui ilegalmente detenida 15 veces por la “oficina 610” (una agencia creada específicamente para perseguir a Falun Gong, con poder absoluto sobre cada nivel administrativo del Partido y todos los demás sistemas políticos y judiciales) del distrito de Jinjiang, por la primera sección de la división del sub-departamento de seguridad pública del distrito de Jinjiang y por la comisaría local de la calle Longzhou.

El día 14 de julio de 2001 fui secuestrada de nuevo y condenada a trabajos forzados durante un año y medio. Fui encarcelada en el campo de trabajo para mujeres de la provincia de Zizhong. En diciembre de 2002, después de recibir mi sentencia de re-educación mediante trabajos, porque no renunciaba a mi creencia en Zhen-Shan-Ren (Verdad, Benevolencia y Tolerancia), me mandaron a la sala local de lavado de cerebro de Pengzhou y fui encarcelada durante un tiempo indeterminado por Yue Qigui, el director de la “oficina 610” de dicha población, por Chen Quiang y por un hombre cuyo apellido era Liao. Durante el encarcelamiento ilegal fui enviada dos veces al hospital psiquiátrico de Pengzhou.

A principios de julio de 2003 empecé una huelga de hambre para resistir la larga persecución y para proclamar mis derechos personales de libertad como ciudadana. Como resultado fui enviada otra vez al hospital psiquiátrico municipal. Allí me inyectaron un líquido opaco que causó toda clase de hinchazones en todo mi cuerpo. Las hinchazones se inflamaban. Algunas eran del tamaño de la palma de la mano y otras eran del tamaño de mi pulgar. Picaban muchísimo. Luego me pusieron grilletes pesados en los pies. Seguían inyectándome el líquido opaco. Rechacé las inyecciones, así que la enfermera Lui Min, que no sabía la verdad sobre Falun Gong, me ató las manos detrás de la espalda sobre la cama y continuó poniéndome la droga a la fuerza, lo que me causó picores insoportables en todo el cuerpo. No podía ni moverme. Lo peor fue que cuando pedía ir al aseo una y otra vez, la enfermera Lui Min siempre rechazaba mis peticiones. Después de varios días me mandaron a la clase de lavado de cerebro para ser perseguida por el director Qiao Lijun de la “oficina 610” municipal de Pengzhou.

Después de una semana, me volvieron a mandar al hospital psiquiátrico y fui encerrada en un cuarto pequeño e inyectada de nuevo contra mi voluntad. Durante este período el personal de la “oficina 610” y el ayuntamiento de Li’an exigieron que un miembro de mi familia diera garantías por escrito (de no practicar Falun Gong) para que pudieran soltarme. Además, decían que yo no estaba bien. El familiar se negó a dar garantías por escrito y pidió verme en persona. Su petición fue rechazada por el personal de la “oficina 610”, lo que le causó una enorme angustia emocional.

Bajo el estricto control e instigación de la “oficina 610”, la sala de lavado de cerebro local y el hospital psiquiátrico municipal de Pengzhou, perseguían severamente a los practicantes de Falun Dafa.

Cuando secuestraron al practicante de Dafa Zheng Weigang, él tenía un cuerpo fuerte. Tras ser encarcelado ilegalmente durante más de un año en la sala de lavado de cerebro y el hospital psiquiátrico municipal de Pengzhou, fue torturado hasta la parálisis.

Cuando me acercaba a la muerte, el médico del hospital psiquiátrico pidió a Qiao Lijun, el director de la “oficina 610”, que me soltara. Qiao Lijun se negó diciendo: “Ni hablar. ¡Seguiremos vigilándola!”. Sufría un trato brutal en la sala de lavado de cerebro y en el hospital psiquiátrico. Mi salud física se deterioró muy seriamente y mi peso corporal bajo de 60 kilos a aproximadamente 40 kilos. El doctor Zeng Xiaoping me hizo un examen físico y encontró que sufría una grave adherencia intestinal y una apendicitis; no obstante, no quisieron soltarme. El día 26 de julio a las 3 de la madrugada, bajo amenaza de muerte, pude escaparme corriendo hacia la libertad.

Versión en chino disponible en:
http://www.minghui.org/mh/articles/2004/5/22/75257.html

Versión en inglés disponible en:
http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2004/6/6/48950.html

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