Hay una practicante en la provincia de Jilin cuyo apodo es Hanmei. En los últimos años, por su determinación en validar Dafa, ha sido molestada y arrestada por la policía varias veces. Siempre que ella hablaba a la policía, los trataba abiertamente sin ninguna queja u odio. Ella les dijo cuán maravilloso es Dafa y que todos sus practicantes son buena gente. Después de todos estos años de esclarecer la verdad a la policía que tenía la orden de arrestarla, ésta gradualmente cambió su opinión sobre Dafa. La policía sabía que ella era una buena persona, pero la presión de sus superiores los forzó a arrestarla cada vez que se lo ordenaban.
En el 2003, debido a que algunos practicantes no pudieron soportar la persecución e interrogatorio a que fueron sometidos, dieron su nombre a la policía, así que fue arrestada otra vez. Cuando la policía vino a arrestarla, ella les explicó la verdad calmadamente. Hanmei dijo: “Durante los últimos años Uds. han sido las personas que siempre me han arrestado. Todos Uds. saben que soy una buena persona, pero aún me persiguen. ¿Dónde está vuestra conciencia? Yo sé que Uds. hicieron esto por sus trabajos, pero no deberían perseguir a una buena persona porque quieran mantener su trabajo. Aún así, no voy a desquitarme ni a odiarlos, pero me gustaría decirles que al presente lo que le han hecho a Dafa y a los practicantes va en contra de la ley y en el futuro tendrán que pagar por estos malos actos. Hablando estrictamente, Uds. no tenían ningún fundamento legal para arrestarme”. Los policías se quedaron callados y no sabían como contestar su pregunta. Al cabo de un rato, un policía rompió el silencio y dijo: “Querida hermana, esto es porque alguien te delató. Si no te arrestáramos, no podríamos terminar nuestro trabajo”. Entonces la policía la llevo al centro de detención.
Unos días después, fue sentenciada ilegalmente a campo de trabajo y los mismos que la arrestaron iban a llevarla hasta allí. Justo antes de que ella dejara el centro de detención, se acercó a un practicante nuevamente arrestado a quien no conocía. Hanmei vio que él no llevaba material de aseo ni ropa consigo y entonces le preguntó: “¿Vendrán tus familiares a verte?” El practicante le respondió: “No tengo ningún pariente”. En ese momento, sin pensárselo, tomó inmediatamente la mitad del dinero de su bolsillo y se lo dio al joven para que así pudiera comprar los artículos necesarios en el campo de trabajo. La policía vio toda la situación pero no se lo impidió.
Después de entrar en el coche, el policía le preguntó: “¿Conocía a ese hombre?” Hanmei dijo que no lo conocía. El policía le preguntó de nuevo: “Si no lo conocía, ¿por qué le dio el dinero?” Ella dijo: “Como practicante, si alguien tiene una dificultad, nosotros le ayudaremos”. Hanmei continuó diciéndoles: “Cualquier cosa que hagamos, es para que la gente sepa la verdad sobre Dafa. Renunciamos a un montón de cosas, pero es para que la gente no sea engañada por las mentiras”. Después de escucharla, los corazones de algunos policías fueron conmovidos. Dos de ellos dijeron: “No entendemos porque estamos enviando a tan buena persona a la cárcel”.
Después de llegar al campo de trabajo, Hanmei continuó esclareciendo la verdad a la policía de allí. Después del examen físico, el campo de trabajo rehusó aceptarla. Todo el proceso llevó mucho tiempo. Cuando ella salió por la puerta al exterior, se sorprendió al encontrar que el vehículo que la trajo todavía estaba allí estacionado. Cuando la policía la vio venir, uno de los más jóvenes corrió hacia ella, tomó sus cosas de las manos y le dijo: “Todos sabíamos que volvería”. Hanmei le dijo: “Pensé que ya se habían ido”. El policía dijo: “Estábamos esperando por Ud. aquí y hemos estado rezando silenciosamente por Ud., porque creemos que Ud. es una muy buena persona y que no debería ser detenida en la cárcel”.
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