Es de nuevo 26 de julio. El mismo día de hace seis años, el Maestro visitaba su ciudad natal, Changchun y daba una conferencia a los asistentes de Falun Gong locales. Cada vez que recordamos este momento nos parece que fue el más feliz y precioso de los momentos.
El 26 de julio de 1998 había una reunión de asistentes. Los practicantes llegaban a la sala de conferencia de un hotel local uno tras otro. La atmósfera era grandiosa, solemne, magnífica y muy silenciosa. ¡Aquellos que habían llegado con anticipación estaban totalmente en silencio y hasta no se saludaban!
Cuando vimos al Maestro entrar en la sala, todo el mundo se levantó. El ruido de los aplausos parecía un maremoto, al recubrir una ola a la otra. Todo el mundo estaba encantado de ver al Maestro. Cuando éste vio a los practicantes de su ciudad natal, también se sintió muy próximo a ellos. El Maestro dijo: "El fin de la reunión de hoy es reencontrarnos y sé que mucha gente también quiere verme, así que voy a quedarme un poco más de tiempo”. Dos practicantes habían atado dos sillas juntas para que el Maestro pudiera sentarse más alto, pero muchos de nosotros sabíamos que él no se sentía confortable sentado de esa manera. Todos sentimos el corazón compasivo del Maestro y se oyó otro aplauso atronador.
Aquel día, el Maestro habló durante cinco horas. Cuando él dejó la sala de conferencias, estrechó la mano de los practicantes uno por uno. Yo no estaba en primera fila porque creía que no era un practicante muy bueno y que no tenía la condición de estrechar la mano del Maestro. Así que, con lágrimas en los ojos, miré al Maestro salir de la sala.
Antes no había tenido la posibilidad de participar en una serie de conferencias del Maestro y había desarrollado un deseo muy grande de verlo en persona. Una vez vi al Maestro en casa de un practicante enseñando la Ley a todos los practicantes. Me había sentado a algunos metros de él, pero en un ángulo inclinado. Miré al Maestro a los ojos: "¡Si, finalmente vi al Maestro! ¡No es un sueño! ¡Es realidad!". El Maestro paró repentinamente de hablar, sonrió y me dijo: "No pienses más en eso y concéntrate en mi enseñanza". ¡El Maestro sabía lo que pensaba! Me concentré inmediatamente y escuché con calma la conferencia.
Más tarde, todo el mundo hacía fotos al Maestro. Antes de cruzar la puerta, miró a cada practicante individualmente. Cuando miró hacia donde me encontraba, sus ojos se concentraron sobre mí durante un momento. Mi corazón temblaba. Los ojos del Maestro tenían muchos significados y no los comprendí del todo. Sentí solamente que había estímulos innumerables y grandes esperanzas. Mi corazón estaba muy caliente, pero sentí los hombros pesados. El Maestro decía sin cesar: "Estudien la ley cuidadosamente. Ustedes deben estudiar más la Ley, estudien bien la Ley y comprendan la Ley completamente". Nos despedimos del Maestro en el umbral de la puerta. Cuando bajaba las escaleras, se volvió y dijo: "¡Estudien más la Ley y estúdienla bien!"
En el curso de los seis últimos años, conocí muchas cosas y tropecé en el camino. Acordándome de la conferencia a los asistentes de Falun Gong de Changchun, de las esperanzas y los recordatorios repetidos por el Maestro, pude sentir el corazón más compasivo, el corazón de un ser despierto.
Revisando el camino que tomé, puedo amar más todo lo que tengo. Teniendo la Ley y mirando la foto del Maestro, las lágrimas caen por mi mejilla. ¡Querido Maestro! Marcharé firmemente el resto de mi viaje y no le abandonaré. Me mostraré responsable ante los seres en este universo y cumpliré mi gran deseo tan esperado. Este es también el deseo de todos los practicantes de Changchun, la ciudad natal del Maestro.
Versión en chino disponible en:
http://www.minghui.org/mh/articles/2004/7/27/80399.html
Versión en inglés disponible en:
http://clearwisdom.net/emh/articles/2004/8/10/51214.html
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