Después de casi cuatro horas de estudio del Fa por Internet con compañeros practicantes de otros países latinoamericanos, yo tenía la moral alta. El sol se ponía y hacía un poco frío dentro del apartamento del quinto piso de Ciudad de México donde estaba, entonces decidí cerrar las ventanas. Al hacerlo, aproveché para mirar abajo en la calle. A través de la calle noté algo extraño en el callejón. Había muchas banderas coloridas chinas que colgaban sobre lo que parecía ser la escena de un película de tiros. Inmediatamente pensé que debería ir allí a ver si había chinos a quienes esclarecer la verdad.
Después de vacilar unos segundos y desechar un poco de pereza, agarré algunos folletos en chino y español para clarificar la verdad y salí del edificio de apartamentos. Cruzando la calle para investigar vi a unos chinos hablando. Ellos también me vieron y comenzaron a maldecir enseguida. Habían visto los caracteres chinos sobre mi chaqueta "Falun Dafa Hao" (Falun Dafa es Grande).
Me acerqué a ellos con una sonrisa y les ofrecí unos folletos informativos. Uno de ellos realmente no quiso aceptarlo, pero un hombre joven chino lo aceptó y comenzó a leerlo. Les pregunté diplomáticamente: "¿Por qué no los cogen, es solamente información justa?". Ellos claramente habían sido engañados por las mentiras de Jiang. Una mujer mexicana que los acompañaba preguntó a la mujer china cual era el significado de los caracteres de mi chaqueta. Ella dijo: "Falun Dafa Hao" y se apartó. Aproveché la oportunidad de esclarecer la verdad a la señora mexicana y se enojó cuando oyó que los practicantes de Falun Dafa eran torturados en China solamente porque practican la meditación. Entonces la mujer china engañada repitió la propaganda china hablando irracionalmente. Entonces le pregunté: "¿Le parezco loco?" Ella dijo: "¡Desde luego que no!" Mi corazón estaba un poco alterado y decidí separarme de ellas. Justo antes de hacerlo, ofrecí otro folleto a un joven chino y él estuvo realmente feliz de recibirlo, como si lo hubiera estado esperando durante mucho tiempo.
De la calle, yo no podía tener acceso donde ellos disparaban en la película debido a una valla temporal, pero tenía que ver si había más chinos que podrían aprender la verdad sobre Falun Dafa. Decidí dar la vuelta al edificio para encontrar otra entrada. Yo sabía que el Maestro me guiaba bien. Realmente encontré otra entrada y había también un par de banderas chinas colgando allí.
En la entrada discutían tres hombres que parecían trabajar para la producción de la película. Pregunté a uno de ellos qué era aquello y él me dijo que disparaban en un anuncio con actores chinos. Le pregunté si podía ver a los actores y él dijo: "Sí, sígame”. Pero entonces pensó y dijo: "¿Para qué?" Por lo tanto le expliqué la verdad y le hablé sobre Falun Dafa y la situación en China. Él me dijo: "Justamente pensaba comenzar algunas clases de meditación. Me gustaría aprender Falun Dafa. Sígame. Veremos si todavía hay alguno de los actores".
Lo seguí y fuimos a la caravana de los actores. Él preguntó a una señora dentro: "¿Están los modelos chinos todavía aquí?" Ella dijo: "No, ¿para qué?" Entonces se lo conté a ella. No hablé demasiado y ella dijo: "Conozco Falun Dafa. Justamente hablaba de ello con mi madre ayer. ¡Se supone que es una práctica súper poderosa!" Se lo confirmé y le di mi número de teléfono. Me ofrecí a enseñarles porque no podían ir a nuestras sesiones matinales. Ellos dijeron: "Juntaremos un grupo y usted puede mostrarnos la práctica". Nos dimos la mano y nos separamos.
Todavía estoy asombrado de cómo fueron las cosas. Nosotros realmente no deberíamos omitir ni una sola oportunidad de salvar a seres. Si tenemos el corazón para esclarecer la verdad, incluso si no estamos seguros qué decir o donde ir a hacerlo, si tenemos el corazón recto y podemos dejar nuestros miedos restrictivos y apegos, Dafa nos proporcionará la sabiduría y la posibilidad para hacer el bien.
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