Nueva York: El mundo se despierta - Exposición anti tortura a lo largo de Central Park

Durante el Convenio Nacional Republicano americano, los practicantes de Falun Gong celebraron una exposición anti tortura que duró una semana en varios lugares de Nueva York. Frente a la exposición que empezaba al borde de Central Park, un flujo de personas pasaba por allí y la inmensa mayoría quedaron sorprendidos y firmaron la petición para condenar la persecución y pedir ayuda internacional con el fin de acabar con esta tragedia que continúa en China.

"El gobierno chino tiene miedo de que la gente tenga libertad, así teme la verdad. Espero que la persecución acabe pronto. El mundo se despierta. ¡Despierte usted!". Una mujer de edad media que reside en Nueva York y que acababa de aprender los ejercicios con los practicantes dijo: "Me siento bien. Creo que hay energía en el universo y que es beneficiosa para todas las personas. La persecución es terrible. Es una tragedia para el mundo entero. Si hay una persecución en un país, puede propagarse en otros países".

Varios practicantes vinieron desde Nueva York a Atlanta. Había una mujer de casi 70 años de edad que comenzó a practicar Falun Gong hace seis años y que ha notado muchos beneficios. Durante el día participaba en la simulación de los métodos de tortura utilizados para perseguir a los practicantes de Falun Gong en China. Ella dijo: "No sé hablar inglés, siento que la exposición anti tortura puede llamar la atención de la gente, por eso hago la simulación de las torturas sufridas por los practicantes en China y lo hago lo mejor posible para que la gente se entere de la verdad”. Con otros practicantes hizo la simulación "de ser confinada en una pequeña celda" y el método de tortura llamado "el banco del tigre". Desayunó y cenó comidas frías que trajo de su casa. Tenía sólo un único pensamiento en la cabeza, hacer saber a la gente de la persecución que sucede en China y ponerle fin. Hace dos años, antes de llegar a los EE.UU. era sometida a vigilancia las 24 horas del día y no tenía ninguna libertad.

Un hombre de Nueva York miró la exposición anti tortura, firmó la petición y dijo: "Es una salvajada utilizar tales métodos de tortura y prohibir a la gente practicar estos ejercicios".