El poder de la compasión

Una vez, en un sueño, vi que ponía mi mano derecha dentro de mi pecho para coger mi corazón pero mi mano no era lo bastante grande como para alcanzar la otra parte de mi corazón. Entonces puse mi antebrazo en mi pecho y seguía sin poder alcanzar la otra parte. En aquel momento, mi cultivación estaba bien y me sentía satisfecho conmigo. Este estado de autosatisfacción sembró la semilla del apego porque cada vez que pensaba en este sueño me sentía feliz. Pensaba que la capacidad de mi corazón era ilimitada y era este modo de pensar quien alimentaba las semillas del apego.

Un día, la semilla creció y me sentí confrontado con el apego. Recordé mi sueño una vez más y pensé: “ya que la capacidad de mi corazón es tan grande, no debo sentir más odio hacia la gente”. Tan pronto como este pensamiento surgió, mordí un pedazo de vidrio roto mientras comía una tortita y me corté la lengua. Mi mujer admitió más tarde que había hecho a propósito el insertar el pedazo de vidrio en la tortita. Como practicante, debía mirar dentro de mí y ver mis insuficiencias. Cuando me pregunté con calma por qué había ocurrido, comprendí en seguida que este incidente era el resultado de mi propio apego ya que sabía que mi corazón no podía tener el apego del odio. Las fuerzas antiguas se atrevieron a perseguirme, a mi, practicante de Falun Dafa, utilizando este pretexto para someter a un test mi apego. Según yo, la prueba misma no era nada sino lo que mi mujer me había hecho me puso muy triste. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Mi mujer está perdida en la ilusión y ha sido engañada por las mentiras de Jiang Zemin y de sus cómplices. Es también una persona que tiene influencia y me dificulta bastante clarificar la verdad a la gente de su entorno. Cada vez que trato de clarificar la verdad sobre Falun Gong y la persecución, no quiere escucharme. Un día me preguntó: “¿qué es lo que pueden aportarte la Verdad, Compasión y Tolerancia?” En realidad, era su modo de decirme que no quería hablarme más ni escucharme. Durante un tiempo fuimos como extraños el uno para el otro. En consecuencia, cuando le clarificaba la verdad a la gente de su entorno, había muchas interferencias y el resultado no era bueno. Comencé a inquietarme.

Hace algunos días, pensé súbitamente en la conferencia del Maestro “Enseñando el Fa en Fahui de Chicago, EE.UU., 2004” que decía:

"Miro el problema de manera diferente a la de ustedes o de la gente del mundo. Una persona casi no puede perdonar a otra persona cuando ésta comete un error; yo no lo miro así. Miro íntegramente a una vida, y aunque haya sólo un hilo de esperanza, yo le doy esta esperanza”.

Que gran compasión muestra el Maestro hacia los seres, pensé que debería seguir su ejemplo.

Luego he entendido sobre el hecho de que los seres de este mundo son como títeres y que las fuerzas antiguas previeron arreglos muy detallados para ellos sobre todo a la gente más próxima de los practicantes. ¿Los seres humanos pueden actuar o decidir por su propia iniciativa? Si mi mujer conociendo la gravedad del pecado que cometía persiguiendo a un practicante de Falun Gong, ¿lo habría hecho? ¿Tenía ella toda su conciencia cuando puso el pedazo de vidrio roto en la tortita? ¿Esto no fue arreglado por las fuerzas viejas? No debemos negar estos arreglos? Tuve pues un pensamiento “no te detestaré por las malas cosas que me hiciste”. Después de haber enviado este pensamiento recto, pude sentir inmediatamente los efectos positivos. Cuando volví a hablar a mi mujer, su actitud había cambiado y la gente de nuestro entorno pudo sentir la compasión de los practicantes. Sus respuestas eran benévolas y vi que tenían esperanza. Esta vez, cuando hablé de “Verdad, Compasión y Tolerancia” a mi mujer, no se opuso como en el pasado. Leyendo en sus ojos, vi lo que pensaba “¿Tienes verdaderamente tanta compasión?” Aunque un ser todavía esté profundamente perdido en la ilusión, y que no cree en ello, porque no lo entiende, ella comprendió sin embargo la compasión de un practicante de Dafa.